sábado, 29 de junio de 2013

Diario de un día cualquiera del verano de 1973





Diario de un día cualquiera del verano de 1973.









......Sentado a la generosa sombra,que me brinda
el centenario eucalipto, observo el día pasar. Son días
de vacaciones, después de un año agotador en la mina.
Chavales, juegan  a fútbol, han construido con enorme
ilusión, unas porterías, de palos de eucaliptos,amarradas
con cuerdas de esparto.
Algunos de ellos, enfundados con equipaciones de fútbol
emulan a sus futbolistas preferidos.
Mientras en mi cabeza, inspirado quizás, por el ambiente de
calma, quietud y reposo, comienzo a dar formas a palabras
que rimen para componer poesías.



Un mochuelo que habita en filón norte
se come los ratones y al maestro afilador
que le han visto los cojones desde arriba
del mirador”



Un sapo y un renacuajo, estaban enamorado
de una hermosa rana, el sapo barrigón no podía
con la panza, el renacuajo se abalanzó sobre el
y le dio una hermosa “carda”.
El sapo barrigón vencido, dijo estas palabras
pronto volveré con mis espadas afiladas”
Por eso en este mundo que vivimos no hay
vencedores ni vencidos, lo que existen son
pancistas” y todo está perdido.



Plácida calma, ambiente veraniego que
colma todos mis deseos, de ser feliz
aunque sea con pequeños detalles, que
me hacen sonreír.
Así es un día cualquiera de este caluroso
verano de 1973, pronto mi mujer nos llamará
para servirnos el almuerzo, gazpacho fresco
con boquerones comprados de Acevedo, rematado
con exquisita sandía.
Por la tarde regaremos, matas de tomate, pepino y
pimientos, mientras escucho una salva de cohetes
que anuncian, nuestra fiesta anual por excelencia
nuestra querida y añorada....Velada.



Marcos Tenorio 2013.

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