lunes, 4 de diciembre de 2023

La tetera...¿Quién mandó asesinar, a Vicente Hermosilla?


 

La Tetera...¿Quién mandó asesinar a...Vicente Hermosilla?



...Vicenta, la menor de las hermanas, de la familia Hermosilla, fallece, en su casa, del barrio de reina Victoria de la ciudad Onubense. La familia Hermosilla, muy conocida en los ambientes de la Huelva, de los años treinta, pertenece a un linaje procedente de Minas de Riotinto. Su padre, Vicente Hermosilla, pidió el traslado a la ciudad, después de que se le diagnosticara asma bronquial. El ambiente de la ciudad, con la mar cerca, resultaba idóneo para combatir la enfermedad, propiciada entre otros factores, por el ambiente, sulfuroso, donde las emanaciones de azufre de la mina resultaban letales para la salud del progenitor de la familia. La familia Hermosilla, estaba constituida por seis miembros, aparte de los padres, cuatro hermanas de edades comprendidas entre los seis y catorce años, formaban una familia cordial, amable y afectuosa con los vecinos, con los que pronto enlazaron vínculos para constituir todo un ejemplo de instrucción, formación y hospitalidad en los duros años en que las revueltas políticas comenzaban a adquirir tintes dramáticos en el país. El salón de la casa de la señora María, estaba siempre a disposición de las personas que pertenecientes o no a su circulo de amistades, se acercaran a tomar el clásico té. Para ello, María, había heredado de su suegra, una vajilla de porcelana China. Esa vajilla, había pasado por varias generaciones de la familia Hermosilla, que la habían cuidado con esmero.


Adquirida por antepasados de Vicente, la vajilla constituía toda una reliquia familiar, que mostraban a todas las personas que visitaban la casa ya fueran altivas o humildes. Este trato amable, cordial y sociable, había sido siempre seña de identidad del apellido Hermosilla. Sólo un pequeño detalle, una espinita clavada en el corazón, cómo solía decir Vicente, había afligido y consternado su existencia, un hijo varón que heredara el apellido y lo exhibiera con bondad y orgullo, cómo el había hecho hasta ahora. Aunque las hijas, constituían para Vicente, todo un modelo de ejemplo, de cómo debe ser una familia bien esmerada, atenta y aplicada, en el arte de vivir en armonía con los que te rodean.


En los años que se produjo la guerra civil, la familia se mantuvo unida. Gracias al trabajo de Vicente, no se produjeron episodios de hambruna, más bien, debido a su carácter solidario con las personas necesitadas evitaron más de un drama familiar..."comparte y te sentirás realizado", era el lema que Vicente quería transmitir a la familia, pues cómo decía...


...-En un mundo donde reina la soberbia, engreimiento, altivez, altanería, nuestra familia es un espejo dónde se debería mirar el resto de la sociedad.


Tras la guerra civil, en los duros años cuarenta, comenzaba la dictadura del general Franco. Vicente, siempre estuvo apartado de la política, sus convicciones morales e ideología política, estaba al lado de la clase trabajadora, aunque no participara en manifestaciones, ni actos políticos. Una noche, al volver del trabajo, observó cómo una persona le seguía. Sin temor a nada, pues no tenía enemigos, siguió su senda, sin sospechar, que esa persona, acabarían con su vida al cruzar la esquina de la calle del Puerto. De forma vil y cobarde fue asesinado por la espalda con sendos disparos de revolver. El fallecimiento de Vicente, provocó en la ciudad profunda consternación. Su mujer e hijas, no admitían, que su marido y padre, estuviera inscrito y simpatizara con partidos de izquierda. Al funeral, por su alma, asistieron diversas personalidades de la vida social de la ciudad, todas reconocieron su profundo sentido de la hospitalidad, honradez, honestidad y humanidad.


...-Un hombre bueno ha fallecido, la vida a veces se muestra cruel, despiadada, sanguinaria y desalmada. Ha sido un crimen perpetrado desde la más absoluta cobardía, ningún ser humano tiene derecho a morir y menos si la labor que realiza es en beneficio de la comunidad...¡Quien haya o quienes hayan cometido dicho acto, se mostraran orgullosos, pero el yugo de la justicia se abatirá sobre ellos, y serán juzgados!.


Estas, fueron las ultimas palabras del párroco, en el sepelio. Horas más tardes, Vicente, era enterrado en el cementerio de la calle San Sebastián de Huelva. Rendidas y abatidas, sin lágrimas en los ojos, regresaron madre e hijas a casa. Comenzaban para ellas, unos años cargados de incertidumbre inquietud y desasosiego. Sentadas alrededor de la tetera, cada hermana relataba, narraba, describían, episodios de la vida de su padre, al finalizar, todas con lágrimas, dirigían su rostro hacia el infinito y lanzaban unos besos. Para María, comenzaba en estos años, una dura batalla para lograr que su familia, formada por ella y sus cuatro hijas no pasaran adversidades ni desgracias. Comenzó a trabajar en una tienda de telas, para después obtener un puesto en el mercado y vender frutas. La hija mayor Lucía, mientras, cuidaba de la casa y sus hermanas. Años terribles, dónde tuvieron que vender, muebles, cuberterías y otros enseres para hacer frente a lo más elemental..."La comida"


...-¡Gracias a Dios, no hemos tenido que vender la vajilla con la tetera, forma parte de la familia...sentimos a Vicente, cuando hacemos uso de ella, su delicada porcelana, lleva impregnado su adn, mientras viva, jamás será vendida!.

Exclama María, con lágrimas en los ojos.



Capitulo II





...Una de las mañanas, Vicenta, hija menor de la familia, observó una carta, debajo de la puerta, sin franquear. En su interior se adivinaba una escueta hoja de papel. Tras recoger el sobre del suelo,Vicenta, lo guardó, hasta la llegada de su madre. Pocas horas después regresaba María, cansada y fatigada de su dura jornada de trabajo en el mercado. Las hijas, bastantes responsables, tenían todo ordenado y la comida a punto de servir. Sentadas sobre la mesa y tras bendecir los alimentos, cómo hacía su difunto padre, se dispusieron a almorzar, para posteriormente saborear el exquisito té, servido en la tetera, cómo siempre había ocurrido.

La suave brisa del sur, penetraba por las grandes ventanas, mientras el sol declinaba por el oeste, entre marismas y la lejana Punta Umbría. Vicenta, recordaba el sobre aparecido por la mañana sobre el bajo de la puerta y acudía para entregarlo a su madre, pidiendo perdón, por no haberlo entregado antes.


...-¡Mamá, esta mañana al ir al colegio, recogí un sobre en el suelo, aquí está!

Exclama, Vicenta.


...-¡Un sobre, que raro, no lleva sello, ni matasellos!.

Exclama, contrariada, María.


...-Veremos a ver que dice.

Responde.


Tras abrir el sobre, María, se sorprendió de la manera que estaba escrito, innumerables faltas de ortografía y caligrafía deficiente, conformaban un texto de pocas palabras.


...-"Arrepentido, esa es la palabra que definiría mi estado de ánimo estos últimos años. Quizás, cuando lea estas letras, ya mi presencia física en este planeta habrá dejado de existir...con sinceridad, reconozco mi equivocación de aceptar trabajos sucios, a cuenta de unas pocas monedas, que malgastas entre alcohol y mujeres de mala reputación. No quiero confundirla más, con mi escrito, sólo le digo que me ví forzado a ejercer de sicario unos años, en que mis problemas con el alcohol y las mujeres, requería que me buscara la vida con estos trabajos, para placar mi sed de vicios. Gente poderosa, pagaba un buen dinero, personas sin escrúpulos, vengativas, que restaba la vida a inocentes para que no hablaran. Quizás, con su marido se equivocaron...y yo fuí elegido para que de modo vil y cobarde, asesinara a su marido por la espalda. Pido perdón, aunque esto sólo sea una vulgar excusa...yo fui el asesino de su marido.


Firmado.

Matías Hernández.


Con rabia contenida y un grito que se escucha por toda la casa, acogió María, el final del escrito.


...-¡Porqué, porqueeee...!.

Exclama, a gritos.


Sus hijas, al escuchar los gritos, acuden al encuentro con su madre.


...-Mamá, que te pasa.

Contestan, asustadas.


...-¡Hijas, la carta que he recibido sin franquear, era...!.

Exclama María, rompiendo a llorar.


...-¡De quién mamá, de quien es la carta!.

Exclaman, al unísono, con nerviosismo, las hijas.


...-La carta que he leído, ha sido del asesino de mi marido y vuestro padre.

Contesta María, aún entre lágrimas.


...- ¡Mamá, debemos entregar la carta a la policía, no sabemos si es verdad o mentira, que investiguen el nombre que aparece firmado!.

Exclaman.


Horas más tarde, ya tranquilas, la familia acude hasta la jefatura de policía, allí las recibe el comisario Fernandez. Con amabilidad, las hace pasar al despacho y comienzan con la lectura de la carta aparecida misteriosamente en el bajo de la puerta.


...-Este escrito, con innumerables faltas de ortografía, tiene viso de ser real, pues aparece un elemento decisivo que es el arrepentimiento, en este caso de un sicario, que realiza trabajos por cuestiones económicas, respaldado por gente poderosa. En la carta pone también que cuando lea estas letras, quizás su presencia física no forme parte del planeta.


Tras unos segundos de reflexión, el comisario continua con el escrito, para finalizar con el nombre que aparece firmado...Matías Hernández.

