Recuerdos de Tharsis....Los grifos públicos
...Ubicado en lugares estratégicos, los grifos
suponían para Tharsis, una fuente de agua
aunque esta no fuera potable. Una tubería
invertida en forma de U, con una llave para
abrir y cerrar, aposentado sobre una base
sólida de cemento, suponía toda la sencilla
construcción.
Lugar de encuentros, para los habitantes del
barrio. El grifo, se erigía en protagonista,
sobre todo en los meses de verano, cuando el
incesante astro rey se dejaba sentir, y los
vecinos acudían hasta sus inmediaciones,
para recoger agua en cubos, o simplemente
para refrescarse, cómo hacían los chavales
después de disputar intensos partidos de
fútbol, en el llano de la era u otros lugares
del pueblo.
Sentado, bajo la sombra que me brinda
la esquina, ya cuando el sol, eleva su dorado
circulo por la sierra Tersae, vertiendo sus incesantes rayos, que encuentra un escudo
en estas horas del día, en estas viviendas,
de gruesos muros y tejas árabes, observo el
devenir de la gente, que se acerca hasta el
grifo, para recoger agua en cubos de plástico
u hojalata, para posteriormente ser usada en
las labores de la casa.
Una madre, con su pequeño, descalzo, que esquiva y sortea, casi de puntillas, la tierra
abrasada por este sol temprano, se desplaza
hasta el grifo, portando un baño, donde el chiquillo, gozará, al menos de un rato
el agua fresca, que refrescará y aplacará
el calor, que despide su menudo cuerpo
de apenas seis años.
Los obreros de la compañía, se acicalan,
con el agua vertida, sobre palanganas,
limpian y refrescan el rostro, de la suciedad
adquirida en la mina, usando jabones
caseros de sosa caústica y estropajos de
esparto.
El agua sobrante, fluye lentamente, por la
regola, humedeciendo algunas zonas, donde
crecen verdes tallos de hierba, que se elevan
de manera desmesurada, por el continuo
aporte de nutrientes.
Bandadas de gorriones sedientos, emanan desde
distintos lugares, dispuestos a refrescarse y
aplacar la sed, observados por zagales que
cazan “aceisteros” con ingeniosos artilugios
de fabricación artesana.
Las abuelas, charlan de tiempos pasados
y adolescentes, juegan, a tirarse agua con las
manos, presionando sobre la tubería
invertida, que desplaza el agua en todas
direcciones, impactando sobre la tierra
abrasada y el olor a petricor, por momentos,
me trae recuerdos, al otoño, que vendrá
cargado de generosas lluvias, para los
campos.
El silencio se apodera del lugar, en las horas
centrales del día, sólo el crepitar de las alas de
chicharras se escucha en lontananza.
Los cuerpos cansados, reposan en la siesta,
con la llegada de la tarde, todo vuelve a la normalidad y el agua del grifo volverá a fluir
para lavar la ropa de los miembros de cada
hogar, fregar la vajilla del almuerzo pasado y
fregar los suelos de cuarteles y casas.
La noche, envuelve el pueblo, mientras los vecinos aprovechan las suaves temperaturas sentados al fresco.
La luz de luna, refleja, su blanca palidez
sobre el agua sobrante del duro cimiento de
cemento.
El grifo, permanece mudo, callado, con la llegada del nuevo día, volverá a fluir el
agua de sus tuberías y alrededor, de su
estrecho margen, volverá a girar la vida.
Solo en nuestra memoria, perdurará para
siempre estas pequeñas cosas, detalles de un
tiempo pasado, que recordamos con nostalgia
cuando el ciclo de nuestra existencia en
este extraordinario planeta, de manera
irremisible, ponga fin a nuestra actividad.
Recuerdos de Tharsis....Los grifos públicos
Marcos Tenorio Márquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario