La hora del café...(Homenaje a mi
padrino... Maximiliano Tenorio Díaz)
........De pequeño,preguntaba a mi
padre de forma bastante curiosa,por los distintos puestos de
trabajo de mis tíos. Mi
padre de forma paciente me
enumeraba los distintos puestos,comenzando primero por
su hermano Maximiliano.
Padrino Maxi,trabaja en una máquina de
cargar camiones muy rara,pues no se desplaza por orugas
como la gran excavadora 110
de Diego García o por ruedas cómo
la Terex de José Pino. Es una máquina,que posee ruedas de
acero con pinchos,en su parte
delantera y de caucho recubierta con red
de acero en su parte trasera. Para mover de lugar se engancha a un
camión por la
parte trasera,con la pala de
cargar y de esta forma se desplaza..-¡Pues si
que es rara papá!..-exclamaba,con
rostro,sorprendido,fascinado he
impresionado.
Mi enorme curiosidad, me llevó mucho
tiempo acercarme hasta la
misma boca de la mina,para
descubrir tan fantástica,maravillosa y espléndida
máquina. Sin éxito, de poder ver la máquina
regresaba muchas tardes,pues la
Broyt,cómo así se llamaba, trabajaba en lo más
profundo de la mina,dónde se encontraba el
mineral,que cargados en los camiones de
20 toneladas marca Euclid,emprendía viaje hasta la tolva,dónde se
trituraba para
posteriormente cargar en los
vagones de tren. Mi curiosidad se convirtió en obsesión
por descubrir la máquina y esta
obsesión me condujo a comprar unos
binoculares marca zenith,que me acercara hasta el interior,
para ver in situ los
movimientos de la máquina
cargando los camiones. De esta forma descubrí una
de las tardes y desde el emblemático
mirador,tan misteriosa máquina,que
cargaba los camiones de forma sutil,delicada,suave,
quedando para siempre en mis
retinas esta escena vivida...Este
relato que escribo a continuación va dedicado para mi
padrino...Maximiliano Tenorio
Diaz, que en paz
descanse. Un hombre bueno,honrado,honesto y
todo cuantos adjetivos quisiéramos dar
de forma bondadosa.
"La hora del café"
...Quiso el destino que los dos
hermanos trabajaran juntos,en el interior de la
mina,aunque en distintos trabajos,mi
padre afilador de brocas de perforadoras
y mi padrino operario de pala cargadora. Filón Norte,ocupó
bastantes años de la
vida laboral de ambos. Fríos
inviernos,calurosos veranos,fueron soportados entre
minerales,bajo el ruido incesante de
máquinas perforadoras, claxon
de camiones,partículas de mineral esparcidas por el aire,
rocas desprendidas que sorprendían cayendo desde los
bancos...toda una vida que
simboliza,personaliza y personifica la
figura del minero, donde el riesgo es permanente.. El
duro trabajo
tenía su recompensa en la hora del
café,durante cierto tiempo se interrumpía toda actividad y los
mineros esbozaban una
sonrisa, ante una taza de
café,recién hecho. Mi padrino al igual que mi
padre,se consideraban cafeteros,en casa nunca
faltaba la clásica bolsa
del barco,excelente café portugués. Tras bajar
de la máquina,con unos cuantos palos de
madera,para prender fuego y colocar la
cafetera,comenzaba la ceremonia,rito y culto diario al
rico,placentero,agradable
y grata bebida,que aumentaba la
autoestima, olvidando por momentos,la peligrosidad del trabajo.
Durante este momento se
entablaba alguna charla,que giraba en
torno a la temporada del club atlético Tharsis,el huerto,la caza y
en menor medida
a temas de política,pues
en época Franquista,hablar de estos temas estaba
casi prohibido. La vida de mi padrino
Maximiliano,era sencilla,su familia,el
trabajo y el huerto ocuparon toda su vida. A los pies de Umbría
Madroñal,poseía un
pequeño huerto,al cual convirtió en
tierra fértil,tras retirar en duro trabajo toneladas de tierra
estéril. La choza de
hojalata y madera,resistía las
lluvias invernales y ofrecía sombra en los calurosos
veranos. En unos gallineros, una
veintena de gallinas,le aportaba huevos
frescos para casa. El rincón favorito de mi padrino,era una
pequeña encina,bajo
sus sombras,una pequeña
mesa de madera y unos bancos para
sentarse y saborear nuevamente el rico café.