Tras consultar el volumen de personas censada en la ciudad, aparecen varios individuos con ese nombre.


...-Bien, señora María e hijas, haremos todo lo posible para esclarecer el caso e investigaremos el nombre aparecido en el escrito, de todas las noticias que tengamos, las tendré debidamente informadas.


Tras semanas de investigación e interrogatorios con personas que se hacen llaman Matías Hernández, nada puede aún esclarecer al autor del vil asesinato. En calle Plus Ultra, la señora Cándida, alerta a los vecinos que la casa de al lado lleva varias semanas cerrada.


...-El vecino que habita en dicha casa puede tener unos cincuenta años, mujeriego y borracho, aunque muy amable, vive sólo, desde hace muchos años, pues convivía con su madre que falleció hará décadas, al padre lo mataron los rojos en la guerra.

Relata Cándida, a los numerosos vecinos que curiosean alrededor de la casa.


Días después, llega a la casa efectivos de la policía, el hombre que habita la casa se hace llamar...Matías Hernandez.

Tras golpear la puerta, nadie contesta, las persianas bajadas y las ventanas cerradas, ocasionan que la casa permanezca en completa oscuridad. Sin poder atisbar su interior, la policía regresa horas más tarde, con una orden de registro. Numerosos vecinos y curiosos, permanecen alrededor de la casa, mientras la policía trata de abrir la cerradura. Media hora después, el buen trabajo realizado por el cerrajero, da sus frutos, y la puerta cede, dando acceso a una casa, sumida en oscuridad absoluta. Varios efectivos de la policía, con linternas, penetran en la casa, donde encuentran un largo pasillo con habitaciones a ambos lados. En la izquierda, un salón con mobiliario antiguo y prendas de vestir dispuestas de modo desordenado, componen una imagen donde reina el caos, reforzado, al comprobar que, sobre la mesa, restos de comida enmohecido, de varias semanas, en platos de vajilla de vidrio, acompañados de algunas botellas de vino con poco líquido, conforman que los pocos objetos sobre la mesa, han sido utilizados hace varias semanas. La habitación de la derecha, corresponde a la cocina, con mugrientos azulejos dónde destaca el color marrón oscuro, sobre el blanco, su color natural, de la grasa impregnada sobre ellos. Sobre la encimera, algunas cucarachas corretean cuando el haz de luz de la linterna las ilumina. Diversos objetos y material de cocina, dispuestos sobre los fregaderos sin fregar, demostraba, que el sujeto en sí mostraba pereza, desgana y desidia. Un mueble de cocina, con cristalera de vidrio, soportando algunos platos y vasos, terminan por constituir todo el mobiliario . Más adelante, siguiendo el pasillo a derecha se encuentra la habitación de matrimonio con ropero, armario y una cama de soportes de hierro forjado, con viejas mantas, que evidencian que la cama lleva muchos años sin ser ocupada, por el polvo que impregna toda la superficie. Una ventana de madera, sobre el centro de la habitación, comunican con un patio dónde la malas hierbas invaden gran parte del mismo. La habitación de la izquierda, permanece semi abierta, la intuición de unos de los policías, propicia que entren con cuidado, en la misma. Tras alumbrar con la linterna uno de los extremos, se puede adivinar, la figura de una persona, impregnada de un liquido color, rojo, presumiblemente sangre. Tras avanzar unos pasos y abrir la ventana, un varón de edad mediana, yace sobre una de las dos camas del dormitorio, con avanzado estado de descomposición. En una de las dos manos la que contiene los diversos cortes sobre las muñecas, se encontraba atada al cabecero de hierro forjado de la misma, sobre la mesilla de noche impregnado de sangre aparecían diversas hojas de afeitar.



Capítulo III



... Un gran reguero de sangre cubría parte de la cama, sábanas, almohada y colchón, así cómo parte de la vestimenta del sujeto, camisa blanca, pantalón gris. En su agonía final, había tratado de desprenderse de la sujeción de la mano izquierda, así lo demuestra la cantidad de sangre que había en un extremo de la sábana, que le habría servido para taponar las innumerables heridas, ocasionadas por la afilada hoja de afeitar. El comisario Fernández, daba el caso por cerrado, había sido un suicidio en toda regla, no había señales de violencia en su rostro y cuerpo, sólo una de las manos permanecía atada, lo que supone que el tipo sujetó su mano izquierda, para que en un momento reflexionara y meditara su acto de suicidio y diera marcha atrás, tras no poder lograrlo falleció desangrado. Días después del suicidio, Fernández, llega a casa de María e hijas. Cómo ocurre con todas las personas que visita su humilde hogar, Fernández, es acogido de manera, amable y cortés. Con la tetera presente y tras degustar unas ricas pastas, Fernández, comenzó una charla, para que María e hijas conocieran las ultimas noticias acaecidas, desde el comienzo de la investigación con el misterioso escrito, hasta el ultimo desenlace final, con la aparición del cadáver de Matías Hernández, en su domicilio de la calle Plus Ultra.


...-¡Entonces la carta escrita, era real, y del suicidio!.

Exclama, María.


...-Así es señora, cómo ya le dije, antes de suicidarse quiso en un acto de arrepentimiento, que supiera quien fue el asesino de su marido...pero esto sólo ha sido una décima parte del vil asesinato, los verdaderos responsables siguen viviendo, respaldando su identidad de manera oculta, misteriosa, esa es la gente peligrosa que hace daño a la comunidad. Estos pobres infelices son sólo marionetas manejadas desde el poder, por individuos sin escrúpulos.

Replica, Fernández.


...-Muchas gracias, comisario, esta mi humilde casa, estará siempre abierta para personas, cómo usted, que representan una ley justa para todos.

Responde María.


La década de los años cincuenta, comenzaba con el asentamiento definitivo de la familia, lejos quedaba el vil asesinato, aunque Vicente, permanecía siempre presente en la memoria de mujer e hijas que lo recordaban en cada momento. Cualquier objeto que perteneció en vida a Vicente, era recordado por María, que quedaba pensativa, sintiendo y percibiendo las imágenes de su vida, que pasaba por su cerebro, procesando los distintos episodios de una vida llena de felicidad y amor.

Lucía, la mayor de las hermanas, ha conocido a un joven estudiante de medicina. Instruida por su madre, que observa en el joven una extraordinaria personalidad, destacando, bondad, educación y amabilidad. Tras varios años de noviazgo, por fin, contraen matrimonio fijando su residencia en Madrid, donde Ernesto, marido de Lucía, comienza a ejercer su profesión cómo médico de cabecera, en el barrio de Aluche. Teresa, menor, unos años que Lucía, también sigue los pasos de su hermana, aunque esta conoció a su marido en la escuela de arte dramático en la capital de España. Diez años menor que el, su madre, aprobó el matrimonio y ambos emigraron hasta Cataluña. Beatriz, la tercera más joven de las hermanas, no quiso ser menos que las mayores, aunque después de varios intentos todos terminaron en fracaso. Después de varios años, conoció a un abogado, que había trabajado en casos de asesinatos, perpetrados en los convulsos años cuarenta. Beatriz, contrajo matrimonio con Esteban, el cual quedó completamente consternado al conocer el vil asesinato de su suegro.


...-¡Trataré por todos los medios de esclarecer este horrendo crimen, querida Beatriz!.

Exclama, a su mujer, pocas semanas después de la boda.


Vicenta, por ultimo, la benjamina de las hermanas, aún no ha conocido al hombre, que compartirá su vida, pues entre otras cosas, siente pena por su madre, que quedaría sola en aquella gran casa. Las hermanas, en tono de humor, le regañan que quedará soltera, aunque a ella da igual, pues cuenta con la compañía de su madre, a la cual, poco a poco, se le nota el cansancio de estos años, desde que su querido marido, Vicente, fue asesinado. Esteban, tras fijar residencia en Sevilla, sigue indagando el asesinato de su suegro, para ello cada vez que visita la casa de su suegra en Huelva, intenta visitar los vecinos de Matías Hernández, para conocer que tipo de personas frecuentaban la casa del fallecido y qué personas formaban su circulo de amistades. La casa de Matías, aún continua sin vender, los pocos familiares que posee no se encuentran en la ciudad, y continúa cerrada. La llave de la misma, está custodiada por la policía, tras ser abierta por el cerrajero. Este, posteriormente colocó un candado, pasando la llave a manos del comisario, Fernández.

Esteban, recibe estas noticias por parte de la señora Cándida, la cual mantiene bien informado al joven abogado. Uno de los fines de semana, que Esteban regresa a Huelva, visita al comisario Fernández. Este le recibe de modo cordial.


...-¡Bueno comisario, se preguntará usted, a qué se debe dicha visita!.

Exclama, Esteban.


...-Pues sí, señor....

Responde, Fernández.



...-¡Esteban, señor Esteban!.

Exclama, de forma rápida el joven abogado.


...-Mi visita se debe, al crimen perpetrado por Matias Hernández, contra la persona de mi suegro, Vicente Hermosilla, a principios de los años cuarenta, aunque el caso está cerrado, con el suicidio del sujeto, en cuestión, hay lagunas que se debe investigar, pues el suicidado sólo era un vulgar sicario, pagado por gente poderosa, que viven ocultando su identidad, escudadas tras estos pobres muertos de hambre.


