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lunes, 9 de noviembre de 2020

Joselete


  

 


 


Joselete


Minas de Tharsis, año de 1936.


...Francisca, llama a la matrona, María está a punto de dar a luz.


..-¡Vaya, es un varón, como deseabas, enhorabuena , María!... Antonio, se debe sentir orgulloso.


Exclama, la matrona, Carmen.


..-Gracias Carmen, es mi quinto hijo, que ha llegado, porque mi esposo siempre deseó un hijo varón, llega en momentos difíciles, por la guerra , pero aún así, es mi hijo y lo cuidaré, alimentaré junto a sus hermanas, aunque haya llegado en estos tiempos, de precariedad y miseria.


..-Eso te honra María, sé que tu y Antonio, como todo el pueblo, estamos pasando por dificultades, pero sé que eres una mujer fuerte y saldrás adelante y por lo menos Antonio, ya tiene el hijo varón, que tanto anheló.


..-Así es, querida Carmen y estoy deseando que vuelva de la mina, para ver la cara de alegría que pondrá, al ver por fin a su hijo.


Horas más tarde, Antonio, regresa de su jornada en la mina, donde la monotonía es la nota predominante, con la incertidumbre siempre, de que la muerte aparezca cuando menos lo esperas. Pero esa tarde, tenía motivos de festejar, por fin la llegada del tan ansiado hijo varón.

Después de lavarse y asearse, toda la familia se reúne en torno al pequeño, José, que así han acordado como nombre. Nombre, por otra parte que ya tenían asignado desde que María, quedó encinta la primera vez, aunque luego después hubo que cambiar, al resultar el bebé hembra. Así hasta cuatro veces y ya cuando las esperanzas estaban perdidas, aparece por fin, el tan anhelado hijo varón.


La guerra ha finalizado, con el saldo de un país totalmente destruido, que habrá que levantar con esfuerzos y sacrificios. María, para ayudar en la economía de la familia, trafica con alimentos traídos desde Portugal. A cargo de la familia queda su primera hija, llamada Francisca, que en este primer año de la década de los cuarenta, ha cumplido quince años. Tras la jornada en la mina, Antonio, acude hasta la barbería del maestro José, a pocos metros de su vivienda, en calle San Ernesto. Allí, dedica su tiempo a afeitar y cortar cabello, de las personas que asisten con cierta regularidad a la barbería y de esta forma gana unas pesetillas, que ayude, a la amplia familia que ha creado, junto a su mujer.


Son los primeros años de la década de los cuarenta, años difíciles, en los que la afición a los toros y fútbol, tratan de mitigar las terribles secuelas, que la guerra ha dejado. Y en torno al tema taurino, gira las conversaciones, que debaten en la barbería, las personas que acuden a ella. Es en estos años cuando, resurge con fuerza, la figura de un joven diestro cordobés, llamado Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, apodado en los ambientes taurinos como...Manolete. Al cumplir la edad de cinco años, Joselito, acompaña a su padre a todos los lugares, incluyendo la barbería y es ahí precisamente, donde observa a su padre con la capa de corte, que se usa para resguardar a los clientes de la barbería, del cabello cortado, donde realiza Antonio, pases de toreo, imitando a su ídolo Manolete, mientras escucha a través del gran transistor instalado en la barbería, las tardes de gloria del maestro cordobés, a través de la extraordinaria voz y don de palabra de Matías Prats. Observando a su padre, realizar todos los movimientos, ante un toro imaginario, donde no falta, veronicas, medias veronicas, manoletinas y pases, el pequeño pronto comienza a interesarse por el arte del toreo, comenzando a recortar todas las fotografías de toreros que vienen plasmadas en el periódico ABC, cuyos viejos ejemplares, permanecen en la barbería. Llegados a casa, Joselito, corre hasta el dormitorio y saca una vieja maleta, desde debajo de la cama, donde guarda todas las fotografías, recortadas del periódico, para posteriormente ir pegando en cartones, a modo de álbum. Una vez pegadas las fotografías, pasa largo rato observándolas, poco después comienza a imitar los movimientos que ha visto a su padre, ayudado de una vieja sábana. Las hermanas, observan sus movimientos a través de la puerta entreabierta y sonríen.


..-¡Mamá, otra vez, hermano está toreando, con una vieja sábana....jajajaja!.


Exclama una de las hermanas, llamada Sara.


..-Si, hija, es lo que ha visto en la barbería hacer a tu querido padre, pues recuerdo que cuando nos conocimos, estaba empeñado en ser torero.


En el año 1942, una buena noticia, alegra a padre e hijo. El gran diestro Manolete, llegará hasta Huelva, para torear en la plaza de toros. Es la oportunidad que ambos deseaban para conocer a la gran figura nacional. Aunque la precaria economía familiar, impida su sueño, no cejará en conseguir el dinero para desplazarse hasta Huelva, para ver a su ídolo lidiar impresionantes toros. Gracias a los contactos del maestro José, con personas relacionadas con el ámbito taurino, el grupo de tertulianos que se reúnen en la barbería, consiguen las entradas para ir a ver al gran diestro, incluido, Joselito.


