El
“cascay” real.
...Manuel,
ha recibido de su tío Juan “Correntón” un extraordinario regalo
de cumpleaños. Un ejemplar de jilguero, de buen porte y extremada
belleza, que completa con un reclamo excepcional y asombroso, que
podría escucharse, cuando el ave bastante mimada por Manuel, sale a
recibir los primeros rayos de sol del día.
Llegado
el tiempo de otoño y con las primeras aguas otoñales, comienza por
fin, la temporada de paso de fringilidos, que tanto arraigo posee en
nuestra tierra. Para la primera salida del año, acordamos un lugar
lejano, un lugar que gozaba de gran tradición por parte de todos los
aficionados, un lugar de obligado paso para multitud de especies de
aves, que invaden el sur de España, huyendo de los rigores del frío
y crudo invierno del norte.
Como
primer día de caza, faltan algunos reclamos, que han perecido
durante el año o aún no han cambiado de pluma totalmente. Eso es lo
que sucedía a mi jilguero, que tras el verano no había cambiado la
pluma y se disponía hacerlo precisamente al comienzo de temporada,
falta de experiencia en nuestras jóvenes identidades. Reunidos ya
algunos reclamos, sólo faltaba el más importante, el pájaro que
cuenta con más adeptos en Tharsis, por su colorido y bello reclamo,
el jilguero.
Tras
meditarlo y pensarlo un buen momento, alguien nos recordó.
...-¿Sabéis
quién tiene un buen jilguero?.
...-¡No!
Exclamamos
todos.
...-¡Manuel!.
...-¡Es
verdad!
Exclamé.
...-Cada
vez que visito la casa de mis abuelos, puedo escuchar su
extraordinario canto.
Opiné.
...-¡Tu
crees que puede acompañarnos en esta gran aventura!
Exclama,
mi buen amigo, Juan.
...-De
verdad, que no tengo idea, ya sabes que es muy raro, depende de su
estado emocional.
Volví
a dar mi opinión.
...-Muy
bien, por preguntar no pasa nada.
Replica
Juan, encargado como casi todos los años de reunir los reclamos.
Pasadas unas horas, después de buscar los canutos, varetas y
preparar el arbolete, una buena noticia recibe mis oídos.
...-¡Tenemos
jilguero, tenemos jilguero!.
Exclama
Juan, dando voces.
...-Bien,
cerré el puño y pensé...por fin hemos reunido los cuatro
reclamos...(jilguero, verdón, chamariz y jamás).
Reunidos
por la noche en mi casa, acordé la hora de salida, las cinco de la
mañana.
...-¡Las
cinco de la mañana, no es muy temprano!
Exclaman,
algunos.
...-No
es temprano, fijaros que debemos ir andando hasta el poblado del
dique “Lagunazo”, son casi cinco kilómetros.
...-Bueno,
está bien, la verdad que es mejor salir con tiempo suficiente, de
esta forma posteriormente tendremos todo preparado para los primeros
momentos del día.
Con
puntualidad inglesa, abandonamos el pueblo, rumbo al poblado del
“Lagunazo”. La fría mañana se deja sentir, en las dedos
que sujetan las jaulas, y cada momento tenemos que ir cambiando las
jaulas de lugar. A la altura del huerto de Pepillo “Canta la
misa” cogemos el arbolete que permanece escondido entre
jaguarzos y jaras, para reemprender el viaje. Nuestro espíritu joven
y sin achaques físicos de ningún tipo, hace que el camino se nos
haga corto y pronto visualizamos con las linternas que portamos, el
impresionante puente romano, que nos da la bienvenida al poblado
conocido como “El Alosnillo” aunque en Tharsis es conocido
como “Lagunazo”. Ladridos de perros mastines, nos informan que
estamos bajo sus dominios y que respetemos al rebaño de ovejas que
de forma paciente guardan.
Al
llegar demasiado pronto, tenemos que aguardar la llegada del alba,
bajo el calor de un generoso fuego de jaras viejas que encendemos
para desentumecer las extremidades inferiores y superiores. Con las
primeras claras del día, comenzamos con la misión de sujetar el
arbolete con gruesas rocas. Una vez sujeto, mi primo Marcos, comienza
a amasar la liga o “liria” de color pardo oscuro, mientras Juan,
distribuye las distintas jaulas con reclamos. Yo y Manuel, colocamos
los canutos en zonas estratégicas del arbolete. Una vez colocados
los canutos, que sostendrán las varetas embadurnadas de “liria”
comenzamos a distribuir estas por el arbolete.
Pasadas
casi una hora, por fin aguardamos escondidos, bajo los derruídos
muros de piedra del poblado. Los primeros pájaros, en llegar hasta
las inmediaciones del arbolete, son los tan abundantes pardillos
(jamases) capturando algunos de ellos. Transcurridas casi dos horas,
las capturas comienzan a ser constantes. El jilguero de Manuel,
comienza a sobresalir sobre los demás reclamos, con gorjeos
vigorosos y fuertes, atrayendo hasta el arbolete multitud de
congéneres que sobrevuelan por los alrededores.
A
las once de la mañana, decidimos comer algo, que mitigue el hambre
adquirida, por las continuas carreras hasta el arbolete. Cuando en
las inmediaciones escuché, las escalofriantes notas, emitidas por un
“cascay real” (Alcaudón real).
...-¡Atentos,,,ehhh,
acabo de escuchar un “cascay real”!.
...-Si,
mirad, está posado sobre aquel árbol.
Respondió,
Juan.
...-Si,
hay que tener cuidado, y no apartar la vista de los pájaros
enjaulados.
Respondieron
todos.
No
ha transcurrido ni media hora, cuando afanados en arrimar a las
ascuas, chorizos, tocino y algo de carne. Nuestro “cascay real”
ataca de manera demoledora, fulminante, la jaula que contiene el
jilguero de nuestro amigo Manuel. Fue una aparición fantasmal, un
visto y no visto. Mi primo reaccionó y gritó con fuerza.
...-¡El
cascay,,,el cascayyyyyyyyy!.
Abandonamos
las carnes, chorizos, tocinos y fuimos velozmente a socorrer al
jilguero, que permanecía sobre el fondo de la jaula, con la cabeza
decapitada. Triste espectáculo, para uno de los mejores jilgueros
que he escuchado y más tristeza para su dueño que caía abarrotado,
abrumado, por el lamentable suceso vivido.
Abandonamos
el campo, tristes, alicaídos, ninguno de los jilgueros que habíamos
cogido le hace ilusión a nuestro amigo Manuel y solo una idea ronda
por su cabeza.
...-
Mi querido y buen jilguero, nunca más, podré tener un ejemplar como
tu.
Desde
ese momento, Manuel, jamás encerró ningún otro jilguero, que
alegrase las mañanas soleadas desde su casa.
El
“cascay”real....un relato de...Marcos Tenorio Márquez.
Dedicado
a la querida memoria de Marcos Tenorio Macias y Juan Rodríguez
Domínguez...(D.E.P)