...-Bien, le debo informar, que el caso lleva archivado desde que falleció Matías Hernández, el texto que redacté y que entregué a su suegra, lo dice todo, es imposible saber quién mandó asesinar a su suegro, pues entre otras cosas, se han producido, muchos asesinatos, sobre todo de gente afines a la república, extrema izquierda, simpatizantes del partido comunista y un largo etcetera. Personas peligrosas, que pongan en peligro el reciente instaurado gobierno de nuestro generalísimo D. Francisco Franco Bahamontes.

Responde, Fernández.


Tras esta charla, Fernández, golpea con fuerza la mesa, alzando el brazo y saludando con el brazo extendido, del mismo modo fascista.



Capítulo IV



...Esteban, está dispuesto a esclarecer quien estaba detrás del crimen, perpetrado contra su suegro. Matías Hernández, había actuado cómo cabeza de turco, pagado sin duda por gente influyente y rica del país, personas de ideología fascista, siervos del recién instaurado régimen Franquista. Será una batalla dura, quizás la perderá, en estos momentos que en España reina la dictadura y estos crímenes pasarán a engrosar la lista de memoria histórica, aunque Vicente, no haya fallecido en tiempo de guerra.

María, por su parte, con el paso de los años, ha envejecido de modo considerable, ya no es esa mujer, risueña, enérgica. Su rostro, comienza a ser surcado por innumerables arrugas y su cabello comienza a adquirir un tono blanquecino. La casa, sumida en el silencio, contrasta con aquellos años, en que ocupada por Vicente, mujer e hijas, era toda una casa alegre, animada, alborozada, una casa hospitalaria, solidaria, abierta a todo el mundo que necesitara ayuda.

Las hermanas, visitan la casa de modo irregular, Beatriz, la que vive mas cercana, visita con Esteban, la casa cada dos fines de semana, por su parte Esteban, aprovecha este tiempo para seguir indagando en el asesinato de su suegro. Lucía, al vivir en Madrid, sólo visita la casa en tiempo de verano, cuando Ernesto coge las vacaciones. Por ultimo, Teresa, hace años que no visita la casa de su madre, al vivir en Cataluña, y no poder encontrar hueco, debido a las actuaciones en el teatro.

Un fin de semana que Esteban, ha acudido hasta Huelva, comienza a interesarse por las personas que solían acompañar a Matías, a los lugares que frecuentaba, tabernas, tascas y casas de citas. La información que surgirá de los amigos de Matías, será de vital importancia, para la aclaración de las personas implicadas en la trama, con el posterior asesinato. Esteban, visita una pequeña tasca en Avenida Alemania, regentada por un individuo, que conocía bien a Matías. Tras acceder al pequeño local, varias mujeres ligeras de ropa, le salen al encuentro, con una simple negación de cabeza, quedó claro que ese no era el motivo de la visita al local. El sujeto que regenta la tasca, puede tener unos cuarenta y cinco años, alto, espigado, nariz aguileña, y pómulos sobresalientes. Su mirada de halcón, queda clavada sobre el rostro de Esteban, que pide una cerveza. Las personas que acuden al local, son tipos acostumbrado a este tipo de vida, solteros, viudos y algún que otro padre de familia, desleal e infiel, en una vida matrimonial, donde reina el adulterio. Al pedir una segunda cerveza, Esteban, pregunta al dueño del local, por Matías, argumentando ser pariente lejano y estar interesado por la casa.


...-Matias Hernández, aquí entra mucha gente, no les pido el carnet de identidad a nadie, no sé ni cómo me llamo yo.

Responde, el dueño del local, de modo grosero, vulgar y ordinario.


Un anciano, de unos setenta años, que está al lado, escucha la conversación, por su forma de vestir parece un pobre indigente.


...-Oiga señor, perdone, creo que conocí a ese tal Matías, por el que pregunta. Falleció hace años, suicidándose en su domicilio, o eso al menos dijo la policía, no es cierto.

Responde el indigente.


...-Sí, así es, usted lo conoció, pero perdone...¿Cómo se llama usted?.

Pregunta, Esteban.


...-Pedro, me llamo Pedro, pero todo el mundo me conoce por Perico, el de las piruletas.

Responde, el anciano indigente.


...-Muy bien, le apetece tomar algo, le invito a tomar café, pero abandonemos este local, busquemos un sitio más agradable.


Juntos, se retiran, hasta las calles anexas al mercado, del Carmen. Allí, en una típica cafetería, el anciano comienza a relatar cómo conoció a Matías y su entrada en asuntos de política, sólo para recaudar dinero para satisfacer sus deseos, con los juegos de mesa, mujeres y alcohol.


...-Bien, es usted pariente de Matías, creo que tenía poca familia en Huelva, sus padres emigraron buscando nuevas oportunidades, desde la lejana Extremadura, se asentaron en una casa de la calle Plus Ultra. Alistado en el ejercito nacional, su padre falleció, en plena batalla.

Responde, el anciano, en una primera avanzadilla de información.


...- Sí, soy pariente lejano, estoy deseoso en ocupar la casa, también el motivo del suicidio y si estaba involucrado en asuntos políticos.

Argumenta, Esteban.


...-Mire, no le conozco todavía bien, pero da la sensación de ser buena persona, soy ya viejo, me queda pocos años de vida, quizás mañana no me encuentre de forma física en este mundo, puedo asegurarle que Matías, estaba envueltos en asuntos turbios. Se dice que formaba parte de un grupo de sicarios, al mando de gente, con poder, en la ciudad. Su misión, limpiar la ciudad de escoria republicana, rojos, comunistas, socialistas e indeseables, que manifestaran oposición al recién instaurado régimen.

Responde, Perico el de las piruletas, apodo que se ganó en Huelva, por vender este extraordinario caramelo a los niños/as de la ciudad, durante largos años.


Una primera toma de contacto con el anciano, y Esteban, ya ha reclutado buena parte de información, aunque todavía queda mucha averiguación. Hay que ir poco a poco, para no levantar sospecha. Tras saludar con efusividad al anciano, Esteban, se despide, para reanudar las charlas de nuevo, ante una taza de café, dentro de un par de semanas. Para el encuentro, acuerdan un lugar cercano dónde habita el anciano, una casa en calle Rascón.


Vicenta, la hija menor de la familia, también ha encontrado trabajo, en una pequeña mercería en la calle, Duque de la Victoria, un trabajo que siempre quiso realizar pues le encanta el género de costura, y estar entre ovillos de hilo, lanas, lencería, le apasiona. María, por su parte continua con el proceso implacable del envejecimiento, y poco a poco comienza a perder capacidad para memorizar. La noticia de los primeros nietos, por parte de sus hijas mayores, es acogido con frialdad. Tras la ventana del salón, observa el paso de los años, en soledad.

Un nuevo fin de semana llega, y la gran casa en el barrio obrero, recibe la visita de Beatriz y Esteban, con sorpresa incluida, pues Beatriz espera su primer hijo/a. Vicenta, muy animada por la noticia, cuenta a su hermana la experiencia en el trabajo, cómo siempre, ante la presencia de la extraordinaria porcelana china de la tetera, y el té recién servido. Momentos para hablar de la familia, recordar a su querido padre, y sobre todo preocuparse por la salud de su madre y la prematura perdida de las funciones cognitivas que pueden verse afectadas en la toma de decisiones, juicio, memoria, orientación espacial, pensamiento, razonamiento y comunicación. Las lagrimas, afloran de los ojos de María, cuando recuerda a Vicente.


...-Os acordáis hijas, cuando vuestro padre cogió su primera "borrachera" (intoxicación etilica) y fue a caer junto a la casa de tita María. Y tita decía a su marido Ramón...-¡Ramón, parece que hay alguien en la puerta!...anda ya, María, cómo va a ver alguien en la puerta, si son las cuatro de la madrugada...que sí, hay alguien, anda asómate a ver que pasa...está bien, voy a mirar...María, es tu primo Vicente, vaya borrachera que tiene ,voy a llevarlo a casa”..-jajajajaja... que borrachera había cogido, había venido familia de Tharsis y lo celebraron por todo lo alto, luego después de que tito lo trajera, cayó una buena tormenta..jajajaja...el agua lo hubiera refrescado.


Entre risas y bromas la tarde declina, aunque las tardes del mes de junio son bastante largas y Esteban acude a su cita con Perico.

El café elegido, es una pequeña cafetería, en calle Concepción, hasta allí llega Esteban. Una semana antes, Esteban, había mandado una carta a Perico, donde se le informaba dónde se verían para seguir charlando, e indagar sobre la vida de Matías Hernández. La cafetería, lugar de citas de diversas personalidades, de la vida Onubense, está en un lugar apacible, desde sus amplias ventanas se observa parte de la calle Rascón, donde habita Perico, a escasos cien metros. Desde la misma ventana, Esteban advierte, de la llegada del anciano. Parece algo cambiado, la cita con Esteban, ha influido que su desmejorada imagen de hace dos semanas, haya mejorado, y ya no luce la vestimenta anterior, en la cual se asemejaba a un pobre indigente.

Con una taza de café, recién servido, recibe a Perico, este también pide café con un cortadillo de sidra. Tras degustar tan exquisito dulce, Perico, sigue informando a Esteban, de la vida de Matías.


