lunes, 26 de agosto de 2019

Recuerdos de Tharsis...Las pequeñas tiendas de "chuches"

Recuerdos de Tharsis...Las pequeñas tiendas de “chuches”


En la década de los años sesenta,setenta o incluso ochenta,proliferaban por Tharsis,unas pequeñas tiendas,en las que se vendía principalmente “chucherias”.Estas pequeñas tiendas, ubicadas sobre todo,en la “garita”(nombre que recibe en Tharsis la edificación situada frente a la vivienda de la persona en cuestión,que en Tharsis recibe el nombre de cuartel),acogían en un armario de cristalera,las distintas cajas,frascos,tarros y envases,que contenían las deliciosas,exquisitas golosinas que nos endulzaban nuestra infancia y adolescencia. Estas pequeñas garitas,construidas en lo que fueron gallineros,prolongaban y aumentaban,el reducido espacio de los cuarteles y en las mismas se instalaba,cocina y comedor. También en las “casas nuevas” como son conocidas en Tharsis,las edificaciones más recientes y actuales,pues fueron construidas posteriormente tras la demanda de nuevas casas,para alojar sobre todo a familias numerosas,destacados dirigentes de las minas u otro tipo de personas,albergaba estas pequeñas tiendas,ubicadas en el comedor de la misma. Conocíamos estas pequeñas tiendas,por el nombre de la persona en cuestión,personas que habían quedado viudas en algunos casos o que no poseían ningún tipo de sueldo,también personas con familia numerosa ,que se apoyaban en este pequeño negocio para tratar de mitigar la carencia de un solo sueldo,escaso y miserable,y por último como pequeño negocio,que con el paso de los años se convirtieron en tienda de ultramarinos.


Me viene a la memoria nombres como los de “María Marra” ubicado en la popular calle Alicante,en cuya garita como dije anteriormente se encontraba la pequeña tienda. Con amabilidad exquisita,María o Peña su hermana,despachaba estos manjares y al abrir aquel armario de cristalera un torrente de dulces fragancias y aromas inundaban la pequeña estancia,de regaliz,fresa,menta. Guardo especial recuerdo de esta pequeña tienda,pues acudía con mi abuela Romana,para comprar golosinas antes de visionar las series,películas y dibujos animados
en uno de los primeros televisores que había en la calle y que poseía la buena de Juana. En la calle Madroñal,encontrábamos otra pequeña tienda,regentada por el matrimonio...Antonio “Vilches” y Piedad,que aparte de ricas golosinas,también se dedicaba a la venta de huevos,que traía Antonio, tras recorrer algunos cortijos de la zona. En calle Cervantes,otra tienda ofrecía sus productos a los vecinos del lugar. Regentado por Carmen “Bobita” tenía la particularidad,que podía trasladar los productos a través de una mesa de madera a zonas como la escuela nueva o el paseo y vender sus ricas golosinas a niños/niñas que jugábamos en el patio del colegio en horas de recreo. En las casas nuevas, recuerdo la tienda de Juana “Zapata”,ubicada en el comedor y donde adquirí mis primeros cigarrillos,de nombre 1X2. Cercano al colegio Público,se encontraba la tienda de Carmen “Dabrio” y sus ricos “puros” de regaliz que compraba sobre todo cuando me incorporaba al colegio en horario de tarde. En tiempos de verano, un frigorífico,uno de los primeros del pueblo,perteneciente a la familia “Angulo”,nos refrescaba y endulzaba el paladar, con ricos “polos” de varios sabores,aunque recuerdo y añoro los de sabor a chocolate. En el paseo dos “kioskos” situado en las esquinas,pertenecientes a las familias...”Baldomero” y “Pavón” paliaban la demanda de golosinas por parte de la “chavalería” que se reunía en torno al paseo las tardes de domingos y festivos. En la barriada de “Santa Barbara” los populares “futbolines” regentados por la familia “Burra” Sebastián y Francisca,también nos ofrecían ricas golosinas,mientras disputábamos intensas partidas de “futbolín” o acudíamos a cambiar tebeos,comics del “capitán Trueno,El jabato,El guerrero del antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín” y como no las novelas de “Marcial Lafuente Estefanía”. Todos estos recuerdos,lo vivimos con especial nostalgia,en un tiempo en que aún la tecnología no había penetrado en nuestras vidas y vivíamos felices con los pocos recursos que teníamos de los cuales sacábamos el máximo provecho,donde el contacto humano era más estrecho y la calle se convertía en nuestro hogar.


Fragancias,de menta,regaliz y fresa
reciben mis fosas nasales,cuando
María abre la cristalera,dulces
sabores,inunda la pequeña
estancia y quedo embriagado
extasiado,como el colibrí
que besa la flor de forma
sutil,succionando el dulce nectar.


Recuerdos de Tharsis..Las pequeñas tiendas de “chuches”

Marcos Tenorio Márquez

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