lunes, 5 de diciembre de 2022

Tharsis, tierra de enigmas y misterios.


 

Tharsis, tierra de enigmas y misterios.


.Meses antes de fallecer, mantuve con mi padre Gaspar Gutiérrez, una animada charla, al fresco que nos ofrecía la calurosa noche Tharsileña. Como sintiendo la muerte cercana, en claro ejercicio premonitorio, precursor e indicador, mi querido padre, minero de profesión, se sincera y me cuenta algunos casos acaecidos en Tharsis, donde el misterio y enigma, emerge como un iceberg en un mar de tranquilidad y sosiego. Comenzamos la charla, con los casos que acontecieron cuando contaba mi padre cuarenta años de vida.


Antes de fallecer hijo, quiero que sepas todo lo que he mantenido en secreto todos estos años, y no quiero llevarme hasta mi sepultura, para que no me deje descansar en paz, pues vivimos en una tierra, donde los fenómenos paranormales y sin explicación, son tratados con ignorancia, desconocimiento y omisión.


Todo comenzó una soleada mañana de un mes de junio de 1970. Howard Jeremy, es un ingeniero de minas de origen inglés, que nos visitaba en el banco de mineral de Filón norte, dónde tratamos de perforar dura roca, para instalar las cargas explosivas. Después de varios meses de visita, logramos mantener una amistad, aún con el problema del idioma, que fuimos superando gracias a sus conocimientos del castellano, los cuales corregía en algunas palabras, que no lograba entender.


...-¡Señor Gaspar, cree usted en fenómenos paranormales!


Exclamaba, un buen día, en que nuestra amistad gozaba de honestidad y sinceridad.


...-¡Paranormales!...que significa esa palabra.


Exclamé, pues era la primera vez que escuchaba dicho vocablo.


...-¡Fantasmas, espíritus, apariciones, objetos no identificados..etc!


...-Ah eso significa paranormal, pues sinceramente querido amigo Howard, no creo en esas cosas, pues esos temas suelen estar asociados con personas con claros síntomas relacionados con locura, trastornos, demencia y episodios esquizofrénicos


...-Entonces, no cree usted, que pueda existir, algunos tipos de manifestaciones u objetos que aparecen sobre el cielo, sin ninguna razón obvia, evidente o patente de objetos conocidos, como puede ser un avión, helicóptero, globo...etc.


...-La verdad es que no creo, y disculpe por mi alto grado de incredulidad en estos temas.


Pasadas unas semanas, de nuevo me vuelvo a reunir con Howard, y me ofrece que hagamos una prueba.


...-¡Hola, Gaspar, buenos días, este fin de semana, tiene usted que hacer algo!.


Exclama


...-¡Pues no, esta semana aún no ha comenzado las cacerías, por lo que estoy a su entera disposición!.


Exclamo.


...-Le propongo una prueba, para que comprenda lo que significa concentración, percepción y captación del entorno que le rodea.


...-¡Muy bien, en que consiste esa prueba!.


Exclamo.


...-Usted, como un perfecto cazador que es, me demostrará que cualquier mamífero, ave, reptil o insecto, que se encuentre agazapado, en el paseo que vamos a dar por el campo, no pasará inadvertido, para su aguda vista, olfato u oído.


...-¡De acuerdo!.


Exclamo, aún sin saber en que consiste la prueba.


Nos ponemos en marcha, a mi lado Howard, mira para todos lados, sin observar nada, mientras yo capto todo lo que sucede a mi alrededor.


...-¡Mira, Howard, sobre aquella roca, se encuentra posado un mochuelo común....no ha observado la liebre, que se encontraba agazapada a pocos metros de distancia....mire el lagarto ocelado, que se encuentra entre la hierba....no ha oído el cante de la abubilla...hace unas horas, por aquí ha cruzado un zorro!.


Exclamo, sin que Howard haya advertido nada.


...-Ves Gaspar, usted como autentico especialista, ha desarrollado su cerebro, para que todo lo que se encuentra oculto en el campo, no pase desapercibido para sus sentidos, mientras yo como no he desarrollado mi cerebro, para captar estas cosas, todo me ha pasado desapercibido, por lo tanto la prueba consiste, en que ahora usted debe acompañarme, algún lugar aquí en el pueblo, donde haya habido muertes violentas o hayan fallecidos personas tras agónicas horas o días de sufrimiento.


...-Bien, me parece correcto, ahora yo aprenderé de usted a captar todo lo que permanece oculto, aunque siga manteniendo mi incredulidad. Hay en Tharsis, dos zonas, en que se han producido muchas muertes, una de ellas se encuentra en la misma boca del malacate, desde su ascensor que sirve para bajar y subir los mineros a trabajar en oscuras galerías, se han izado muchas personas fallecidas, tras muertes violentas por algún derrumbe u otro tipo de siniestro, siempre con violencia, quedando sus cuerpos totalmente irreconocibles. El otro lugar es el viejo hospital, destruido hace una década, en sus dependencias han fallecido muchos mineros, tras sufrir graves accidentes de trabajo.


Aprovechamos un sábado por la noche, en que la actividad en el malacate es nula, pues los años de esplendor ya han pasado y el malacate registra poca función y trabajo. Howard lleva un magnetófono moderno, en los que se introduce una cinta de cassette de hierro o cromo, que registrará todo los ruidos que allí acontezcan. La noche, oscura y enigmática, produce escalofríos.


