domingo, 12 de julio de 2020

Una perdiz macho llamada "Perico"

Una perdiz macho llamada “Perico”

...A comienzos del mes de junio de 1974, nos reunimos mis amigos y yo, para ir en busca de pequeñas crías de perdiz, para criarlas, ya que la tradición de criar perdices en cautividad gozaba en aquellos años de muchos adeptos. Partimos como casi siempre, de los grandes eucaliptos que circundaban el campo de fútbol. Allí, reunidos decidimos ir a un lugar conocido como los “llanos del Belicano”. Una extensa llanura donde se fusiona el pasto, con brezos, jaguarzos y jaras, lugar idóneo para que las perdices criaran a su prole, con abundancia de insectos y algo de cereal.

Las altas temperaturas del mes de junio, ya se dejaban sentir, con la cercanía del incipiente verano. Cruzamos la Huerta Grande, circundando el chalets de Don Juan Davis, abandonando de esta forma el asfalto, para adentrarnos en un carril de tierra, que bordea los grandes chalets de los jefes de la mina. Exuberantes zarzamoras silvestres, abrazaban eucaliptos y alcornoques, con espinosas ramas, cargadas de frutos, paraíso de mirlos y otras aves, que encuentran refugio y comida en abundancia. Atravesamos un barranco, de aguas ácidas procedentes de la mina, fusionadas con las aguas residuales de chalets, que formaban pequeñas charcas, cuya acidez al entrar en contactos con las aguas dulces, rebajaban los sulfatos, lo que hacía posible que estas aguas pudieran ser ingeridas por mamíferos, aves y reptiles. Es aquí en este lugar, donde logramos sorprender a una bandada de perdices nuevas, que emprendieron rápidamente el vuelo, en todas direcciones. Cada uno de nosotros marcamos el rumbo de una perdiz y corrimos tras ella, con el impedimento de la abundante vegetación de jaras, jaguarzos y aulagas, que imposibilitaban y estorbaban la progresión, de mi compañero Manuel y mío. Tuvo más suerte nuestro compañero Juan Rodríguez (d.e.p), que había seguido una cría que se había adentrado en una zona de pastizal. La cría, de buenas dimensiones, harta de agua, había descendido el vuelo, hasta caer agotada, entre los abundantes pastos, ocultándose para pasar desapercibida. Localizada por Juan, nuevamente emprendió otro corto vuelo, aterrizando a escasos cincuenta metros, abatida y extenuada, siendo atrapada por Juan, que como buen sabueso, supo marcar bien el lugar. Momentos después, nos reunimos y pudimos contemplar la belleza de ejemplar.
 
..-¡Que grande es, tiene toda la pinta de ser macho!
 
Exclamé, felicitando a Juan, por la hazaña conseguida.

En los días siguientes, Juan, se dedicó en cuerpo y alma en alimentar la pequeña perdiz, para ello acudía cada tarde a los grandes eucaliptos, para cazar hormigas y saltamontes. Esta dieta de insectos, junto a semillas y cereales, originaron que el bello ejemplar creciera de modo esplendido, siendo la admiración de todos los vecinos/as que se acercaban a contemplarlo. Con varios meses de vida y con la llegada del otoño, la familia bautizaba al ejemplar con el simpático nombre de “Perico” y este agradecido por las continuas muestras de mimos, los obsequiaba con una buena sinfonía de reclamos.

Llegado el mes de Enero, un vecino del pueblo aficionado a la caza de perdiz con reclamo, acudió hasta la casa de Juan, para que prestara la perdiz para cazar. De forma amable, la familia cedió la perdiz, aunque esta todavía no había tenido ningún tipo de experiencia. Este avezado y experto cazador, era toda una institución en Tharsis, y sabía de perdices como cualquier profesional entiende de su profesión de forma versada y técnica. Al cabo de varias horas, este vecino devolvía la perdiz....había quedado gratamente sorprendido.
 
..-¡Qué pájaro, en todos mis años de cazador, con reclamo, jamás he visto un ejemplar como este!
 
Exclamaba, aún sorprendido, fascinado y admirado
 
..-¿Cuanto queréis por él, estoy dispuesto a pagar lo que sea?.
 
Preguntaba, ilusionado, por una respuesta afirmativa.
 
..-No se vende Juan, perdone, fue capturado por mi hijo y le hace mucha ilusión poseer, es un pájaro manso, pero valiente y noble, posee un reclamo poderoso, vigoroso y enérgico, ideal para cualquier cazador.
 
