martes, 8 de septiembre de 2020

La cogujada y el malacate.



 

 

La cogujada y el malacate.



...Canta la cogujada, expandiendo sus bellos trinos, entre las ruinas, de antiguas edificaciones, construidas con acento inglés, por unos hombres disciplinados, los cuales nos transmitieron como norma fundamental, orden , rigor y obediencia, para llevar a cabo duros trabajos, en el interior de oscuras galerías, iluminadas de manera sutil, leve y tenue, por focos de carburo y en las cuales la muerte rondaba, en cada esquina, trecho y trayecto.


...Canta la cogujada, desde el mismo pozo, que permanece sellado, cerrado, clausurado, para que la historia que guardaba, quede olvidada, postergada, a simples recuerdos, que desaparecen con prontitud, al no poder contemplar y admirar con orgullo, su imponente malacate, que se alzaba imperioso, dominante y altivo, sobre la corta Sierra Bullones, dotando al mismo tiempo, al pueblo, de personalidad e identificación.


...Canta la cogujada, desde un lugar, fuente de inspiración, para pintores, poetas y aficionados a escritores locales, los cuales han elevado el nombre de Tharsis, hacia las cimas, de ese cielo azul, de atardeceres dorados y noches estrelladas.

Hoy tu canto melancólico, rinde homenaje, solemne, para aquellos mineros, que bajaban hasta las entrañas a ganarse el sustento diario.

Hombres templados con acero, curtidos bajo la luz del carburo, bautizados con el agua mineral que impregnaban sus rostros, fusionándose con el sudor que brotaba desde todos los lugares del cuerpo.

Quizás mis palabras queden en el olvido, como tu canto....cogujada, pero nuestros mensajes perdurará, con el poder que nos otorgan las letras, y algún día, aquellos hombres, que nos privaron de admirar para siempre tu extraordinaria silueta, sepan reconocer su error, equivocación y desacierto.


Ya la tarde languidece, debilita, decae, y tu retornarás hasta tu dormidero, donde pasarás la noche, cobijada, y quizás mañana, vuelvas de nuevo, a deleitarnos con tus bellos trinos y gorjeos.


La cogujada y el malacate.


Marcos Tenorio Márquez

 

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