Desde algunos eucaliptos cercanos, percibo el ulular del cárabo, que habita estos lugares, en su búsqueda nocturna de alguna rata, tan común en estos viejos edificios. A escasos metros del ascensor, Howard, deja su magnetófono, registrando cualquier ruido, por muy leve que sea, mientras nos retiramos hasta la casa de máquinas y observamos el pueblo con las últimas casas que aún queda del barrio de plaza vieja, con la calle San Ernesto, iluminada por la tenue luz de algunas farolas, dispuestas por la compañía minera, ante las continuas quejas de los vecinos.


Observo a Howard, concentrado, captando todo tipo de ruidos, crujidos y chasquidos que producen estos viejos edificios de la compañía minera en clara decadencia, deterioro y declive. Pasada media hora, volvemos al lugar para dar la vuelta a la cassette, y registrar la cara b de la cinta virgen. Concluida nuestra misión, vuelvo con Howard, hasta la casa donde se hospeda, en el barrio de Pueblo Nuevo.

Con un silencio sepulcral, Howard, aprieta el botón donde pone en inglés play, y activa todo el volumen. No ocurre nada, solo los chasquidos propios del viejo edificio. De pronto, Howard, parece percibir algo y comienza a rebobinar la cinta.


...-¡Escucha Gaspar, atentamente!.


Exclama con interés.


...-¡Parece como si ascendiera la jaula, con personas lanzando gemidos y lamentos!.


Exclamo, con ligeros escalofríos.


...-Así es querido Gaspar, se trata de una psicofonía, en la que han quedado atrapadas voces del pasado, cuando la jaula subía con alguna desgracia ocurrida en las galerías.


...-¡Se escuchaba tan claro, el rugido de las grandes maromas aceradas y los lamentos, que me han producido bastante horror!


Exclamo, con sinceridad, jamás había asistido a una sesión de estas y debo decir que es posible que Howard, tenga razón, en cuanto que convivimos con entes, los cuales vagan por estos lugares, en los que se ha producido desgracias con violencia.


Pocos días después, realizamos otra sesión en el viejo hospital destruido, con la misma sensación, que tuvimos sobre la boca del gran malacate.

Estas noticias jamás la comenté con nadie, pues me podrían tomar por loco, perturbado y demente.


Un año después de estos acontecimientos, mi buen amigo Howard, había decidido emigrar hasta Canadá, para comenzar a trabajar en una gran mina de diamantes, mientras yo continuaba con mi rutina como perforista en Filón norte.


Recuerdo, que era una noche de mediados de agosto de 1974. Las altas temperaturas no me dejaban dormir y decidí dar una vuelta hasta el cabezo del Madroñal, situado cerca de mi calle también llamada Madroñal. Acompañado por mi perro Lucero, comenzamos ascender el cabezo, entre aromas sutiles de pinos carrascos y piñoneros. Con la frescura que emanaba desde la frondosidad y arbolado, pronto coronaba la cumbre y me encontraba ante el reciente pilón de agua, construido para abastecer de agua potable el pueblo. La noche, serena y estrellada, ofrecía buena visión, en un sábado dónde todo el pueblo descansaba con merecido reposo y quietud, tras una semana ajetreada. De pronto, sobre el cielo, observo una luz que baja a una velocidad vertiginosa, acelerada y desenfrenada, sobre la parte orientada al este, justo dónde se encuentra Filón norte. Antes de precipitarse al vacío, el extraño objeto, frena y desacelera, descendiendo de forma suave y desapareciendo sobre la mina. Poco tiempo después, vuelve a emerger y desaparece en el cielo estrellado en cuestión de segundos.


...-¿Que pudo ser aquel extraño objeto,que descendió hasta las profundidades de Filón norte?.


Era la pregunta que me hacía ese domingo. El lunes, de nuevo me incorporaba a las labores en Filón Norte, sin observar nada extraño ocurrido. Ya de día, sobre una gran charca reseca, que había en el gran banco donde estábamos perforando, mi amigo Sebastián me llama horrorizado, asombrado y pasmado.


...-¡Gaspar, Gasparrrrr, ven a ver esto!.


Exclama, con rostro blanquecino y demacrado.


Rápidamente, llego a su altura y observo sobre la superficie de la charca, unas extrañas pisadas, que no corresponde con criaturas de este planeta, realizadas sobre el barro reseco.

Sumido en una espiral de horror por la visión del pasado sábado, enseguida tranquilizo a Sebastian y le digo que todo ha sido una broma de algún compañero. Como es normal, esta noticia no la comenté con nadie, solo la conoces tú Ramón y quiero que no la difundas, pues ya conocemos los habitantes del pueblo.


..Mi querido padre, ha fallecido hace unos días, y yo me encuentro inmerso en descubrir un nuevo caso aparecido en Tharsis, con la muerte de Braulio, un mendigo que habitaba, en el abandonado chalets número uno. Doy fe que estas noticias, difundidas por mi padre, son ciertas, y que mantuvo en secreto todos estos años, para que no lo tomáramos por loco o demente. En el blog donde, escribo de forma asidua, cuento lo sucedido con Howard y el extraño avistamiento con las pruebas de las pisadas que reforzaron la hipótesis, que fuimos visitado por extraños seres.


Ramón Gutiérrez....profesor de EGB e investigador aficionado


Tharsis, tierra de enigmas y misterios....Un relato de Marcos Tenorio.


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