...-Algunos días llegaba a la tasca, con bastante dinero, solía pedir whiski, una botella, varias mujeres se le acercaban, pero él sólo tenía ojos para Lola, esa mujer lo tenía loco, estaba enamorado de ella, aunque ella ejercía la prostitución, le daba igual, una obsesión, que por poco le cuesta la vida. La quiso retirar del tráfico de la prostitución, pero ella ya estaba involucrada en dicho negocio y sólo trataba a los hombres cómo mercancía, sin ningún tipo de sentimientos. Uno de sus clientes se enfrentó a Matías, y de no ser por la intervención de los allí presentes, Matías, hubiese fallecido, antes del suicidio, porque al hombre que se enfrentaba, pertenece al clan de un grupo mafioso de la ciudad y lo hubiera liquidado.



Capítulo V



...Tras varias citas con Perico, Esteban siente que es el momento oportuno de contar la verdad. Hace ya tiempo que forjaron una buena amistad, ya es hora de que sepa los motivos e interés, por la vida de Matías Hernández. Desde hace mas de un mes, Esteban, no regresa a Huelva, su mujer prosigue con el embarazo. Vicenta, se comunica con su hermana a través de correo escrito, interesándose por la salud mientras cuenta, que su madre, continúa con el deterioro cognitivo. El verano es caluroso en Sevilla, mientras en Huelva, la suave brisa proveniente del mar suaviza las temperaturas. Tras más de un mes sin acudir a la cita con Perico, Esteban y esposa, emprenden el camino para Huelva, llegando sobre media tarde, observando a María tras la ventana, con la mirada perdida, denotando que la terrible enfermedad, se apodera poco a poco de las funciones de su cerebro. María, recibe al matrimonio con una sonrisa, Vicenta, aún no ha llegado del trabajo y Esteban aprovecha el resto de la tarde del viernes para pasear por el barrio obrero, hasta la avenida Federico Mayo. Desde la avenida observa el hospital Manuel Lois, rodeando el hospital hasta desembocar en la vía paisajista. Desde su esplendido panorama observa, el casco antiguo de la ciudad, y al fondo el puerto, con el trajín de los barcos volviendo a puerto. Fuma un cigarrillo, mientras un coche, aparca a su lado, bajando un hombre alto, enlutado.


...-Pero vaya sorpresa, si es el comisario Fernández...hola, comisario, buenas y esplendidas tardes!.

Exclama, saludando con educación.


...-Buenas tardes, no recuerdo bien su nombre.

Responde, Fernández.


...-Esteban, me llamo Esteban.

Responde, con prontitud.


...-Ah sí, efectivamente, Esteban, muy bien, no le veía hace tiempo, desde que me visitó, en la jefatura de policía.


...-Así es, hace tiempo.

Responde, con pocas palabras.


...-Prosigue usted con la investigación, del asesinato de su suegro, o ya la ha dejado.

Pregunta, con interés.


...-Pues sí, hace tiempo que la dejé, creo que con la muerte de Matías, se solucionó todo, si intervinieron más personas todo quedó silenciado tras la muerte.

Miente, y zanja la conversación de su suegro, pues no quiere continuar con la conversación después de la ultima cita con el.


...-Así es, desgraciadamente, ese tipo de asesinos abundaban en aquella época dónde el régimen de nuestro querido generalisimo, no estaba del todo asentado en el país.

Responde, cómo siempre, nombrado a su querido general.


...-¿Quiere tomar algo, le invito a tomar café?.

Pregunta.


...-No gracias, espero, a la hermana de mi mujer, que trabaja en una mercería, otro día que vuelva por Huelva, tomamos café.

Responde, con negación, pues no quiere seguir charlando con este personaje, siervo del fascismo puro y duro.


Subiendo por la cuesta de las Tres Caídas, observa a Vicenta, tras saludarla efusivamente, vuelven hasta casa, donde nuevamente bajo la presencia de la tetera, consumen un rico y sabroso té.

Cómo de costumbre, cada vez que se reúnen, María, habla de Vicente, recordando, aquellos tiempos felices.


...-Te acuerdas, Beatriz, cuando el gallo de tío Roque, entró en casa, y se alojó bajo la cama, que noche pasamos, tu padre decía...pero que pasa aquí, que son estos ruidos...cogió la linterna y miró bajo la cama...el gallo, asustado, emprendió veloz huida...vaya susto, se llevó, el pobre.


Las noches del mes de julio, invitan a tomar el fresco bajo las estrellas, en el portal de las casas, mientras Esteban, piensa, las palabras que debe pronunciar, cuando se reúna con su querido amigo Perico. Un día radiante y soleado amanece sobre la ciudad, Vicenta, prepara el desayuno, María, aún no se ha levantado y Beatriz ayuda a su hermana. Unas ricas torrijas “parias”, embadurnadas de rica miel, servirán de desayuno.


...-Este era el desayuno favorito de Vicente.

Recuerda María, mientras toma su medicación.


Por la tarde, Esteban, se reúne nuevamente, con su amigo Perico, quiere avanzar con la investigación, Lola, amiga prostituta, debe saber mucho de su vida, quiere saber dónde vive...pero ahora es el momento de recibir a Perico.


...-¡Amigo Perico, cuanto tiempo, hace casi un mes, el trabajo me tiene bastante enredado!

Exclama, mientras estrecha la mano.


...-No pasa nada Esteban, antes el trabajo, luego los amigos.

Responde, Perico.


Tras pedir café, con cortadillos de sidra, prosiguen con la vida de Matías.


...-Perico, nos conocemos, hace bastante tiempo, me presenté ante usted, cómo supuesto familiar de Matías, pues le debo decir, que mentí, no soy familiar de Matías, soy yerno de la persona que asesinó Matías, a sangre fría, por la espalda...Vicente Hermosilla, quiero decirle la verdad, a una persona, que me está ayudando a esclarecer el crimen

Pronuncia, con decisión.


...-Lo sé hijo, desde el momento, que nos vimos en la tasca, sabías que no eras familiar, esa gente provenían de Extremadura, y tu acento no es precisamente de esa tierra, te observé buena persona, quizás pertenezca a la policía u otra institución que investiga delitos cometidos.

Responde, con franqueza, Perico.


...-No, la verdad, soy abogado, pero el crimen perpetrado contra mi suegro, despertó en mí, una vocación, que me ha gustado siempre, la investigación...bien, Perico, después de decirle la verdad, como habrá intuido, pues es usted muy inteligente, quiero llegar hasta el final, de este asunto, pues Matías actuó, promovido por otras personas, gente poderosa e influyente, sin lugar a dudas.


...-No cabe duda hijo, tienes que hablar con Lola, ella conoció bien a Matías, supo muchas cosas de su vida privada, si la quieres conocer, ella vive en la barriada de La Orden, en el otro extremo de Huelva, no conozco bien la calle, pero no te preocupes, conozco personas en la ciudad, que me dirá el lugar exacto dónde habita.


Esteban, despide a su gran amigo Perico, y vuelve a casa, mañana partiran para Sevilla. Queda con la incertidumbre de no poder hablar con Lola, pero seguro que dentro de dos semanas, Perico, informará dónde habita. La noche, nuevamente, cubre la ciudad bajo un cielo estrellado, se acercan las fiestas colombinas, y en las calles ya se siente la proximidad con algunos estallidos de cohetes.

Buenas noticias para la familia Hermosilla, Teresa, segunda hija del matrimonio en cuanto a edad y actriz de teatro, regresa al hogar después de una larga ausencia. Han pasado muchos años, desde que fijó su residencia en Cataluña. Por fin las hermanas vuelven a estar reunidas, pues Lucia, también visita la casa de su madre, todos los años con la llegada del mes de agosto. Esta gran noticia, alegra sobremanera a Vicenta, que trabaja a destajo para tener la casa limpia y en optimas condiciones para recibir las visitas. Por fin, llegó el día, toda la familia reunida, excepto Vicente, que fue recordado con un gran aplauso, cuando todos se sentaron nuevamente en la mesa para degustar un rico té, servido cómo siempre en la fina porcelana de la tetera. Los hijos de Lucía, nietos de María, alegran la casa con sus continuas carreras y algarabía, bajo la atenta mirada de la patriarca, que los ve y sonríe. Este es el momento, pensó Esteban, para hablar con toda la familia, de sus investigaciones sobre la muerte de su querido suegro. Reunidos en el salón, en una calurosa tarde del mes de agosto, Esteban comienza, un discurso informativo, de la poca aún información que dispone.


...-Os debo decir, que al no estar completamente de acuerdo con la muerte de vuestro padre, perpetrada por un individuo, cuyo fin pudo ser el robo, pero quedó demostrado posteriormente que ese no era el objetivo, pues vuestro difunto y querido padre, volvía de trabajar y no llevaba encima ninguna moneda. Con el suicidio de ese individuo, quedó completamente acallado el crimen, bajo una nota firmada por el mismo, en la que se confesaba culpable...pero hay muchos interrogantes: primero...este individuo, arrepentido, pudo haber hablado de quienes le indujeron a cometer dicho asesinato: segundo...la muerte se produjo, por desangrado, cuando una de las manos permanecía atada a la cama... ¿No os parece extraño, que un individuo que quiera suicidarse ate una mano a la cama?. Estos son, solos algunos interrogantes, habrá más ya los descubriré. Estos interrogantes me da a pensar una cosa...Matías Hernández, fue asesinado, alguien poderoso de la ciudad, al descubrir que mostraba arrepentimiento por la muerte de vuestro padre, urdió un plan, para que no hablara, y que mejor forma que liquidarlo, aunque antes de fallecer, tuvo que firmar esa nota, que conocemos, bajo amenazas y extorsión. Esa misma noche...en la nota escrita se puede observar las continuas faltas de ortografía y correcciones, sin duda al verse forzado al escribir el escueto mensaje.



