domingo, 18 de septiembre de 2022

Recuerdos de Tharsis...Filtros de agua.


 

Recuerdos de Tharsis....Filtros de agua



...Los filtros de agua, constituían para el pueblo, el único lugar, para acceder al agua potable, procedente del embalse de “Lagunazo”. Para tal fin, había depósitos de agua, de buen tamaño, ubicados en lugares estratégicos elevados, para aprovechar el desnivel y que llegara el agua a los filtros más pequeños, donde se distribuía para los distintos barrios. Dos de estos grandes depósitos de agua, los recuerdo perfectamente, uno estaba ubicado en el cabezo del campo de fútbol y el otro en la posada. Desde ahí distribuían el agua hasta otros filtros más pequeños ubicados en lugares estratégicos de cada barrio. En la barriada de Pueblo Nuevo, otro deposito de agua, de buenas dimensiones, distribuía agua para las casas de “Acerillas” y Pueblo Nuevo y en la Huerta Grande, otro deposito, de buen tamaño, distribuía agua para el barrio y chalets de la zona.


Con la construcción a principios de los años setenta, de un enorme pilón, en la cúspide del cabezo de “Madroñal”, los depósitos que suministraban agua a los pequeños filtros, quedaron inservibles, pues el agua bajaba directamente desde del gran pilón, para llenar los distintos filtros repartidos por el pueblo. Estos grandes depósitos de agua, tras quedar sin tejados, estuvieron muchos años sin ser utilizados, hasta la disolución absoluta de la compañía, lo que provocó que los pilones, fueran utilizados por personas del pueblo, con distintos fines, pues el del cabezo del campo de fútbol es unas cuadras y el otro es la reunión de un grupo de amigos, llamados "La Soleá".


La limpieza y cuidado de estos depósitos y filtros, corría a cargo de la compañía minera que disponía un buen número de hombres, para que el suministro de agua fuera de calidad.

Muchas personas, se acercaban hasta el filtro, para recoger agua en cubos, cántaros, botijos, garrafas, para utilizarla para beber y hacer de comer, mientras el agua de los grifos era utilizada para el baño y lavado de ropas. Con la llegada del agua a casa, los grifos y filtros, fueron mermando hasta quedar inutilizados, tras la construcción de un gran depósito al lado del pilón grande en el cabezo de Madroñal, que llevaría el agua potable hasta los hogares, cuya gestión corrió a cargo de GIAHSA.


A veces, recuerdos de escenas, de otros tiempos, quedan grabadas y memorizadas en mi cerebro, regresando a la luz, cuando menciono el lugar en concreto, y eso me ha pasado, cuando he actualizado y recordado en una segunda vez, esta escena, con algunos personajes que ya no se encuentran entre nosotros y a los que describo a continuación:


Salvadora Gómez:


...Regresa, Salvadora, o Salva como era conocida normalmente en el pueblo, a su hogar, en calle Madroñal, tras atender el puesto, de carnes y embutidos, que regentaba en la plaza del pueblo.

Salva, junto con su madre, marido, hermano, y mujer de su hermano, habitaban en un cuartel de esquina, situado como dije en calle Madroñal.

Trabajadora e infatigable, lucia sobre su rostro, una sonrisa perpetua, en una cara redonda, con los contornos bien marcados, donde resaltaba un lunar color negro. Junto con su madre, hermano y cuñada, Salva, desarrollaba su trabajo en labores del campo, donde la matanza de cerdos y otros animales, junto con la venta de productos derivados casi todos de los terrenos que poseían, fuera la labor mas realizada, mientras su marido trabajaba en la mina. Dos remarcados acontecimientos, marcaron su vida, uno alegre y otro triste. Alegre, con el nacimiento de su sobrina y cruel y despiadado con el fallecimiento de su querido hermano, a principios de la década de los años setenta. Estos acontecimientos quizás forjaron, y fraguaron la personalidad que exhibió junto a su familia, todos los años, que su estirpe permaneció unida....Descansa en paz, buena mujer.


Pedro Finche:


...La imagen que mejor recuerdo de Pedro, es a lomos de una bicicleta, bien cuidada y conservada, a pesar de los años. Fiel devoto de Santa Barbara, a la cual veneraba, adoraba y reverenciaba, portando el paso, junto a otros compañeros, en las celebraciones anuales de la santa. Impecable en la manera de vestir, hasta para montar en bicicleta, cuyo pernil final del pantalón fijaba, con un especie de sujetador, para que este no se enredara con la cadena ni manchara con la grasa. En las tardes calurosas de verano, ponía fin, con contundencia, alzando la voz, a la algarabía, bullicio y griterío que se organizaba en la esquina cercana a su hogar, donde niños y niñas, mostraban todo el vigor de sus escasos años, en los juegos. Ya jubilado repartía con la bicicleta, los populares vinos, marca Savin, que tanto arraigo tuvo en el pueblo, al rebajarlos con el refresco de toda la vida...La casera. Descansa en paz, Pedro.


Sebastián Capela:


...Junto a su hermano Fernando, se trasladaban, diariamente, de lunes a viernes, hasta la plaza desde el vecino pueblo de Alosno, aunque ambos tenían trabajos diferentes, pues Fernando, estaba al cargo de la oficina que recaudaba el alquiler de pesos a los distintos puestos de la plaza, mientras Sebastián, era vendedor de cupones de la once, aquellos populares cupones de tres cifras, que repartía premios de manera considerable a los habitantes del pueblo. Recuerdo bien a Sebastián con mascota y bastón, y la forma que poseía de visualizar los cupones, al acercarse el cupón a escasos centímetros del ojo por el cual veía, ya que el otro tenía tapado. De estatura alta, poseía un rostro difícil de olvidar, con mascota y grandes gafas. Acompañado por un inseparable bastón, acudía a los domicilios de las personas, suscritas al numero de cupón, en días donde la lluvia era insistente, con un impermeable de color negro, a entregar el cupón. Mi madre, fiel devota de los cupones, compraba tanto a Sebastián como a tío José y siempre repetía la frase.


...-Hay que ver, siempre me toca más, los que me vende tío José.


...-Cuestión de suerte.


Respondí.


Descansa en paz, Sebastián.





...Cae la noche, con su languidez

serena, y en el filtro, aún se escucha

el agua, verter, sobre cubos de hojalata

en los que se refleja la luna, ambarina

que pone fin al día, de dorado

estío, sofocante y abrasador.


Sobre los margenes, horadados

por las aguas, pulcras y limpias

crecen abundante hierba, donde

revolotean asisteros y avispas.


Que rica y fresca, está el agua del

filtro, cuando la sed aprieta, para

reponer los fluidos, que hemos

perdido, en la disputa de un partido.



Recuerdos de Tharsis....Filtros de agua


Marcos Tenorio Márquez


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