martes, 28 de julio de 2020

Recuerdos de Tharsis....Los "cuarteles" de navidad

Recuerdos de Tharsis....Los “cuarteles” de navidad


...A comienzos de la década de los ochenta, aún quedaban una extensa zona de cuarteles abandonados, por sus inquilinos, que emigraron hasta otra zonas de España, o extranjero. También que mudaron de casa, en el mismo pueblo, hasta otros barrios, donde la proximidad de la mina es lejana. Estos últimos cuarteles abandonados, se encontraban en la zona cercana a la casa de Don Rafael, en el comienzo de las calles Madroñal, Alicante y Málaga. Las distintas reuniones de jóvenes para acceder hasta dichos cuarteles, tenían que pedir permiso a la compañía española de Minas de Tharsis.

Una vez dado el visto bueno, era entregada una llave, que tendrían que devolver pasadas las fiestas. Comenzaba de esta forma la preparación de dichos cuarteles, para la acogida y recibimiento de las fiestas navideñas, con verdaderos artistas para la decoración. Cada reunión imprimía en paredes, techos, puertas y ventanas, la personalidad de los miembros del grupo, así por ejemplo si veíamos sobre la pared un posters de Bob Marley y una hoja de marihuana, dedujéramos que sus miembros adoraban dicha planta, consumiendo sus derivados, por el contrario encontrarse posters de figuras como los Pecos o Hombres G, no hacia falta preguntar por sus miembros, adolescentes que aún suspiraban por dichos intérpretes de temas melosos, acaramelados y empalagosos. También si encontrabas la típica imagen de Ernesto “Che” Guevara..(muchos no tenían ni idea de quien era y pensaban que sería un famoso vocalista)..Bob Marley o Angus Young, los estilos, caracteres y personalidades de los miembros, aunque diferentes, reinaba entre ellos un clima de cordialidad, afabilidad y afecto.

Como cada año, el acondicionamiento de cuarteles comenzaba con la instalación en la base del techo, de unas cuerdas, para alojar encima de ellas, ramajos de eucalipto, que disolviera el humo producido por cigarrillos u otros derivados. Posteriormente, dependiendo de la vocación de los miembros de cada reunión, los cuarteles iban siendo decorados con motivos que representaba en medida la personalidad de su gente, como acabo de comentar. Ya con todo decorado, llegaba el momento de portar “plata” como diría un argentino, para la adquisición de bebidas alcohólicas, refrescos y algunos zumos. También ya reuniones más establecidas, constituidas e implantadas poseían todo tipo de material, incluidos equipos de música, mesas, sillas y demás mobiliario. Estas reuniones construirían más tarde ya consolidadas como pequeñas sociedades, grandes salones, para reunirse no solo en navidades, también en las distintas festividades que se celebra en el pueblo y cualquier evento que afectara a miembros de la reunión y su familia (cumpleaños, comuniones..etc).

Siguiendo con los “cuarteles”, la mayoría poseían dos habitaciones, en la primera de ellas solía haber una chimenea, que se encendía con leña rescatada de nuestros montes, en esta misma habitación de unos 12 metros cuadrados, también estaba instalada una pequeña barra, para servir las bebidas. Sobre una estantería de madera, se colocaba el equipo de música, con suficientes discos y cassettes, con diversidad de grupos y estilos, para satisfacer, complacer y halagar a los miembros de la reunión. Unos bancos y algunas perchas para sostener ropa de abrigo, conformaba el escaso mobiliario, ya que el pequeño cuartel no podía albergar más. En la otra habitación, una cortina de color oscuro, solía proteger y preservar la intimidad de los presentes, que se entregaban en cuerpo y alma, al placer, narcotizados, por las flechas, lanzadas por cupido. De vez en cuando, algún embriagado, ciego como un conejo con mixomatosis, con dosis altas de licor, que penetraba en la reducida habitación, era increpado por las personas, que entregadas al placer, escuchaban relajadas, algunos temas lentos, entre arrumacos y caricias. La luz roja en la mayoria de las habitaciones, otorgaban a estas un ambiente, acogedor, relajante y excitante..sumando a todo ello la música tranquila de baladas, que constituían el cóctel perfecto, para enamorados.


..Llegaba al cuartel, casi a las cuatro de la mañana, con algunos colegas, la fina lluvia que caía, había empapado mi abultada cabellera. El cuartel, estaba despejado, desierto, tan solo detrás de la barra estaba mi buen amigo Gus, que manipulaba el equipo de música, nos saludamos, para poco después entregarnos en cuerpo y alma al calor que desprendía el generoso fuego de cepas de brezo de la chimenea. Tras servirnos algunos Whiskies y cubatas, recordé que en mi cazadora tejana, guardaba una cassette marca “basf” mil veces grabada y regrabada.
 
.-¡Toma Gus, pon esta cassette en la cadena!.
 
Exclamé.
 
..-¡No será Heavy Metal!.
 
Exclamó Gus.
 
..-¡No, hombre, como voy a poner esa música en navidad, las pijas retrógradas, rancias, huirían despavoridas, pero ahora estamos solos, jajajaja!
 
Exclamé, con una generosa carcajada.
 
..-Te conozco amigo Marcos, pero esta bien, la gente ha salido y estamos solos, lo que no sé si este equipo está preparado para soportar tanto decibelio.
 
 De pronto Gus, dejó caer la cassette y comenzó a escucharse unas extrañas campanas que daban paso al infernal riffs de guitarra de Angus Young y sus AC/DC. Tras acabar este tema, clásico e impactante, serian los feroces Judas Priest, quienes infringirían la ley con su tema..Breaking the law. Black Sabbath y comitiva, fueron transformando aquel maldito antro, en un oscuro y lóbrego pasaje al infierno con el estribillo de “go to hell” de mis admirados Motorhead, aquellos blaffes vomitaron fuego divino. Luego, la luz volvió a brillar, la reunión de amigos, había vuelto de su paseo...Gus, de forma rápida, desalojó la cassette y me la devolvió...y en la microcadena comenzaba a sonar Duran Duran y Spandau Ballet. Sin duda, fue un gran momento que disfruté y recordaré para siempre, con cierta nostalgia, cada vez que lo pienso, nostalgia y añoranzas de un tiempo, pasado, que sin duda nunca volverá.


Recuerdos de Tharsis....Los “cuarteles” de navidad

Marcos Tenorio Márquez

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