Madre.
...Madre,
ya regresan las mujeres
por la vieja carretera de escoria,
entre
huertos de higueras y
zarzamoras, rocas negras y chozas
de
carbasa y cal.
Caminan lentamente, portando
sobre sus
cabezas, en perfecto
equilibrio, cántaros forjados por
expertos
alfareros, en arcilla roja
que mantiene el agua
fresca, gélida
y helada, para
calmar y saciar la sed, en esta
incipiente
primavera,de tardes
hermosas, lindas, agraciadas.
Las florecillas, multicolores, se
agolpan, en las tierras nobles,
presumidas, coquetas, mientras
insectos zumbadores, crean sinfonías
embriagados, extasiados, por el
dulce sabor del néctar.
En los eucaliptos,
bellos trinos de
frágiles pajarillos, adornan la savia
renovada, que fluye, engendrando
nuevas hojas, frondosas, exuberantes
balsámicas, movidas por la suave
brisa, alteran la quietud, de sus
robustas ramas, que balancean
sincronizadas.
Los
tímidos rayos de sol, se diluyen
entre las afiladas hojas de pinos, pronto
el cabezo de Madroñal, cubrirá de lánguidas
sombras, los huertos, y el rocío cubrirá de
suave escarcha, estos parajes, sombríos
tenebrosos y el ulular del cárabo, reemplazará
los alegres trinos de los pajarillos diurnos.
Madre, por el camino
del vaciadero, regresa
abuelo, ilumina el camino con el viejo
candil,
el que tantas veces usó,
para ir a la estación.
Camina despacio, portando sobre su
brazo
un cubo de huevos frescos, de las gallinas
que cuida con tanto
esmero.
...Madre, papa pronto regresará de la mina, cansado,
extenuado, por el duro trabajo
desarrollado, aunque contento, cada poro
de su piel fluye, destila, humildad, modestia
y paciencia, para ser feliz, degustando ese
anisado, rebajado con el agua fresca de Tejera
que acabas de
traer.
Marcos Tenorio Márquez.
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