El falso y
el buen hermano.
...Andrés y Jorge,pertenecen a
la misma reunión,pero cada uno tiene conceptos diferentes
de sentir en lo más profundo de su corazón,lo que significa
tener fe,pasión y devoción en torno a la figura de su patrona. Son
polos opuestos en pensamientos,opiniones e ideas,del modo de
disfrutar de la fiesta.
Andrés hace gala de
enorme,devoción,veneración y entusiasmo por la Santa,con claras
muestras de sentimientos,afectos y pasión,que refleja en su
rostro,cuando el estandarte,con la imagen bordada,sobre un fondo de
colores burdeos y dorados ,aparece por la puerta de la ermita. Jorge
por su parte, exterioriza de cara a la galería,todo un repertorio de
falsas apariencias,que remata los días de celebración con
fastuosos,lujosos y vistosos trajes hechos a medida,por los mejores
modistos de la provincia. Varias medallas de oro y plata,luce sobre
su pecho,con la imagen de la Santa. Orgulloso con toda esta
parafernalia, pasea vanidoso,altivo y arrogante,extendiendo su poder
egocéntrico,montado a lomos de un corcel negro,por todas las calles
del pueblo.
Andrés aguarda en las inmediaciones de
la ermita,la salida del simpecado,un escalofrío recorre su menudo
cuerpo, cuando el estandarte de la patrona,en su carroza nacarada
espera para ser guiada por bueyes. Como cada año,numerosos hermanos
y hermanas se reúnen en las inmediaciones de la ermita, ataviadas
con trajes típicos,proclamando,divulgando y pregonando su nombre con
pasión, sentimientos y cariño. Las primeras salvas de
cohetes,estallan en el azulado cielo,cuando el implacable astro rey
de tonos dorados,emerge por la sierra encasillada..el vello de sus
brazos comienza a erizar y un cosquilleo,sacude,como una pequeña
descarga eléctrica su torso,excitado y exaltado por los
sentimientos,es ahí donde descubrimos al verdadero
hermano,declarando,confesando y manifestando verdadera
devoción,apareciendo movimientos compulsivos,los cuales le llevan a
besar repetidas veces,su vieja medalla,de cordón roído,carcomido
por el paso de los años. De sus enrojecidos ojos,brotan
lágrimas,sinceras,francas y nobles cuando la multitud
grita.....¡¡¡Viva Santa Barbara!!!.
Con devoción y fe,emprende el
camino,siguiendo la carroza,hasta el santuario del “Barrito”. Por
su parte Jorge,hace gala de su habilidad como jinete,forzando al
potro a realizar cabriolas,saltos y piruetas delante de señoritas
que aplauden sus excentricidades con autentico entusiasmo. Llegados
hasta el incomparable marco donde se encuentra la ermita y bajado de
su caballo,llega hasta la caseta, alzando la voz,pidiendo algo de
beber y comer,mientras, el potro,es completamente ignorado.
Andrés, tras permanecer en la ermita
acompañando la imagen de su patrona,llega hasta la caseta. Con
humildad,bondad y exquisita educación, saluda a todas las personas
sin excluir clases sociales e ideologías políticas. Participa en la
fiesta,mostrando principal interés por las personas que acuden como
invitados hasta la caseta ,erigiéndose en anfitrión para servir
adecuadamente,sin malos gestos ni reproches.
Jorge,tras comer y beber,muestra claros
síntomas de intoxicación etílica, que no le impide para montar de
nuevo en el caballo. Su mujer recrimina los actos,respondiendo con
amenazas descalificaciones e insultos. Andrés,participa en todos los
actos que la Hermandad tiene previsto,con fervor y devoción,siente
en sus carnes cómo la piel eriza,cuando tras permanecer bajo
palio como costalero,alzan la Santa hasta el cielo,para
continuar,visitando casetas,en una noche,donde las estrellas son
testigos mudos del rosario de la aurora.
Jorge fuerza al potro hasta la
extenuación,con una fina vara de adelfa y espuelas,infringe daño al
animal,con acciones como esta quiere demostrar su total dominio de la
bestia.. Andrés,regresa para su hogar ,de madrugada,agotado por el
enorme esfuerzo de
portar la Santa,duerme unas
horas para regresar a media tarde,de nuevo a la ermita.
Jorge, por
su parte, imparte discursos en la caseta,en los que reluce sus
delirios de grandeza,apoyados por unos cuantos de su misma calaña y
formas de pensar,le importa un pimiento el carácter religioso de la
fiesta,pues piensa que las fiestas son para beber, comer y esnifar
rayas de coca,para mantenerse el mayor tiempo activo.
Desgraciadamente esta filosofía suya cuenta con muchos
adeptos,falsos hermanos,que se escudan bajo la apariencia de buenos
samaritanos,lobos disfrazados con pieles de
corderos,vanidosos,orgullosos,soberbios,cómo una alta sociedad donde
prevalece,la envidia,celos,rencor hacia personas que predican y
pregonan con sencillez y humildad.
El lunes por la
tarde,la comitiva regresa para Tharsis.
Andrés acompaña a su patrona
apoyado sobre el simpecado,cansado pero satisfecho
por el deber cumplido. Jorge a lomos de su caballo,que muestra
peligrosos signos de agotamiento,exhibe una vez más su dominio de la
bestia,con rápidas carreras campo a través,rompiendo el protocolo
de la caballeria.
Por fin,la comitiva llega hasta
el pueblo,numerosas personas se congregan junto a la ermita,en una
tarde de tonos rojizos y dorados,para rendir culto por última vez a
su bella estampa.
Un año más, la Santa ha celebrado su
romería,sin tener que lamentar ningún incidente. Andrés,regresa
para casa,su madre entrada en años necesita la compañía que le
brinda su hijo y juntos comparten la cena,donde Andrés contará todo
cuanto ha sucedido.
Mientras, en el pueblo continua
la fiesta para Jorge,olvidando por completo lo que significa la
palabra devoción,apaleando,golpeando a su pareja por regañarle su
aptitud
los tres días que ha durado la
romería.
El falso y el buen hermano...Un
relato de Marcos Tenorio.
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