Recuerdos de Tharsis...Cine “Emilita”
...Delimitando
el paseo, frente al comienzo de la calle, Luciano Escobar, ahí se
encontraba y aún se encuentra el cine “Emilita”, aunque
ahora permanezca, callado, mudo, recordado por todos/as las
generaciones que alcanzamos los cuarenta años en adelante. Y es que
el cine, hace tiempo que dejó de existir, quizás por las nuevas
tecnologías u por otras razones, lo cierto es que a los que nos
gusta el cine, en grandes pantallas, quedamos huérfanos, porque no
nos engañemos, no es igual una gran pantalla cinemascope, que un
televisor, por muchas pulgadas que este posea.
Y es que el
cine “Emilita” poseía la magia de la extraordinaria
pantalla cinemascope, testigo de infinidad de películas, que nos
hicieron sonreir, sufrir y también llorar, en cómodas butacas,
todas ocupadas, en una sala completamente oscura, donde solo se
escuchaba el chasquido de las pipas, al ser extraídas de la cascara
o el chirrido de los ventiladores en época de verano.
La vieja
estructura, que todos conocíamos, tuvo reformas a finales de la
década de los setenta, para convertir parte de la sala, en pista de
discoteca y construirse un bar aledaño, junto con cuartos de baños
y una terraza, desde donde disfrutábamos los días de velada, de
unas vistas inmejorables del real de la feria.
Construido
por la compañía de azufre y cobre de Tharsis, en el siglo pasado,
entraba junto al circulo minero recreativo, de las edificaciones
destinadas para el ocio, recreo y distracción, de los mineros y
habitantes de Minas de Tharsis.
También
destinado como teatro, ha sido escenario de grandes obras, puestas en
marcha por jóvenes de la localidad, teniendo un repunte en la década
de los ochenta, bajo la dirección de Alonso Velez y un elenco de
jóvenes actores, entre los cuales destacaba... Pedro María Delgado,
María Garfia, Francisco García Ledo y tantos otros que nos hicieron
disfrutar, con las obras de Carlos Arniches y otros autores.
La familia
que ha regentado el cine hasta su cierre en estos años, ha sido la
familia de Francisco Ortega (d.e.p), junto a su hermano Manuel Ortega
(d.e.p). Así mismo el cine recibe el nombre de la hija de Francisco
Ortega, llamada Emilia. Tras sus gruesos muros, hemos asistido, en
todos esos años, a todo tipo de películas, en los que ha alternado
películas de todos los géneros, siendo la más populares para lo
jóvenes aquellas de acción sobre todo de Karate, cuando aparecía
su gran estrella...Bruce Lee. También los western tuvo gran
aceptación entre el público y pudimos asistir a la gran trilogía
de Sergio Leone, con grandes películas como..El bueno, el feo y el
malo, Por un puñado de dólares o La muerte tenía un precio e
incluso...Le llamaban Trinidad, con la simpática pareja formada por
Bud Spencer y Terence Hill.
Tras la
muerte del dictador y la instauración de la democracia, se puso de
moda las llamadas películas de “destape” que recibían la
clasificación de “S” teniendo mucha aceptación sobre todo en el
genero masculino, con aquellas primeras actrices, Españolas, a las
cuales no les importaba enseñar sus partes intimas. También debo
recordar, terceras personas, que vivían de la venta de productos,
siendo muy populares las avellanas, pipas, castañas y todo tipo de
frutos secos, los cuales eran vendidos en las inmediaciones del cine.
Con la
llegada del vídeo domestico casero, a mediados de la década de los
ochenta, el cine fue perdiendo todo su encanto y las salas
permanecían semivacías, solo ocupadas por algunos incondicionales,
entre los que me incluyo. La gran pantalla, ya no gozaba con el
beneplácito de la gente, que buscaban la comodidad de alquilar una
película y visualizarla en casa, antes que acudir al cine. El cine
en los pequeños pueblos, estaba condenado a desaparecer y así
ocurrió, que paulatinamente comenzaron a cerrar salas y sólo las
grandes ciudades o pueblos conservan algunos, por la modalidad de
multicines, ya que tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos y
ofrecer nuevos formatos, para atraer al público con alta tecnología
implantada.
Hoy día,
cuando vuelvo desde San Bartolomé de la Torre, y paso junto a sus
derruidas instalaciones, cierro los ojos y recuerdo aquellos tiempos
pasados, cuando parejas de novios, visionaban la cartelera, colocada
en la pared del cine, para poco después pasear bajo los aromos del
paseo “Tacones” y acudir ya cuando el crepúsculo daba paso a la
noche, pasar a ver la película en cuestión, no importaba el género,
pues la sala se llenaba...y parece que en mis oídos vuelvo de nuevo
a escuchar, el chirrido de los ventiladores o el chasquido de pipas.
Recuerdos de Tharsis...Cine “Emilita”
Marcos Tenorio Márquez.
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