Capítulo VI



...Con el fin del mes de agosto, nuevamente la casa queda sumida en el silencio. Las hijas retornan a sus casas, Beatriz, pronto tendrá el feliz alumbramiento, el nombre elegido será, si fuese varón..Vicente, y si fuera hembra..María, así lo ha decidido el matrimonio. El nombre, fue acordado meses atrás, sin ningún tipo de discusión. La investigación sobre quién o quienes mandaron asesinar a Vicente, queda de momento detenida, paralizada. Esteban se encuentra cansado, ha sido un año de mucho trabajo y necesita un descanso con urgencia. Perico, es informado que de momento la investigación queda paralizada. Este por su parte se ha informado, de la calle donde habita, Lola, y en la carta enviada a domicilio de Esteban, incluye la dirección correcta. Esteban, abre el correo, con la carta enviada por Perico. En la misma se puede leer, cómo este aconseja a su amigo descanso, pues queda mucho tiempo para investigar, pero también incluye de forma precisa la dirección de Lola.


...-Querido amigo Esteban, muy bien por tu parte, debes descansar, lo primero es la salud, cuando decidas volver a la investigación, me tendrás a tu disposición, incluyo la dirección de la prostituta, no podía retenerla más tiempo sin que te informara. La dirección es...calle Rio de la Plata portal dos, piso cuatro.

Atentamente, tu querido amigo.


Perico.


...-Bien Perico, que grande y buena persona eres, no sé que podría haber sido de esta investigación sin tu inestimable ayuda.


Esteban, habla en silencio, sin que nadie escuche, mientras guarda la carta. Esta noticia, nuevamente, ha motivado y estimulado a Esteban, para seguir investigando, aunque en estas fechas no podrá moverse de casa, su mujer de un momento a otro, romperá aguas y debe estar preparado, para llevarla a la clínica. En casa de Vicenta, María, continua, con sus continuas perdidas de memoria. Una de las tardes. que Vicenta, regresa del trabajo, esta pregunta que si su padre ha cenado...Vicenta, quedó de piedra, un escalofrío recorrió su cuerpo, mientras de sus ojos brotaban unas lágrimas.


...-¡Mamá, cómo puedes decir si papá ha cenado, papá por desgracia lleva muchos años fallecido!.

Exclama,Vicenta, besando a su madre.


Luego se dispuso a preparar la cena para ambas. El mes de Noviembre ha comenzado con temperaturas bastante bajas, las tardes comienzan a menguar aún más. Pronto llegará la fecha del nacimiento y Esteban, junto a Beatriz, se encuentran en casa de una vecina, cuando Beatriz comienza a sentirse indispuesta. Poco tiempo después, ayudada por Esteban entran en la residencia Virgen del Rocío. Esteban, bastante nervioso, pasea de un lado para otro, contando las horas, fumando innumerables cigarrillos. Sobre las cuatro de la madrugada, una enfermera avisa del feliz alumbramiento. Con gran alegría y júbilo se acerca, hasta la habitación, y allí estaba Beatriz, bastante dolorida, portando entre sus brazos un precioso bebé, de cabello rubio, que ha pesado tres kilos con seiscientos cincuenta gramos. Pasados unos días, Beatriz es dada de alta. Vicente, el pequeñín, reclama toda la atención de sus progenitores, mientras a la casa de Esteban, en el sevillano barrio de Triana, en la calle Lucía de Jesús, llegaban Vicenta y María. Una larga travesía en tren, y un taxi, había sido posible para que Beatriz, abrazara a su madre y hermana, junto con el pequeño Vicente y Esteban, que sonreía, mientras acariciaba al pequeño. Vicenta con toda ilusión, coge al pequeñín en brazos, esbozando una sonrisa, anunciando.


...-Ya eres el tercero, de los nietos de abuela, María.


El feliz nacimiento del primer hijo de Esteban, ha ocasionado que este abandonara la investigación. Ha pasado varios meses, desde la ultima cita con Perico, en la misma se acordó hablar con Lola, pero los últimos acontecimientos surgidos han paralizado la investigación, tampoco Perico, redacta alguna carta preguntando por el feliz alumbramiento.

Una de las tardes, al regresar del trabajo, Esteban, queda pensativo.


-Que raro que Perico, no haya mandado ninguna carta..¿Habrá pasado algo?.

Se hace la pregunta, mientras recuerda su ultima cita.


Ha transcurrido casi un año, Esteban, con Beatriz y el pequeño, no han viajado a Huelva, por temor a transitar con el pequeño. Ahora es Vicenta y María, las que viajan hasta Sevilla. En uno de estos viajes, Esteban, aprovecha la estancia de su suegra y cuñada, para viajar hasta Huelva. Un sábado por la mañana, Esteban, conduce su auto rumbo a Huelva, en primer lugar querrá interesarse por el estado de Perico, luego, si el tiempo permite, se entrevistará con Lola. Tras aparcar el coche en un lugar cercano a la casa de Perico, unos pensamientos de malos augurios surgen sobre su cerebro. Con el corazón palpitando, llega al portal, donde reside Perico. Una vecina, baja, las escaleras.


...-¿Perdone, conoce usted a un señor llamado...Perico, el de las piruletas?.

Pregunta, con ansiedad, cómo si algo terrible hubiera sucedido.


...-Claro, quien no conoce a Perico, o conoció, pues debo informarle, que Perico, falleció este invierno pasado, si es usted familiar...siento mucho su disgusto.


...-Muchas gracias, Perico, era más que un familiar, un gran amigo y buena persona.


Esteban, se retira de la casa entre lágrimas, recordando los buenos momentos vividos con el, mientras piensa.


...-Qué lastima, que no haya podido asistir a su funeral, perdóname Perico, si me observas desde el cielo, un alma caritativa y buena debe estar en buen lugar. Muchos años conseguiste que los pequeños esbozaran una sonrisa, al consumir tus ricos caramelos, descansa en paz amigo.


Antes de partir nuevamente para Sevilla, la curiosidad, por conocer a Lola, invade a Esteban, que porta la dirección, que anotó su querido amigo. Rodea con el coche la ciudad, hasta el otro extremo, penetrando por el alto Conquero. Subiendo una empinada cuesta, para descender luego hasta una zona de pisos. Aparca el coche junto a una iglesia y pregunta a un viandante.


...-Por favor, me podría indicar, la calle...Rio de la plata.


...-Sí, mire usted, coja esta carretera y gire a la derecha, en el primer cruce, ahí esta la calle.

Responde, el viandante.


En poco menos de un par de minutos, Esteban, pregunta por el portal, que se encuentra a escasos metros.

Sube hasta el piso cuatro, ascendiendo por peldaños de escaleras al no haber ascensor o encontrarse averiado. El barrio de La Orden, es un barrio ocupado en su mayoría por gente de provincias, cómo es sábado pocas personas se encuentra por los alrededores. En el piso cuatro hay varias puertas, Esteban, pregunta en la puerta A.


...-Perdone, busco a una señora llamada, Lola.


...-Sí, Lola, que trabaja en una tasca de la calle Gran Capitán.

Responde, un señor de unos sesenta años, sorprendido.


...-Sí, esa es.

Responde, de forma totalmente intuitiva, pues la tasca que visitó, la primera vez cuando conoció a Perico, se encontraba en esa calle.


...-Golpee, en esa puerta ahí, vive Lola.

Responde, mientras observa, con absoluta incredulidad dirigirse a la puerta.



Golpea con decisión, son las trece horas, mientras piensa.


...-Sí ha trabajado por la noche, aún estará dormida.


Tiene suerte al oír unos pasos dirigirse hacia la puerta y abrirla. Frente a Esteban una mujer de unos cincuenta años, de baja estatura, con pelo negro azabache, de raza gitana, con los ojos embadurnados de rimel, que chorrean cuando los frota. Sin lugar a dudas acaba de despertar, por los continuos bostezos, que delatan cansancio acumulado. Esteban, se presenta ante ella argumentando ser familiar de Matías.


...-Buenas tardes, soy familiar de Matías, fallecido hace años, estoy interesado en adquirir la casa, me informaron que usted lo conocía, pues al no tener más familia en la ciudad, usted es la que estuvo con el más tiempo.


...-De momento, me dice que es usted familiar, de un tal Matías, y que yo lo conocí bastante...mire, no me venga con escusas, usted lo que quiere es echar un polvo, por favor, no recibo clientes en mi casa, para mi trabajo uso la pensión en calle Gran Capitán.

Responde malhumorada, quizás la haya privado de unas horas de descanso.


...-No señora, no soy cliente, estoy felizmente casado y no necesito satisfacciones...mi motivo cómo le he dicho, es adquirir la casa y los motivos del suicidio.

Responde con decisión.


...-¿No será usted policía, investigador o detective?

Pregunta, mientras clava los ojos en la vestimenta de Esteban.


...-Nada señora, soy abogado y estoy en Huelva interesado en adquirir la casa, de mi difunto primo y saber las causas del suicidio, cómo familiar que soy.


Tras un rato observando, hace pasar, al abogado hacia el interior. El piso es bastante lujoso, posee los últimos electrodomésticos aparecidos en el mercado, muebles de caoba, y tresillos, sofás, de cuero negro y sobre la pared cuelgan pieles de cebras.


