lunes, 6 de julio de 2020

24 de mayo de 1987...y el sueño se hizo realidad


24 de Mayo de 1987...y el sueño se hizo realidad

...La idea de construir una ermita, y poseer nuestra propia romería, rondaba por la cabeza de muchos Tharsileños, devotos, fervientes y apasionados de nuestra santa, a la cual veneran y rinden culto cada 4 de diciembre. Pero faltaba la guinda, ese guiño, gesto, que uniera dos pasiones, el religioso y creyente, junto al romero, peregrino y penitente, para venerar a nuestra patrona, en unos terrenos, que poseía la particularidad de su facilidad de acceso, en clara sincronía con la belleza del paisaje, donde las encinas centenarias, dejaban libres, un majar de florecillas silvestres, una solana horadada por barrancos de aguas cristalina, pulcras y limpias, en cuyos margenes crecen plantas de poleos, tomillos y romero. En ese lugar, donde el día despierta, con cantes de cogujadas, calandrias y jilgueros, donde se dibuja la graciosa silueta de la abubilla al romper el alba, donde las flores de jaras y amapolas, conforman la bandera de nuestro pueblo, en ese lugar, se construiría... nuestra ermita.

No fue fácil, en los primeros intentos, que el terreno elegido, perteneciera al pueblo. Dicho terreno pertenecía a un hombre llamado Simón el de las Magras. Tras intensas negociaciones y reuniones, de idas y venidas, por parte de la hermandad, por fin se pudo alcanzar un acuerdo y Simón, quedaría con una parte del Barrito, perteneciente al pueblo.

Tras unos meses de vicisitudes, y ya con el cambio de terrenos efectuado, comenzaba las obras de construcción de la misma, en la que todo el pueblo de manera desinteresada se volcó, para levantar en tiempo record, la tan anhelada, ansiada y deseada ermita, para que ese día tan señalado sábado 24 de mayo, todo pudiera estar preparado para recibir el simpecado con la imagen de Santa Bárbara y ser acogido bajo la imponente construcción efectuadas por unas personas, que trabajaron con fe, confianza y convencimiento de que la descomunal obra estuviera terminada para celebrar la tan ansiada primera romería.

Con la ermita construida, faltaban las casetas, que alojaran a la hermandad y las distintas reuniones y grupos de amigos. Estas primeras casetas se construyeron de manera artesanal. Sin tiempo para la construcción, con materiales sólidos, de hierros y galvanizados, la madera de eucaliptos, pinos, y otros tipos de árboles sustituyó, a estos modernos materiales, dando a la construcción de las mismas, un toque rústico.
Preciosa estampa podría observarse en el recinto, los días anteriores a la celebración de la primera romeria, fijada en los días 24 y 25 de mayo. Todo tipo de vehículos, transportando, enormes palos, para la construcción del armazón, acarreados de los montes que circundan la pedanía. Una vez construido el armazón, las mismas ramas de los troncos de eucaliptos, eran utilizadas para cubrir la estructura, inundando el interior de esencias y fragancias, de sus balsámicas hojas, las cuales ofrecían buena sombra y cobijo, para soportar las altas temperaturas. Todo esto ocurría, mientras Tere, miembro activo de la hermandad organizaba importantes rifas para la adquisición de los bueyes, los cuales transportarian el simpecado desde el pueblo, hasta la ermita, en una preciosa carroza.

Con todo preparado, la ilusión y ganas para que diera comienzo esta primera cita, comenzó con la cuenta atrás, con el primer pregón, en donde se reconoció el ímpetu, esfuerzo y pundonor de todo un pueblo, solidario, fraternal y unido para conseguir el sueño. Como no podía ser menos, el tiempo acompañó con buenas temperaturas, con el astro rey brillando, sobre el azulado cielo, dando el color que necesitaba, los trajes de flamencas y las enaguas de faralaes, junto con el traje corto andaluz. Una imponente caballería, se reunía, en torno a charrés, y manolas engalanadas de cintas y banderitas de colores, para partir hacia los bellos parajes, una vez concluida la misa. Todo el pueblo participó de la misma con orgullo, dignidad y honra, y Tharsis, inscribía su nombre en los actos y acontecimientos litúrgicos, romeros, de la provincia de Huelva, junto con romerías emblemáticas, añoradas y queridas.


Este modesto y sencillo relato, es todo un homenaje, para aquellos hombres y mujeres, que hicieron posible dicho sueño, algunos, desgraciadamente, debido al cruel ciclo de la vida, ya no se encuentran entre nosotros...(Benito González Ponce, Bartolomé Francisco, José Márquez, Félix Rojas, Antonio Ramirez...y algunos más que no recuerdo). Desde este humilde blog, que dirijo, he querido reconocer aquella gesta, y que las nuevas generaciones, sigan alimentando aquella llama encendida hace ahora 33 años, justos, cuando una terrible pandemia nos ha obligado a suspender la romería de este año, pero vendrán mas año y la llama seguirá encendida eternamente.


Quería la flor de jara, permanecer
aferrada, a su corta vida
antes de palidecer y caer sus pétalos
asomada, desde los alto de la loma,
para ver llegar el simpecado, hasta la
ermita, donde se celebraría la primera
romeria.


24 de Mayo de 1987...y el sueño se hizo realidad

Marcos Tenorio Márquez.

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