miércoles, 9 de octubre de 2019

Recuerdos de Tharsis....La churrería de “tío José”



Recuerdos de Tharsis....La churrería de “tío José”


Ubicada en la esquina de la calle “Calderón”, justo antes de entrar por la gran puerta que da acceso a la plaza, ahí se encontraba la churrería de “tio José” como amablemente, era conocido en aquellos años, en el pueblo.


Desde su pequeño establecimiento, despachaba ricos churros o tejeringos, como son conocidos por estos lares. Para tal menester, tío José, poseía utensilios que se nos quedaron grabados en la memoria.
 
..-¿Quien no recuerda, la churrera de metal, dónde tío José colocaba, la excelente masa a base de harina, agua, sal y levadura ,hasta conseguir una consistencia pastosa, que distribuía con un mazo de madera de haya, en la gran sartén, de aceite puro hirviendo?.
 
Y como nos relamíamos, al ver aquella masa convertida en ricos tejeringos, cuando era ubicada en el mostrador en un utensilio también de metal, parecido a una gran bandeja. Y como la ansiedad se apoderaba de nosotros, dispuestos para hincar el diente al observar como tío José, de forma paciente, cortaba los churros con aquellas enormes tijeras, para distribuirlos en papel de traza, con el aceite sobrante adherido al papel

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El pequeño establecimiento, situado en un lugar estratégico, atraía vecinos de todos los barrios del pueblo, para degustar un manjar, realizado con esmero por un auténtico artesano. Tío José, era un hombre de mediana estatura y complexión fuerte, su cara redonda, permanecía parte del tiempo enrojecida, mientras continuaba en la churrería, por las altas temperaturas registradas. Su cabeza desprovista de cabello, alojaba un pañuelo, para que el sudor excesivo no descendiera, por los surcos de su rostro.

Para alimentar el extraordinario fuego, que servía para calentar el aceite, tío José, disponía de un pequeño asno, el cual equipado con serones, transportaba las cepas de brezos, desde los campos que Tharsis posee, donde este arbusto suele ser abundante y frecuente. Cada cierto tiempo, tío José, acudía a estos terrenos equipado con una azada, para arrancar las duras cepas de un terreno escabroso, abrupto y accidentado. Una vez arrancadas, eran introducidas en los serones y regreso para el pueblo. Gracias a este tipo de energía limpia y sana, se podían hacer un producto de calidad, para ser consumidos con una buena taza de café portugués, o un tazón de cola cao.
 
Mi abuelo Juan, me decía las mañanas de los sábados, con el descanso obligado del colegio.
 
..-Toma hijo, estas 10 pesetas, para que compres tejeringos de tío José!
 
Y allí acudía, para aguardar pacientemente la cola, que se formaba, bajo su alpende de chapa galvanizada de color negro.


Recuerdos de Tharsis....La churrería de “tío José”

Marcos Tenorio Márquez

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