El largo viaje hasta Huelva, se hace eterno, aunque la ilusión y ganas por ver torear al maestro, hace que el viaje se haga corto. Ya en Huelva, se dirigen hacia la plaza de toros de las Colonias, cuyos alrededores totalmente abarrotados, presagian que la entrada será espectacular, con el cartel de no hay billetes. La ilusión de Joselito, por ver torear al ídolo de su padre, hace que su sonrisa, permanezca en su bello rostro, desde que abandonó el pueblo. Llega la hora de entrada a la plaza y una multitud, se agolpa frente a las distintas puertas, que dan acceso al coso. El maestro José, Antonio, Joselito y dos tertulianos, buscan la entrada, nerviosos, impacientes, mientras observan un tumulto en la puerta principal, acaba de llegar el coche que trae al diestro, Manolete, y una explosión de aplausos resuenan, frente al cabezo de la Merced.


En una fila alta del tendido y frente al implacable sol del mes de julio, las personas venidas desde Minas de Tharsis, se preparan para asistir a la corrida. Se anuncia el paseíllo con un pasodoble, y alguacilillos, y toreros, con sus respectivas cuadrillas, emergen desde la puerta de cuadrillas, para dirigirse hasta el palco y saludar a las autoridades presentes. Tras los dos primeros toros, llega el turno del tercero, y una figura alta, enjuta, impecable, con el capote en mano, resurge y se coloca frente a la puerta de toriles, ante un público entregado que aplaude a rabiar. Antonio y Joselito, disfrutan, en cada acción y ambos, como resortes, se levantan y gritan.


...-Oleeeeeeeeeee.


Manolete, agradecido, brinda todo su repertorio, donde no falta...manoletinas, medias veronicas, veronicas, chicuelinas, y por supuesto la forma de encarar al toro, de perfil, de manera estatuaria, empleando la sutilidad de sus muñecas, que manejan la muleta, para engañar al toro, que entra al quite. Un silencio sepulcral se produce de momento y Manolete, con el estoque en la mano entra a matar, realizando una estocada, perfecta, ante el delirio del público, que piden de manera insistente orejas y rabo. De regreso para Minas de Tharsis, Joselito, se confiesa a su padre, tras ver la extraordinaria corrida efectuada por el diestro cordobés.


..-¡Papa, quiero ser torero!


Exclama, ante los presentes, y Antonio, con una sonrisa en los labios, aprueba dicha decisión.


..-Pues claro hijo, serás torero.


Comienza, para Joselito, el duro aprendizaje, donde Antonio, pondrá todo de su parte, para que su hijo, pueda gozar del sueño que alguna vez rondó por su cabeza, ser torero. Reunidos junto con el maestro José y varios tertulianos, estos aprueban la decisión del muchacho, aunque aún es bastante, pequeño, comenzarán a inculcar los valores que debe tener un futuro matador de toros. En el año 1947, una triste noticia asola el mundo taurino, Manolete, sufre una cornada en su muslo derecho, propinada por un toro de la ganaderia de los Miura, llamado Islero. Esta desgarradora noticia, produce en Antonio y Joselito, tal impacto y conmoción, que culmina horas más tarde, cuando por la radio se comunica el fallecimiento del famoso diestro. Decaídos, deprimidos y desalentados, por la muerte del famoso diestro, aún en sus enrojecidos ojos, se puede notar la profundas huellas que ha producido el fallecimiento.


..-Hijo mío, la profesión que vas a elegir, es peligrosa, arriesgada, comprometida, ya has visto, lo que ha ocurrido al mejor matador de toros, por eso te pido que recapacites, medites y reflexiones, antes de tomar la decisión.


..-Querido padre, lo tengo decidido, quiero ser torero, cumplir el sueño, que por circunstancias de la vida, anhelastes, cuando eras joven.


..-Bien hijo, si así lo deseas, ayudaré a conseguir que tu sueño se haga realidad.


Recién cumplidos los doce años, Joselito, comienza a incrementar e intensificar, los ejercicios, acompañado por su padre. Frente a los llanos de la escuela, ambos, entrenan. Antonio con la parte delantera de una vieja bicicleta, ha ideado un armatoste, que lleva incluida unas astas, igual a las de un toro. Con este armatoste embiste la muleta de Joselito, que lo sortea con garbo, salero y elegancia. Las personas presentes, incluidos el maestro José y tertulianos, aplauden cada lance lanzando al aire un...


..-Oleeeeeeeeee.


Reunidos el maestro José, junto con algunos tertulianos, toman la siguiente decisión.


..-Antonio, el chico posee maneras, su forma de encarar, temple, como maneja las muñecas, creo de forma sincera, que va siendo hora, que comience un poco a conocer que es una vaquilla.


