Recuerdos de Tharsis......Aquellos
Sandalios.
......Con la llegada
de la primavera,el ascenso de las
temperaturas,suavizan el ambiente que ha
enfriado el
invierno. Aunque ya los
inviernos no parezcan a los de
antaño,por el calentamiento global,añoramos
aquellos
inviernos,cuando acudíamos
al colegio,con bastante ropa de abrigo
y en días lluviosos calzados con
botas de
agua,impermeable y paraguas.
Tras las vacaciones de
navidad,se abría un paréntesis,hasta las
próximas vacaciones,que serían las de
Semana Santa,en dónde el domingo de resurrección,se celebra en
Tharsis,el popular "Sandalio".
Una fiesta eminentemente familiar,en
dónde celebramos la resurrección de nuestro señor
Jesucristo,una fiesta sencilla dónde
prima el buen ambiente. Varias
ubicaciones ha conocido el "Sandalio" pero la que yo
recuerdo de pequeño es la del
“Barrito”. Un enclave
precioso,rodeado de un mar de flores,donde una
explosión de color,cubre por completo el
terreno,hasta las centenarias
encinas,revestidas sobre su base de un manto de hierba fresca,para
sentarte sobre ella,cómo si de un
mullido colchón vegetal de
agradable aroma,abrazara tu cuerpo,y te sumergiera en una
sensación de cautivo bienestar.
Cada familia posee un enclave,que trata
de ocupar cada año,para ello se traslada hasta el lugar la tarde
antes,para instalar una
silla, mesa o cartel,que nos avise de
que esa encina está ocupada,así de este modo no surge ningún
tipo de polémica..Un
grupo de
amigos llamados "Amigos del
Sandalio",preparan una carpa,dónde
se puede degustar de
modo gratuito,vino,aceitunas,taquitos
de jamón o queso....La mañana de domingo,las
encinas que han permanecido un año
solitarias,comienzan a estar acompañadas
por cientos de personas que llegan hasta el lugar
sobre vehículos de cuatro
ruedas...(Hago aquí un pequeño
inciso,para recordar,aquellos años en dónde la inmensa mayoría de
personas que no poseían
vehículos,llegaban hasta el
lugar,portando canastos,cestas o bolsas,en una bonita estampa,de
alegre colorido,flanqueados
por alguna bestia con sus serones
cargados,dónde no podía faltar la cafetera para hacer café).
Una vez abandonas el asfalto ,tomas un
carril de tierra,donde una cafetera de varios
metros te da la bienvenida,luciendo sobre su
base la frase "Amigos del
Sandalio",cientos de vehículos ocupan las encinas,y
las barbacoas ocupan un lugar relevante,cuando
desde su base calientan el
carbón,dónde se asarán,costillas,chorizos,solomillos y
pancetas. Un agradable
aroma de mil sabores se extiende por las
encinas,entre juegos de niños,y jovencitos que buscan su primeras
relaciones. Mesas,sillas
y tumbonas,ocupan las grandes
encinas,y la comida se convierte en la reina de la
fiesta,en dónde no puede faltar las
tortillas de bacalao,tortilla de
patatas,realizadas por manos expertas,el día antes de la
fiesta.......Entre pinchos de
tortilla y solomillos,un buen
trago de vino,para ir entonando la garganta para los
primeros fandangos,que suenan con
alegría,cuando se vive la
fiesta rodeado de buenos amigos.Poco después,comienzan
los juegos populares,con la
popular piñata,la cuerda,carrera de
sacos,que hacen las delicias de jóvenes y mayores.
Un rato de relax,para tomar un
buen café,con la popular cafetera,icono
de la fiesta,el intenso aroma se vuelve en fragancia
sutil,impregnando la suave
brisa que nos llega del sur,avisándonos
con tímidos rayos de sol,que la tarde acaba de comenzar. Con la taza
de café aún
hirviendo,nos servimos un trozo de bollo
con el huevo duro.....tiempo de tranquilidad,para charlar con la
familia de los
sinsabores de la vida,la melancolía
ronda tus pensamientos,cuando observas que a tu alrededor,faltan
personas queridas,
personas que hacen pocas fechas
disfrutaban contigo,ofreciéndote su compañía. La banda del Cerro
del Andévalo,se suma a
la fiesta,amenizando con
pasodobles,para alegría de todos......la tarde de
infinitas sombras cubre ya las encinas,los
primeros coches comienzan a
desfilar,poco a poco,las encinas comienzan a quedar
vacías,el bullicio se torna silencio y
las encinas vuelve a recobrar su
ambiente,de gran belleza paisajística.
Prepara María la cesta
que nos vamos “pal”
Sandalio,no te olvides
las tortillas de bacalao
la cafetera y el bollo con
el huevo duro incrustado.
Coge chiquillo la bota
que la llenaremos de buen
vino blanco yo mientras
tanto, pongo los aparejos
a la burra del suegro.
Un largo camino nos
espera, hasta las encinas del
barrito,aunque vamos distraído
disfrutando del paisaje.
Una suave brisa,nos acompaña
esparciendo fragancias de flores
de jaras,tomillo y poleo.
En el azulado cielo escuchamos
trinos y gorjeos de cogujadas,
calandrias y alondras.
Dejamos el asfalto y divisamos
las primeras encinas,sobre
la resplandeciente hierba,brillan
ules multicolores y maromas
sujetadas por grandes ramas
donde se columpian, muchachas
guapas.
Que bonito esta el campo
con todas las encinas ocupadas
en cada reunión de familiares
y amigos se entonan fandangos
al son de guitarras y panderetas.
Pasadas las dos de la tarde
una explosión de sabores y aromas
inunda las encinas,es la hora del
almuerzo.
Dispuestos sobre los coloridos hules
tortillas de bacalao,picadillos,morcón
chorizo y taquítos de jamón
nos cautivan para que degustemos
en esta ceremonia anual,regada
con buen vino de la tierra.
La tarde declina,y aparecen las
primeras candelas, con el humo
de viejas maderas,se calentará el
agua, que servirá para disolver
el café, con el que brindaremos
un año más,mientras recordamos
a nuestros seres queridos
que nos acompañaron a lo largo
de años pasados.
La popular banda del Cerro
nos ameniza la merienda, con
populares pasodobles que nos
deleita,cuando la tarde declina
y el sol languidece por poniente.
Con el crepúsculo y sus infinitas
sombras, damos por terminada
la fiesta y las encinas nos despiden
hasta el próximo año.
Recuerdos de Tharsis......Aquellos
Sandalios.
Marcos Tenorio Márquez
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