viernes, 3 de julio de 2020

Recuerdos de Tharsis....Don Martín Rico (d.e.p)

Recuerdos de Tharsis....Don Martín Rico (d.e.p)

...Hago ejercicio de memoria, para recordar algunos de mis profesores, en los años que ejercí como alumno en el colegio público de Tharsis, hoy llamado Argantonio, en honor al rey de los Tartessos. Comienzo con uno de los profesores por el cual sentía admiración y antipatía al mismo tiempo, me refiero a Don Martín Rico.

Don Martín, se incorporó al colegio público de Tharsis, casi al mismo tiempo que yo me inscribía como alumno en dicho colegio. Mi primer profesor, fue precisamente Don Martín, que impartía clase, en los viejos colegios, antes de que fueran inaugurado los nuevos al año siguiente. Siempre lo recordaré, con una poblada barba, aunque hubo veces que lucía el rostro afeitado, aunque fueron en cortos intervalos de tiempo y también llamaba poderosamente la atención, al contemplar su rostro, unas gafas oscuras, en las que ocultaba sus ojos. De complexión fuerte y aspecto serio, hacía gala a veces, de un fino humor inglés, en el cual se adornaba, cuando se dirigía a un alumno, mal estudiante por supuesto.
De los primeros años, recuerdo como hacía la rabona (novillos) para no asistir a clase, pero algunas veces mi madre me detectaba y me llevaba a clase, pasando por la reprimenda de Don Martín, el cual poseía una forma de castigar muy peculiar, pasando el dedo gordo por las patillas, hasta conseguir una fricción dolorosa, que provocaba a veces el llanto.

Ya en la segunda etapa, en sexto y clases mixta, volvía con Don Martín, que impartía clase de Ciencias Sociales, en el nuevo colegio. Recuerdo su clase, la tercera en la segunda planta. Clase que poseía un aspecto frío y semioscuro, con las persianas casi bajadas y un silencio sepulcral. Como ya dije antes, Don Martín, impartía clase de Ciencias Sociales, de una forma peculiar (pues no había exámenes). Los libros de editorial “Anaya” los dividía en trimestres, con sus temas correspondientes, los cuales había que leerlos y resumir lo más importante, escrito en un cuaderno, que tenías que aprender memorizando para en el transcurso de la semana, dar el tema sentado a su lado, de manera oral, ante su presencia, delante de toda la clase, e inhalando el humo de un puro habano o el que brotaba de una pipa, aunque a veces también fumaba los clásicos cigarrillos rubios, como bien aparece en la ilustración, que acompaña al relato. Recuerdo bien, a veces, cuando el sol raras veces iluminaba la estancia, como Don Martín, con la ayuda de una lupa, hacía encender los puros habanos, proyectando el haz de luz, proveniente del astro rey.

Cada trimestre, Don Martín, sacaba todo el alumnado fuera de los pupitres, en una forma de motivar al alumno, para hacerles saber, que los más listos y estudiosos, ocuparían los primeros puestos de la clase, ya que ellos/as podían elegir el nuevo pupitre, a ocupar durante el nuevo trimestre. De esta forma iba nombrando a cada alumno, que escogía el lugar adecuado, obviamente, los primeros nombrados, eran los que más temas habían dado. Los menos favorecidos e inteligentes en la manera de memorizar, que no habían podido dar los temas, por multitud de causas, muchas de ellas de índole psicológico, iban quedando relegados a los últimos asientos, en una clara división y segmentación .
Aquí y es un tema que no quiero polemizar, entra la polémica, que en aquellos años pasaba inadvertida para el colectivo de padres de alumnos y profesores. La manera de dar los temas, repercutía de manera considerable, en alumnos que mostraban síntomas de fragilidad, debilidad e inseguridad. Acomplejados, por hacer el ridículo delante de la clase, estos alumnos mostraban signos de índole nervioso, excitado, y eran incapaces de acudir a dar el tema, porque temían quedar bloqueado, bien por su aspecto físico poco agraciado, tartamudez u otros signos, con la consiguiente burla del profesor, vitoreada con las risas y mofas de compañeros/as, que exhibían crueldad e impiedad, en estas acciones.

Estos alumnos, ante el brutal desafío, sin ningún tipo de ayuda psicológica, quedaban anclados en los primeros temas, y pasaban todo el curso delante del cuaderno, relegados en los últimos pupitres, como fantasmas de la opera, incapaces de romper esas cadenas llamadas...timidez, vergüenza y retraimiento, para tomar decisiones y atrevimientos, sin miedos al ridículo.
Como me decían años después varios amigos, en una charla que tuvimos, recordando aquellos tiempos...”
 
..- "Marcos, yo podría dar el tema de carretilla, me lo sabia todo, lo que no podía superar, era dar el tema ante su presencia, por su aspecto físico, semblante serio, la forma oral...que me trabara y los compañeros se mofaran de mí, muchas trabas, que era incapaz de rebasar”.

Este trato psicológico, al que Don Martín, junto con la indirecta ayuda de compañeros de clases, sometían a estos alumnos, repercutían negativamente en su estado emocional y no lograran, superar dicha asignatura y catearan. Quizás, si en vez de dar los temas, de forma oral, hubieran sido dados de forma escrita, estos alumnos hubieran superado con creces dicha asignatura y hubieran aprobado. Por el contrario, con esta forma de ejercer la enseñanza, otorgaba al alumno, vencer sus miedos, timidez, vergüenzas y complejos, puliendo la personalidad desde la adolescencia, que es cuando se debe actuar, por ser la etapa más difícil del ser humano, con autoestima, dignidad y orgullo, para enfrentarse a los problemas que surgen en la vida.

Muchos de sus ex alumnos/as, hoy día, ocupan puestos relevantes en instituciones públicas y privadas, compañías, sociedades, negocios y empresas de nuestro país. Para algunos, Don Martín, será recordado, como un gran profesor, para otros menos, pero sí recordaremos para siempre, la manera peculiar de ejercer la enseñanza en aquellos lejanos años, sesenta, setenta, ochenta y parte de los noventa. He querido desde mi modesto y humilde blog, homenajear a este profesor, tan querido y odiado al mismo tiempo, que ocupó, un pequeño trozo de mi vida en la adolescencia. Tan solo me queda por decir....Descanse en paz...Martín Rico.

Recuerdos de Tharsis....Don Martín Rico (d.e.p)

Marcos Tenorio Márquez.

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