...-Vaya profesión la de prostituta, tiene todo lo que desea.


...-¡Quiere una taza de café!.

Exclama, desde la cocina.


...-Sí, muchas gracias.


Responde


...-¿Muy bien, que desea saber de su primo?.

Pregunta, con deseos de ofrecer información.


...-Sobre todo cómo falleció, se dice que fue un suicidio, mi tío falleció en la guerra y el se quedó con la casa al morir su madre, no conocí bien a mi primo, pero tan mal estaba para suicidarse.


...-Mire, conocí a su primo, en la tasca, acudía bastante, sobre todo cuando poseía dinero en abundancia, se lo gastaba todo en una noche, alcohol, mujeres, juegos, ya sabe, los vicios y tentaciones en que caen la mayoría de hombres, cuando poseen dinero. Estaba enamorado de mí, perdidamente, me confesaba todo, quería que cambiara de profesión, que me fuera a vivir con el, conocía gente influyente de la ciudad, que le buscarían un buen trabajo. Los últimos meses antes del suicidio se encontraba arrepentido, algo había cometido, que no me quería contar..


...-¡Quizás, un crimen!.

Exclama, mientras observa, el rostro de Lola.


...-Sí, puede ser, en una confesión, me contaba que había actuado de sicario en tiempo de guerra, ya sabe, esas personas que asesinan por dinero. Luego, me decía que lo había dejado, algo ocultaba, quizás si hubiera aceptado el compromiso de vivir con el, me hubiera contado las razones de dicho arrepentimiento, pero en verdad le digo, que conocía gente influyente en la ciudad, personas que ocupan cargos importantes en las altas esferas que rigen los designios de la ciudad...eso se lo aseguro.



Capítulo VII



...El asunto quedaba en vía muerta, había gente importante, y esto lo hacía más difícil, ya no quedaba más contactos a los que dirigirse, todo quedaba en manos de un perfecto detective, un Sherlock Holmes, moderno, con un sexto sentido para descubrir el crimen más perfecto. Alejado un cierto tiempo del caso, la vida de Esteban, volvía a la monotonía de siempre. Desde el bufete de abogados, contemplaba el paso del tiempo, viendo a su hijo crecer, y su suegra María, cómo entraba en la ultima fase de la terrible enfermedad, esa que convierte a un adulto en bebé de pocos meses. Vicenta, su cuñada, trata a su madre con todo cariño, sacando fuerzas de flaqueza, para que su querida madre pase este tiempo que precede al fallecimiento, lo mejor posible.


Una llamada de teléfono en la madrugada, alerta a la hija de María, que teme que algo horrible ha ocurrido. Al otro lado del auricular, Vicenta, solloza de forma terrible, comunicando el fatal desenlace, su querida madre  ha fallecido.


...-¿Que sucede?.

Pregunta, Esteban, intrigado.


Sólo con observar la expresión del rostro, de Beatriz, Esteban, denota que algo terrible ha sucedido cuando su mujer rompe en llanto. Un llanto, sincero, franco, desgarrador. Esteban, trata de consolarla, abraza a su esposa, mientras las lágrimas descienden sobre su rostro cómo un torrente, bajara de una montaña. Sin tiempo que perder parten para la ciudad. Una vez allí, hacen las llamadas al resto de hermanas. Numerosos vecinos aguardan en la puerta, todos tratan de calmar a Vicenta, que se muestra abatida, decaída, extenuada. Abrazados todos, contemplan el cuerpo de María, por ultima vez. Transcurrido un tiempo, sólo falta Teresa. El largo trayecto desde la ciudad Condal, hace el viaje interminable, para dar el último adiós a su querida madre. Por fin, reunidas todas las hermanas, desvelan un deseo de su madre, antes de fallecer, y es leído por Vicenta. Este pequeño deseo guardado con celo por Vicenta, en forma de papel, decía así.


..."Queridas hijas, es mi deseo, el día que fallezca, enterrarme junto a vuestro querido padre, en el pueblo que nos vio nacer....Minas de Riotinto".


Con lágrimas sobre sus enrojecidos ojos, Vicenta, no puede seguir leyendo, rompiendo a llorar. Tras desenterrar el cuerpo de Vicente, este fue introducido en la caja de María. Por fin, largos años después, volvían a estar unidos en el sueño eterno. Los restos de ambos, parten hacia el pueblo, dónde un día se conocieron y forjaron una amistad que unieron, fundieron y fusionaron con la posterior boda y el nacimiento de sus cuatro hijas. Numerosos vecinos del pueblo se congregan a las puertas del camposanto para dar el ultimo adiós a María. En esos momentos, un anciano se acerca, hacia el grupo de hermanas, vislumbrando por su fisonomía que se trata de un ex minero. Su voz ronca, bronca y áspera delata que tiene problemas, quizás por el tabaco o por los duros años aspirando el polvo de mineral.


...-¡Hola, sois vosotros familiares de María!.

Exclama.


...-Sí, somos familiares.

Responden todos, al unísono.


...-Conocí a Vicente, he trabajado años con el, en la mina, hasta que marchó para Huelva. Desde entonces nunca volvimos a vernos, sentí mucho su fallecimiento...¿No sé quien pudo haber sido el cobarde y vil asesino, porque era una gran persona ?.


Esteban, presta atención a las palabras del anciano, puede ser una fuente de información, quizás el posterior crimen se perpetrara desde su pueblo, necesita hablar con él, antes de partir para Huelva.


...-Perdone, me llamo Esteban Gutierrez, casado con Beatriz, hija de Vicente Hermosilla...¿Dice usted que trabajó con el?.


...-Sí, trabajamos juntos hace muchos años, gran persona, bondadosa, caritativa, afable, nunca tuvimos un mal roce, sabía comportarse aún en los momentos más duros, cuando el trabajo requería templanza, para no enfrentarse contra aquellos déspotas encargados, que trataban a las personas cómo animales.


...-Perdone, pero no conozco su nombre, para poder dirigirme a usted.


...-Julian, López, Gonzalez, ese es mi nombre.

Responde, de forma rápida, su avanzado estado de edad no representa problema alguno para que mantenga una mente  lúcida y activa.


...-Muy bien, Julián, sabe usted si Vicente, por aquella época estaba envuelto en asuntos de política.


...-Que yo sepa no, el me decía que la política es para acceder al poder de manera fácil, y una vez inmerso, te vuelves una persona depravada, indigna, a la cual sólo interesa su interés particular.

...-Algo de ideología sí tendría.


...-Puede, que estuviera más cercano de la ideología de izquierda que de derechas, pero ya le digo, que él no quería saber nada de política, aunque los compañeros siempre acudíamos a él, cuando había problemas, tenía mucha personalidad, quizás si hubiera sido ambicioso, hubiera destacado en la política.


...-Por último Julián, con esta pregunta ya le dejo, lo noto cansado...¿Sabe usted, sí en el pueblo había algún tipo de falange Española, u otra organización que simpatizara con el régimen, alguien cercano que conociera a Vicente?.


...-Pues mire, buena pregunta, aquí en el pueblo todo el mundo ha conocido a Ismael Hurtado, desde la sombra, era el que anotaba nombres que pudiera estar relacionado con sindicatos de izquierdas, partidos políticos, etc. Cuentan de él que era cruel, despiadado, muchos inocentes fallecieron victimas, de haber permanecido en su lista, una lista negra, que pasaba todos los meses al sargento de Falange Española, destacado en el pueblo.


...-¡Vive, el tal Ismael!

Exclama.


...-No, falleció hace meses, pero su casa, esa gran mansión que posee a las afueras del pueblo, tiene que guardar muchos secretos.


...- Gracias Julián, es usted una gran persona, cuídese de salud, pues deseo visitarlo la próxima vez que acuda al pueblo.



El grupo de hermanas, abandonan Minas de Riotinto, tras enterrar a sus padres en el cementerio local. Ha resultado una jornada donde los sentimientos han aflorado a flor de piel, aunque la tierra que un día los uniera, hoy día los une nuevamente en el sueño eterno y eso tranquiliza a la familia.

Vicenta, aunque apesadumbrada, se siente feliz, la terrible enfermedad de su madre, la ha llevado con resignación, sabe que ha realizado todo lo posible, para que su querida madre, no sufriera y padeciera. Su madre desde el cielo debe estar satisfecha. Esteban, regresa con noticias, inesperadas la información de Julián, ha sido de vital importancia y pueden dar un vuelco a la investigación. Quizás esa mansión guarde los últimos datos de este rompecabezas. Desde Sevilla, trata de conseguir un registro, pero tiene suerte, la casa está en venta. Una inmobiliaria de Huelva, posee las llaves para quien quiera comprarla pueda visitarla. Debe darse prisa, antes que alguien la compre y pueda destruir todo tipo de documentos, cartas y datos que posea. Llegado el viernes, Esteban se traslada hasta Huelva, la Inmobiliaria se encuentra en la avenida Alameda Sundhein, y recibe el nombre de Barroso. Tras aparcar el coche, se dirige hasta sus oficinas, y es recibido por un hombre de mediana edad, pelo castaño.


...-¡Buenas tardes, mire, vengo a preguntar por una casa que se encuentra en Minas de Riotinto!.

Exclama.


...-En Minas de Riotinto...sí, aquí tengo un catálogo donde están todas las casas de la provincia. A ver Minas de Riotinto, púes sólo hay dos casas a la venta, le muestro las fotografías.