Algunos
domingos,cuando visitaba con mi padre a
mi padrino,para escuchar el carrusel deportivo,bajo la sombra
de la encina,los
dos hermanos devotos del
café,anteponían cualquier opinión para saborear una
rica taza de café. Afiliados en tiempo de
democracia al partido
socialista,al cual sirvieron con verdadera fe y
devoción,además mi padrino formaba parte del
comité de empresa y también vocal de
la unión general de trabajadores. En el terreno deportivo,estuvo
bastantes años cómo
directivo en el club atlético
Tharsis,hasta que una terrible enfermedad le fue detectada sobre
finales del año 1984.Esta
terrible enfermedad la encaró con
valentía, coraje y entereza,pero pudo más la enfermedad y mi
querido padrino nos dejó
un 16 de Enero de 1986,poco tiempo
después su hija daba a luz a su nieta un 24 de Enero, de
nombre....Ana María. Multitud
de personas se congregaron
en el entierro,todos hablaban maravillas,destacando
sobre todo su humanidad,humildad y
honestidad. Este relato es
un homenaje,para recordar aquel hombre
bueno,sencillo, que nos dejó quizás
demasiado
pronto,pero en su vida quedó la
impronta de su personalidad,cómo espejo dónde debemos mirarnos las
personas que queremos
un pueblo unido, solidario,fraternal y
unánime.
Es casi noche cerrada,y el Madroñal
se viste con su traje negro,para saludar
a la luna, que sobresale entre nubes
iluminando el rostro cansado de
un hombre, que regresa a casa, tras
sachar lechugas,cebollas y patatas.
Pronto llegará la madrugada y
estaré de nuevo cargando camiones
y con las primeras luces del alba
encenderemos una fogata
para calentar el agua,que
disolverá el café, que nos
motivará,estimulará y animará
a continuar con nuestra faena diaria.
Esta tarde,me reúno con el comité de
empresa,la mina no pasa por
su mejor momento,la pirita ha
bajado de precio,no sé lo que el
futuro deparará,pero siempre apoyaré
a mis compañeros,esa clase humilde
que pregona y predica con la bandera
de la solidaridad,resistiendo, para que
el corazón de esta vieja mina, siga
latiendo y que nuestros hijos
puedan heredar el trabajo que
nosotros dejaremos, cuando ya nos
jubilemos.
Hoy es domingo y tras regresar del
huerto
almuerzo con la familia, para
incorporarme
poco después,al campo de fútbol,donde
esta tarde disputamos un encuentro.
Mi vida sencilla,discurre entre
minerales
familia y huerto,los fines de semana me
entrego
a mi otra pasión,el club de mis
amores,nuestro
club atlético Tharsis.
Que bonita y bella es la vida,cuando
disfrutas del encanto que te
rodea,mientras
sueño despierto.
Habrá un huerto allá en el firmamento
reflejado de colores dorados,con
una mesita cerca de una encina que
da sombra a una tacita de café
que me envuelva y embriague con
su esencia y aroma.
Habrá un pueblecito teñido de
blanco nacarado,salpicado de
cicatrices aterciopeladas,envuelto
de brumas violáceas,cobrizas,ambarinas
y malvas al cantar la calandria
anunciando el nuevo día.
Habrá eucaliptos,pinos y brezos
aromos,tojo y aulagas,también
un cabezo, envuelto en fragancias
que me recuerde a mi querido entorno
donde nací y quiero morir.
La hora del café...(Homenaje a mi
padrino... Maximiliano Tenorio Díaz)
Marcos Tenorio Márquez.
Que bonito!! gracias por acercarnos a esta maravillosa persona y hacer a la misma vez un recorrido por nuestras raices. Un beso querido amigo y sigues deleitándonos con estas historias que tan bien escribes.
ResponderEliminarGracias de todo corazón,Marian,no sé cómo he podido terminar este bonito relato,pués las lágrimas no me dejaban escribir,recordando tan maravillosa persona.
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