Replicaba, Simón, (d.e.p) padre de Juan.
 

..-Exacto, así es, amigo Simón, pero si decidís venderlo, contad conmigo primero.
 
Contestaba Juan (d.e.p).
 
Días después, fuimos invitados por Juan, para acompañarlo al campo. A bordo de su citröen “Dyane 6” salimos para unas tierras llamadas “El Campillo”. La tarde soleada presagiaba buena jornada. Dejamos el coche sobre un descampado, antigua era, dónde la paja se desligaba del grano y marchamos rumbo a una zona de llanos y monte bajo(brezos, jaguarzos, tojos y jaras). Una vieja caseta de pastores derruida, donde solo quedaba media pared, nos serviría para ocultar nuestros cuerpos. A unos cincuenta metros de distancia, nuestra perdiz dispuesta sobre un “tanganillo”, palabra que posee muchas definiciones, pero que es conocida por nuestras tierras por ser el lugar donde se coloca la jaula de perdiz, sobre cualquier tipo de arbusto a media altura, para que nuestra perdiz tenga visión suficiente para otear y cantar.

Mientras tanto, bien en silencio, mirábamos a través de las troneras, realizadas en la pared, una para Juan y otra para nosotros. Junto a Juan, una vieja escopeta paralela marca “Lamber” descansaba apoyada en la pared, el momento para ser utilizada. Sobre la cintura de Juan, una canana de autentico cuero, lucía cartuchos, para ser utilizados. Pronto, la perdiz, sobre su tanganillo, comenzó con una sinfonía de reclamos, poderosos y vigorosos, que no pasaron desapercibidos para los innumerables ejemplares de perdices macho, que rivalizaban para hacerse con el territorio plagado de hembras. Indescriptible, esa es la palabra que se podía utilizar para resumir la belleza del lance que vivíamos desde la tronera. Varias perdices macho de buen porte, rivalizaban para expulsar al intruso de su territorio, mientras, nuestra perdiz no paraba de cantar. Mientras esto ocurría, Juan, de manera sutil y delicada, lograba sacar una pequeña parte de la escopeta por la tronera, realizando un disparo seco, que impactó sobre el cuerpo de un gran macho, que caía abatido. Hicimos amago de ir a recoger el ejemplar abatido, pero Juan, nos detuvo, con un dedo sobre la boca, nos mandó callar, pronto otras perdices acudirían de nuevo a la plaza, para expulsar a sus congéneres. Así continuamos hasta la llegada casi del crepúsculo, con cuatro ejemplares abatidos, que recogíamos de los alrededores para enseñar a nuestra perdiz, que orgullosa por su trabajo erguía la cabeza, presumiendo y alardeando por haber derrotado y vencido a sus congéneres, en una ceremonia antiquísima de una caza que cuenta con muchos adeptos en nuestra tierra.

Rumbo para Tharsis, preguntábamos a Juan, porqué no había disparado contra varios ejemplares que habían entrado en la plaza.
 
..-¡Esos pájaros eran hembras y las hembras no se pueden abatir, solo los ejemplares adultos y viejos, que incordian a los jóvenes, para que se puedan emparejar, hay que abatirlos!
 
Exclamaba Juan, dando ejemplo de ser un cazador, responsable. La noticia del extraordinario ejemplar que poseía la familia Rodríguez Domínguez, traspasó las fronteras de Tharsis, como la pólvora, e innumerables aficionados de la provincia llegaban a casa de la familia, para ofrecer altos emolumentos por la perdiz, siendo siempre la respuesta negativa.

Pasada la época de celo, la perdiz retornaba a su jaulón, para disfrutar de baños de tierra al sol y por las noches frías aún de primavera, era sacada de su encierro, para comer junto a nosotros en la mesa de camilla, todo tipo de comidas, mientras veíamos algunas series en el televisor, porque la perdiz, era más que una simple ave encerrada, era una mascota que todo el mundo apreciaba y estimaba. Más de una larga década nos acompañó, para fallecer una fría mañana de Enero. Llorada por todos, su cuerpo fue enterrado en el cabezo del Madroñal, junto a un gran pino carrasco, donde el sol cada mañana iluminaba su pequeña sepultura, de un magnifico ejemplar de perdiz roja, llamada “Perico”.


Una perdiz macho llamada “Perico”

Marcos Tenorio Márquez

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