El empleado muestra, un par de fotos, una es una gran chalets, tipo mansión, la otra es una casa en el pueblo...no hay que ser muy inteligente para saber de que casa se trata,y señala de forma rápida y precisa.


...-¡Esta!.

Exclama.


...-A ver, hombre, una gran casa, es tipo chalets, puesta a la venta hace un par de meses, su propietario Ismael Hurtado, falleció, y los sobrinos que tiene, que  no residen en el pueblo, la han puesto en venta, su precio ronda los veinticinco millones de pesetas.


...-Podría visitarla, ya sabe, antes de comprar, quiero saber en qué condiciones se encuentra.


...-¡Bien, vayamos a visitarla!.

Exclama.


...-Tengo mi coche aparcado aquí cerca, podemos usarlo.

Responde.


Esteban ofrece su coche, para que el empleado de la inmobiliaria, crea que está interesado en la adquisición y muestre la casa con seguridad. Necesita tiempo para que me sonría la fortuna y encontrar esa especie de cuaderno, dónde según dice Julián, el tal Ismael, anotaba en una lista las personas que supuestamente se oponían o mostraban desagrado al régimen. En poco menos de hora y media llegamos al pueblo. Desde el auto se divisan las profundas heridas efectuadas por el hombre, sobre la tierra, para extraer el mineral. Llegamos hasta el barrio de Bella Vista, dónde se encuentra el espectacular chalets. Las casas de Riotinto de clara influencia Británica son parecidas a las del barrio de la reina Victoria, de Huelva. Rodeado de un enorme cinturón de pinos piñoneros, llegan hasta las inmediaciones. El aspecto exterior de la casa parece descuidado. Varios mirlos con su cantos melódicos nos dan la bienvenida.


...-Muy bien, aquí estamos, el aspecto exterior no parece bien cuidado, pasemos al interior.

Responde el empleado de la inmobiliaria.


Tras abrir la primera puerta, esta los transporta a un hall, donde encuentran, perchas y paragüeros, para dejar ropa de abrigos y paraguas. Seguidamente una gran puerta corredera abre sus hojas, para dar paso a un gran salón, presidido en un extremo por una gran chimenea y muebles de estilo rustico, con cuadros de bodegones, escenas de cacerías, por lo que da a entender que el tal Ismael era aficionado a las cacerías. Sofás y tresillos de piel, rodean una pequeña mesa de cristalera, con un gran jarrón sobre el centro, que contenía claveles y rosas, ahora marchitos. En el otro extremo una gran mesa de madera, presidida por media docena de sillas, con asientos de piel, completan el fabuloso salón de casi cuarenta metros cuadrados. Abandonando el salón, pasan a visitar una extraordinaria cocina, con todo lo necesario para hacer feliz a una experta cocinera. De esta forma, Esteban escudriña, y observa, toda la casa, hasta llegar al despacho, el lugar que ha venido a buscar, dónde quizás encuentre lo que ha venido a averiguar. Ismael Hurtado, solía leer cantidad de libros, muchos de ellos relacionados con el III Reich. El abogado, nota al empleado de Inmobiliaria cansado, ha debido tener un día muy ajetreado, es el momento para que descanse un poco y yo pueda rebuscar en el despacho.


...-¿Lo noto cansado, si quiere, puede esperar fuera, mientras yo recapacito y le doy la respuesta?.

Pregunta.


...-Pues sí, estoy un poco cansado, si no le importa descansaré en el coche.

Responde, entre bostezos.


Es el momento que esperaba Esteban, para comenzar un registro exhaustivo, en un despacho repleto de libros. En primer lugar, comienza por las cajones de la mesa escritorio, busca sobre todo, un cuaderno que contenga aquella lista negra confeccionada, para restar vidas, a personas de ideologías diferente, opuestas al régimen o simplemente inocentes. Pasa el tiempo y el corazón del abogado se acelera, no encuentra nada, y ahora busca sobre la inmensa biblioteca, en una zona donde los innumerables volúmenes, dificulta el trabajo, entonces hace un descubrimiento, donde quizás se halle la información que necesita. En una zona de la extensa biblioteca, se encuentra un apartado con viejos archivos, ordenados por años. Esteban busca los comprendidos entre los años en que su querido suegro falleció, ahí es donde debe hallar las respuestas a sus preguntas, mientras, observa por la ventana que el empleado sigue descansando sobre el asiento trasero del coche. Revisado gran parte de los archivos aparece uno en el que deposita todas sus esperanzas..."Documentos de la guerra civil”.


Con bastante nerviosismo, abre el archivador, y sorpresa, aparece un cuaderno con la tapa negra, bastante deteriorado, por la utilización a la que fue sometido, aquellos años. También sobre el archivador aparece un gran manojo de correspondencias, atadas con hilo de lana. El abogado las recoge y las guarda, en la chaqueta, que se ha quitado, para esconderlas y pasar desapercibido, ante el empleado. Cierra la puerta que dan acceso al despacho y camina por el gran salón para salir al hall y abandonar la gran mansión. Golpeando sobre los cristales, de modo suave, avisa al empleado.


...-¡Bueno, pues ya está, me ha encantado, en los próximos días, tras consultar con mi mujer, decidiremos la compra!.

Exclama, devolviendo las llaves.


...-Muy bien, espero que le haya gustado y que esta casa, de buen precio, pueda ser adquirida por usted, pues ha sido el primero en visitarla.

Responde el empleado.


El viaje de vuelta se hace largo y pesado, escondida en la chaqueta, se encuentra el cuaderno y el manojo de correspondencia, que ojalá, alojen toda la información, que necesito, para desenmascarar al supuesto o los presuntos individuos, que ejecutaron la orden de asesinar a mi querido suegro. Llegados hasta Huelva, por fin, y tras saludar al empleado, Esteban, emprende viaje para Sevilla, colocando la chaqueta sobre el asiento de copiloto.

El corazón del abogado se acelera, está deseando abrir el cuaderno y las correspondencias, para sumergirse en sus oscuras páginas.

Beatriz, junto a su hijo, recibe asustada a su marido, respondiendo.


...-Causas del trabajo, me han mantenido todo el día ocupado.


Por fin, encerrado en su despacho, comienza con avidez a pasar páginas. El cuaderno con tapa de cuero, se encuentra en buen estado, pese al deterioro y uso. Muchos nombres, aparece en la lista, al lado de cada nombre, aparece el signo de una cruz, quizás sean los fallecidos. En las primeras páginas, no encuentra de momento nada, relacionado con su suegro, Vicente Hermosilla. Comienza a pasar las páginas con avidez, buscando el nombre de su suegro, cuando da un pequeño alarido, sobre el centro del cuaderno aparece un borrador, que dice...


..."Mi querido y admirado, sargento Salguero, es para mi un honor trabajar a sus ordenes, siempre que nuestro querido y admirado Caudillo, encuentre en nuestro trabajo, un enorme aliado, para limpiar España de escoria: rojos, republicanos y personas opuestas al régimen. Le escribo esta carta, para informarle que una persona sospechosa ha huido con toda su familia hasta Huelva, una persona que se hace llamar Vicente Hermosilla. Es mi deber informarle y que usted se ponga en contacto en la ciudad, con nuestro querido y admirado comisario Fernández, que ya dará buena cuenta de dicho sujeto. Sin más por mi parte, reciba un cordial saludo.

...Viva España...Viva Franco.

Fdo.

Ismael Hurtado.


Esteban, palidece de horror, su frente se vuelve febril, había sospechado del comisario Fernández, pero jamás pensó, que un hombre que hace cumplir la ley, estuviera detrás de ese horrendo crimen. Debe preparar todo para acusarlo e inculparlo, aunque va a resultar una tarea difícil, porque la nación lleva poco tiempo en democracia, y aún hay muchos jueces, magistrados, letrados, togados ,pertenecientes al anterior régimen.

Aún es pronto, de todas formas desea hablar con él, va a ser difícil que pase el resto de su tiempo entre rejas. Antes de todo esto, debe reunir a toda la familia, quiere que sepan cual fue el verdadero asesino de su padre, aunque el que ejecutara, los disparos, recayera en la persona de Matías Hernández.

Aprovecha la época estival y reúne a la familia en su casa. De nuevo, cómo ocurriera en el fallecimiento de su suegra, vuelven a reunirse, al completo, en este caso para informar, de las últimas averiguaciones, las cuales han sido cruciales para conocer a las personas involucradas. Tras un suculento almuerzo

y el posterior café, Esteban comienza el discurso.


...”Bien, cómo sabréis, que tras conocer a vuestra hermana Beatriz, y comentarme el vil asesinato de vuestro padre, quedé bastante consternado y prometí, desenmascarar al individuo u organización, que desde la sombra, mandaron ejecutar y asesinar a vuestro padre, cuya labor recayó en un sicario, de nombre que ya conocéis. Este sicario quizás arrepentido o no, acabó suicidandose, y aquí llega unas dudas, puesto que también podría haber sido forjado a escribir la nota, para una vez escrita, ser asesinado para que no hablara, culpara y desenmascarara a los verdaderos culpables. Han tenido que pasar décadas, no soy profesional de la investigación, pero gracias a unas personas, a las cuales estaré eternamente agradecido, he podido al fin descubrir al verdadero cabecilla o cabecillas, de dicho crimen. La historia comienza en el pueblo de vuestros padres. Nos remontamos a tiempo de guerra civil, donde vuestro querido padre tuvo que marchar del pueblo, por problemas de asma bronquial. Alguien llamado Ismael, apellidado Hurtado, de profesión chivato, soplón o delator, por llamarlo vulgarmente, intuyó que vuestro padre huía por motivos políticos, y así se lo hizo saber al sargento de Falange Española, destacado en el pueblo, un tal Salguero. Este, se puso en contacto de forma rápida con una persona ilustre y destacada, en la ciudad.


