Recuerdos de Tharsis...Nacimiento de Cítricos Tharsis.
...Con el comienzo del nuevo milenio, la actividad minera en Minas de Tharsis, cesaba, tras algunos años de incertidumbres, debido sobre todo a las especulaciones con el precio de la pirita en los mercados, para obtener ácido sulfúrico, cuyo valor había bajado de manera considerable y no resultaba rentable su extracción. Se ponía fin de esta manera, a largos periodos de explotación minera, en los que la mina, se convirtió en el motor económico de una zona, supeditada y condicionada por un mineral, que permanece en su subsuelo, cuyo valor ha ido perdiendo cotización con el paso de los años.
Con el desolador panorama, en una comarca, la Andevaleña, perteneciente a la España vaciada, las prejubilaciones se produjeron en un alto indice, para detener e impedir, que los trabajadores contratados, quedaran en la calle sin recursos económicos. Los trabajadores que no habían podido quedar prejubilados por edad, pasaron a formar parte, de la nueva compañía creada, esta vez de carácter agrícola, cuyo nombre...Cítricos Tharsis, auguraba, buenos presentimientos para un pueblo devastado por el alto índice de paro. Quizás el proyecto realizado en Minas de Riotinto, con la plantación de cítricos, incrementara el interés, de los directivos que dirigían en esos momentos las explotación minera, para aprovechar los extensos terrenos, que la compañía poseía en la localidad, como una alternativa a la actividad minera.
Comenzaba de esta manera, un proyecto ambicioso, dónde se depositaba todas las esperanzas, de reflotar una comarca...Andévalo Occidental, sumida en el ostracismo, dependiente total, de la minería y ganadería. Los terrenos elegidos para este proyecto, serían tierras, de matorral y arbustos, tierras con pequeñas ondulaciones, horadadas por barrancos de escasa profundidad, con diferentes tipos de suelo, con algunas zonas, abundantes en rocas. La maquinaria de la extinta compañía minera, sería la encargada del movimiento de tierras, tan necesaria para la plantación.
Esta primera fase de plantaciones de naranjos y mandarinos, ocuparían unas trescientas hectáreas , que llegarían hasta el mismo dique de “Lagunazo” del cual se extraería el agua, tan fundamental y necesaria, para la plantación. La antigua casa de bomba del dique, con reparaciones, sería la encargada de transportar el agua hasta una pequeña balsa, situada en un lugar alto, cercano a las naves. Desde allí y gracias a una red de tuberías, el agua llegaría a todos los naranjos y mandarinos. Tras unos años, con la nueva compañía creada, quizás los más difíciles, esta ponía en venta los terrenos, siendo comprado por uno de los mayores accionistas del grupo Santander. Llegaba por lo tanto el fin, para una empresa, creada hace pocos años. Una empresa totalmente diferente a la explotación minera y en la que había depositada mucha ilusión, esperanzas y confianzas de ser el nuevo motor que reflotara la comarca.
Hoy día, continúa explotándose los terrenos, pero con escaso personal contratado, pues debo decir y tengo experiencia, que el naranjo y mandarino, son tipos de explotaciones donde la mano de obra es escasa, debido sobre todo, a que las podas, se realiza de manera rápida, solo una vez al año y la recogida se hace también igual, al quedar el arbol totalmente sin frutas. No ocurre lo mismo con los frutales de hueso, ya que estos si que tienen, mucho mantenimiento y necesitan mucho personal para las campañas anuales.
Me sumerjo en la nostalgia y recuerdo estos terrenos, antes de ser cambiados, transformados por la mano del hombre:
Los Llanos del rey, como indica su nombre, era una zona llana, de suaves ondulaciones, de tierra arcillosa. En invierno, bandadas de ave frías, chorlitos dorados, cogujadas y alondras, ocupaban sus tierras, generosas en insectos y lombrices, en un espectáculo visual de evidente calidad. En los cardos, bandadas de jilgueros, con sus excelentes trinos y gorjeos, alegraban al pasajero, mientras que por los barrancos nos llegaban efluvios y fragancias de poleo. Tierras de perdices y conejos, donde los cazadores pertenecientes a la compañía, disfrutaban los fines de semanas, con las cacerías que se organizaban. Con el crepúsculo en ciernes, el lúgubre canto del alcaraván, despedía el día, y se dejaba ver, sobrevolar sobre el monte bajo, en busca del alimento diario.
Las Peñitas, estaba formadas por dos casas, en cuya loma se divisaba su blanca silueta nacarada de cal, flanqueada de verdes praderas, donde pastaban ovejas y algunas encinas milenarias. Sus cabezos horadados de cuevas de manganeso, en la que se encontraba la corta de escarabajo, ideal para los tramperos.
Tierras de jaras, jaguarzos, tojos y algunas aulagas, de perales silvestres, también llamados piruétanos y galaperos, en los cuales anida la urraca y al que podemos injertar en peral. Todo quedó en el recuerdo para siempre, porque la evolución hace que todo cambie, en este planeta de transformaciones y modificaciones, muchas de ellas por la mano del hombre.
Recuerdos de Tharsis...Nacimiento de Cítricos Tharsis.
Marcos Tenorio Márquez.
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