24 de Mayo
de 1987...y el sueño se hizo realidad
...La
idea de construir una ermita, y poseer nuestra propia romería,
rondaba por la cabeza de muchos Tharsileños, devotos, fervientes y
apasionados de nuestra santa, a la cual veneran y rinden culto cada 4
de diciembre. Pero faltaba la guinda, ese guiño, gesto, que uniera
dos pasiones, el religioso y creyente, junto al romero, peregrino y
penitente, para venerar a nuestra patrona, en unos terrenos, que
poseía la particularidad de su facilidad de acceso, en clara
sincronía con la belleza del paisaje, donde las encinas centenarias,
dejaban libres, un majar de florecillas silvestres, una solana
horadada por barrancos de aguas cristalina, pulcras y limpias, en
cuyos margenes crecen plantas de poleos, tomillos y romero. En ese
lugar, donde el día despierta, con cantes de cogujadas, calandrias y
jilgueros, donde se dibuja la graciosa silueta de la abubilla al
romper el alba, donde las flores de jaras y amapolas, conforman la
bandera de nuestro pueblo, en ese lugar, se construiría... nuestra
ermita.
No
fue fácil, en los primeros intentos, que el terreno elegido,
perteneciera al pueblo. Dicho terreno pertenecía a un hombre llamado
Simón el de las Magras. Tras intensas negociaciones y reuniones, de
idas y venidas, por parte de la hermandad, por fin se pudo alcanzar
un acuerdo y Simón, quedaría con una parte del Barrito,
perteneciente al pueblo.
Tras unos meses de vicisitudes, y ya con el cambio de
terrenos efectuado, comenzaba las obras de construcción de la misma,
en la que todo el pueblo de manera desinteresada se volcó, para
levantar en tiempo record, la tan anhelada, ansiada y deseada ermita,
para que ese día tan señalado sábado 24 de mayo, todo pudiera
estar preparado para recibir el simpecado con la imagen de Santa
Bárbara y ser acogido bajo la imponente construcción efectuadas por
unas personas, que trabajaron con fe, confianza y convencimiento de
que la descomunal obra estuviera terminada para celebrar la tan
ansiada primera romería.
Con
la ermita construida, faltaban las casetas, que alojaran a la
hermandad y las distintas reuniones y grupos de amigos. Estas
primeras casetas se construyeron de manera artesanal. Sin tiempo para
la construcción, con materiales sólidos, de hierros y galvanizados,
la madera de eucaliptos, pinos, y otros tipos de árboles sustituyó,
a estos modernos materiales, dando a la construcción de las mismas,
un toque rústico.
Preciosa
estampa podría observarse en el recinto, los días anteriores a la
celebración de la primera romeria, fijada en los días 24 y 25 de
mayo. Todo tipo de vehículos, transportando, enormes palos, para la
construcción del armazón, acarreados de los montes que circundan la
pedanía. Una vez construido el armazón, las mismas ramas de los
troncos de eucaliptos, eran utilizadas para cubrir la estructura,
inundando el interior de esencias y fragancias, de sus balsámicas
hojas, las cuales ofrecían buena sombra y cobijo, para soportar las
altas temperaturas. Todo esto ocurría, mientras Tere, miembro activo
de la hermandad organizaba importantes rifas para la adquisición de
los bueyes, los cuales transportarian el simpecado desde el pueblo,
hasta la ermita, en una preciosa carroza.
Con
todo preparado, la ilusión y ganas para que diera comienzo esta
primera cita, comenzó con la cuenta atrás, con el primer pregón,
en donde se reconoció el ímpetu, esfuerzo y pundonor de todo un
pueblo, solidario, fraternal y unido para conseguir el sueño. Como
no podía ser menos, el tiempo acompañó con buenas temperaturas,
con el astro rey brillando, sobre el azulado cielo, dando el color
que necesitaba, los trajes de flamencas y las enaguas de faralaes,
junto con el traje corto andaluz. Una imponente caballería, se
reunía, en torno a charrés, y manolas engalanadas de cintas y
banderitas de colores, para partir hacia los bellos parajes, una vez
concluida la misa. Todo el pueblo participó de la misma con orgullo,
dignidad y honra, y Tharsis, inscribía su nombre en los actos y
acontecimientos litúrgicos, romeros, de la provincia de Huelva, junto con romerías emblemáticas, añoradas y queridas.
Este
modesto y sencillo relato, es todo un homenaje, para aquellos hombres
y mujeres, que hicieron posible dicho sueño, algunos,
desgraciadamente, debido al cruel ciclo de la vida, ya no se
encuentran entre nosotros...(Benito González Ponce, Bartolomé
Francisco, José Márquez, Félix Rojas, Antonio Ramirez...y algunos
más que no recuerdo). Desde este humilde blog, que dirijo, he
querido reconocer aquella gesta, y que las nuevas generaciones, sigan
alimentando aquella llama encendida hace ahora 33 años, justos,
cuando una terrible pandemia nos ha obligado a suspender la romería
de este año, pero vendrán mas año y la llama seguirá encendida
eternamente.
Quería
la flor de jara, permanecer
aferrada,
a su corta vida
antes
de palidecer y caer sus pétalos
asomada,
desde los alto de la loma,
para
ver llegar el simpecado, hasta la
ermita,
donde se celebraría la primera
romeria.
24 de Mayo
de 1987...y el sueño se hizo realidad
Marcos
Tenorio Márquez.
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