De pronto se produce un murmullo entre la familia, que siguen con expectación el desarrollo del informe.


...-No podéis imaginaros quién mandó asesinar a vuestro querido padre.



...-¡Quién fue, por favor, Esteban, no nos haga sufrir más!.

Exclaman, todos/as al unísono.


...-Fue...el comisario, Fernández.


Rostros de incredulidad y escepticismo, aparecen, no podían creer, que el buen comisario, que había visitado constantemente a la familia, hubiera mandado asesinar a su padre.


...-¿Pero, porqué?.

Se preguntan todos.


...-Con un cuaderno, rescatado de la casa de Riotinto, se ha podido esclarecer todo. Las causas que llevaron al señor Hurtado, a sospechar de vuestro padre, pueden ser muy diversas, entre las cuales están la manera que vuestro padre tenía para relacionarse con la gente humilde y trabajadora.


...-¡Celos, quizás!.

Exclama,Vicenta.


...-Puede ser una de las razones, también envidia, rabia, que vuestro padre poseyera ese don natural, para relacionarse con la personas sencillas, humildes, modestas y afables. Creía Ismael Hurtado, que este tipo de personas son peligrosas, en el instaurado régimen Franquista, pues podría inducir a los demás a revueltas y manifestaciones en contra, de su querido y añorado caudillo.



Tras unos días de feliz estancia en casa, la familia retorna a sus hogares, feliz y contenta de que por fin haya sido desenmascarado los verdaderos culpables, aunque el mayor de todos, Ismael Hurtado, haya fallecido. Pasados unos meses, Esteban, prepara los últimos informes para culpar al comisario Fernández, cree también que fue responsable de la muerte de Matías Hernández, pero no posee pruebas.


Debe visitar al comisario, fingiendo que no posee información alguna, y que el caso está cerrado. Quiere ver su reacción, si después de tantos años transcurridos, muestra algún tipo de arrepentimiento.



Capítulo VIII



...Prepara todos los informes que culpan al comisario Fernández. Varias decenas de folios, ocupan junto con el cuaderno, todos los recursos, pero esta vez, sólo realizará una visita, para ver cómo se encuentra su “querido” comisario, entre

comillas. Viaja temprano, a la ciudad Onubense, los días de verano son especialmente calurosos, en la ciudad Hispalense. En Huelva, baja unos grados por su proximidad al mar. Cómo dispone de bastante tiempo, pasa por el cementerio, de nuestra señora de la Soledad, para visitar la tumba de su querido amigo Perico, al cual conoció de manera casual en sus primeras investigaciones. Perico ayudó bastante de manera desinteresada, al abogado y este sintió mucho su fallecimiento. Antes de entrevistarse con el comisario Fernández, toma café, en el popular Café Central, con unos churros de patatas comprados en la esquina de la churrera del mercado. Huelva, en este día de verano, se muestra esplendida, desde el mercado llegan emanaciones de fruta fresca, mientra saborea el rico café con churros. La comisaría de policía se encuentra en el paseo Santa Fe, y hasta allí dirige sus pasos. Cruza la calle Puerto, dónde hace décadas fuera asesinado su suegro, para adentrarme en el paseo Santa Fe y desde ahí hasta la jefatura de policía. En la puerta de la jefatura, pregunta por el comisario Fernández, se presenta cómo amigo intimo. El policía al no fiarse de su persona, pide el documento, que muestra con todo tipo de educación.



...-¿Conoce usted, al comisario Fernández?.

Pregunta.


...-Sí, claro que le conozco, hace años, cuando investigaba, el asesinato de mi suegro.

Responde.


...-Pues le debo dar, malas noticias, el comisario se encuentra gravemente enfermo, está hospitalizado en el hospital Manuel Lois.


Sorprendido, aunque luego recapacita, Esteban, recuerda bien, su profunda pasión por el tabaco ya que solía fumar en aquellos años varias cajetillas de cigarrillos.


...-¿Puedo visitarlo, he venido precisamente desde Sevilla, para hablar con él?.

Pregunto.


...-Sí, claro, que puede visitarlo, se encuentra en la planta 5ª del hospital.


El abogado se traslada deseoso de hablar con el, hasta la residencia sanitaria Manuel Lois, fabuloso edificio, construido sobre el cabezo de la Esperanza, he inaugurado en 1952. El paseo hasta la residencia es largo, sobre pendiente, ascendiendo por la cuesta de las Tres Caídas pronto se encuentra en la puerta que da acceso al hospital. En el mostrador de información, responden que las visitas es a partir de las cinco de la tarde, por lo que el abogado aprovecha para visitar a su cuñada.

A las cinco de la tarde, horario taurino, el abogado se dirige hacia la residencia tras tomar el clásico té, en casa de su cuñada Vicenta,. Sube las escaleras para no esperar el lento ascensor, y su corazón comienza a acelerar, a medida que se acerca hasta el vil asesino. Una vez en la 5ª planta, busca con impaciencia la habitación 12, mientras una enfermera, informa para que aguarde un momento, pues el doctor, ha sido avisado para que acuda hasta dicha habitación. Sentados en los duros asientos de la sala de espera, aguarda el momento, con impaciencia. Por fin la enfermera indica que puede pasar. Esteban, penetra en la habitación numero 12, encontrándose a una persona extremadamente delgada. No se parece nada al comisario, que conoció años atrás, sus rasgos fisiológicos han cambiado por completo. Al ver la presencia del abogado se alegra, lo reconoce de momento.


...-¡Hombre, abogado Esteban, me alegra verle y que se interese por mi salud!.

Exclama y deja de hablar, mostrando problemas de asfixia.


El aspecto es lamentable, bastante demacrado, ha podido perder casi cuarenta kilos de peso, este no es el hombre fuerte y alto que conoció, posiblemente tenga un cáncer de pulmón en fase terminal. Triste final o buen final, según de que parte recaiga, para una persona que ha ejercido una profesión para perseguir malhechores y encarcelarlos, pero también para restar vidas inocentes cómo el caso de Vicente.


...-He venido a casa de mi cuñada y al preguntar por usted me han informado que estaba ingresado.

Responde.


...-Sí, llevo ya unos años, desde que se me diagnosticara un tumor en el pulmón izquierdo.

Deja de hablar, escupe constantemente, mostrando síntomas de ahogo y sofoco en cada momento.


...-Relájese, no se altere.

Responde.


Observa al abogado, con una mirada triste, quizás en estos momentos cuando se acerca su final, tenga arrepentimiento. No puede seguir hablando, mientras observa, parece querer decir algo, casi susurrando.


...-Sepa usted, que sentí la muerte de su suegro...aunque me quedan días de vida, le aseguro, que no actué de mala voluntad. Me informaron desde Riotinto, que su suegro era sospechoso, un líder revolucionario, en contra del recién instaurado régimen. Años después me dí cuenta de que había cometido un error y su suegro era inocente.


...-Lo sé todo, comisario, he investigado este caso, hasta hace pocos meses, lo único que queda pendiente, es saber si usted mandó también asesinar a Matías Hernández.


...-Sí, también, mandé ejecutarlo, ordené que escribiera la nota y luego después, varios hombres, lo sujetaron y cortaron las venas, mostraba signos de arrepentimiento, quería casarse con una vulgar prostituta y dejar de ser sicario. Ahora que he contado esto me puede encarcelar, pero estos años de enfermedad, han echo que me arrepienta, de aquellos años dónde cometí algún error.


...-Yo no voy a encarcelarlo, tampoco le deseo la muerte, pero sepa, que la familia de mi mujer, nunca olvidará el irreparable daño. Ha tenido el valor de contar lo que sucedió, eso le honra, yo no esperaba esta reacción de su parte, por lo demás sólo me queda desearle que pase buen día.


Baja las escaleras, sorprendido, quizás se haya quitado la sensación de remordimiento que le atormentaba todo estos años, parece extraño, pero todos los que en vida cometen actos en contra de personas inocentes, al final acaban pagando con dolorosas, desgarradoras y penosas enfermedades el final de sus días en la tierra. Antes de marchar para Sevilla, visita de nuevo a Vicenta, informándole de lo sucedido.


...-Cuando tengas noticias del fallecimiento de Fernández, me avisas.


Tan sólo pasados unos días, Vicenta, informa por teléfono.


...-El comisario Fernández, ha fallecido a la edad de 73 años, victima de un cáncer de pulmón, con metástasis incluida.



El fallecimiento de Vicenta, la única hermana que quedaba del matrimonio Hermosilla, se produjo sobre las nueve de la mañana del mes de enero de 2006, en su domicilio del barrio reina Victoria de la ciudad Onubense. La casa, puesta en venta meses después por los tres únicos sobrinos, tuvo un comprador, que rápidamente se deshizo de todo los muebles, tan sólo manteniendo, la preciosa tetera de porcelana china.



La tetera...¿Quién mandó asesinar, a Vicente Hermosilla?

Relato original de Marcos Tenorio Márquez.


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