..-Bueno, asi es, pero quien posee una vaquilla, para que pueda torearla.


..-No te preocupes, por ello, conozco a un señor de Montes de San Benito, que viene a cortarse el cabello, que posee un cortijo con reses, en las cuales hay algunas vaquillas, jóvenes, con la que Joselito, pueda practicar.


..-Bien, me parece buena idea, trasladarnos al cortijo, para ver la reacción de mi hijo, ante una vaquilla, de carne y huesos.


Horas mas tarde, Joselito, conoce la decisión tomada por el maestro José y tertulianos.


..-Muy bien, papá, claro que deseo torear a la vaquilla, será mi primera experiencia.


Semanas después, el grupo se dirige, hasta el cortijo, situado a unos pocos kilómetros del pueblo de Los Montes. Allí, en un pequeño huerto rodeado de rocas, sobre una altura de 1´50 metros se soltará la vaquilla, para que Joselito, pueda dar los primeros capotazos. Con un poco de nervio e inquietud, afronta Joselito, los primeros pases, ante una vaquilla, mansa, que no hace nada para que el joven maletilla, pueda lucirse. Con esta primera experiencia, aún no se puede sacar conclusiones, pues la vaquilla, exenta de todo lo que un toro bravo posee, no ha servido para examinar las dotes de Joselito. Con el paso de los años, Joselito, incrementa sus duelos ante vaquillas, a las que lidia con garbo y salero, y todos coinciden que con el tiempo, este joven se convertirá en una figura del toreo. Preguntado una tarde por su padre, sobre que nombre quiere ponerse para que luzca en los carteles, Joselito, responde con decisión.


..-Padre, quiero que mi nombre artístico, que aparezca en un futuro en carteles sea...Joselete.


..-Muy bien hijo, de esta manera homenajeas en cierto modo, al que fue nuestro ídolo...Manolete.


Nos encontramos en el año de 1952, Joselito, acaba de cumplir 16 años, cuando una mañana al levantar, nota un fuerte dolor de cabeza, al cual su madre no da importancia, y suministra una pastilla calmante vitaminado. Mas calmado, la familia se prepara, para asistir a la boda de su hermana Francisca, que contraerá matrimonio, con un joven, del vecino, pueblo de Alosno. Semanas después de la boda, Joselete, seguirá toreando vaquillas, por los distintos pueblos del Andévalo, hasta que una tarde nuevamente vuelve a aparecer el dolor de cabeza, aunque esta vez viene acompañado de mareo y desmayo.


Ya no es solo un dolor de cabeza, que ha aparecido, de modo casual, sino que este dolor ha venido acompañado por mareo y desmayo. Antonio y María, deciden acudir al médico, ante la negativa de, Joselete, que solo ve, comunes dolores, producidos por el stress. Convencido por sus padres, por fin decide acudir a la consulta de un médico, el cual tras una primera exploración, no encuentra indicios de algo serio.


..-Habeís visto, como no es nada, simples dolores de cabeza.


..-Bueno hijo, así estamos tranquilos, de que no sea nada.


Semana después de la consulta, otra vez, vuelve a aparecer los mismos síntomas, dolor de cabeza y desmayo, que desaparecen tras un largo tiempo.


..-Otra vez Antonio, el niño ha tenido dolor de cabeza y desmayo.


Replica y alega María, a su marido, al regreso de la mina.


..-No me digas, nos dijo el médico, que no era nada, creo que deberíamos acudir a un especialista en Huelva.


..-Un especialista, nos costará dinero, no tenemos para pagar, ni siquiera para un taxi.


..-No te preocupes cariño, el maestro José, nos ayudará, es buena persona.


Dias después, el matrimonio acompañado de Joselete, y el maestro José, parten para Huelva, a bordo del coche que posee el maestro. Ya en Huelva, acuden a la consulta, de un experto neurólogo. Tras un exhaustivo examen, el neurólogo, doctor De la Cierva, llama a los padres.


..-Su hijo, padece un tumor en un lado del cerebro, el cual produce esos dolores y desmayos, está en una zona, difícil de ser extirpado, con el paso del tiempo puede mejorar o....


Los puntos suspensivos, desatan el nerviosismo en el matrimonio, que preguntan, de manera compulsiva.


..-O que doctor, nos ha dejado usted en dudas, díganos que puede ocurrir.


..-No lo sé señora, el tumor, que su hijo padece, puede ser, que quede aislado o pueda seguir creciendo, pero la intervención quirúrgica, podría dañar una zona del cerebro, vital, para sus movimientos, por ahora hay que esperar. Es mejor que el chico no sepa nada, hay que ayudarlo y agasajarlo, es la mejor terapia que puede tener, para vencer al tumor.


Las fatídicas palabras del doctor, resuenan, en el rostro de ambos progenitores, que rompen a llorar, un llanto amargo, afligido y apenado.


..-Debéis ser fuertes, porque esta situación, empeorará si mostráis debilidad, tenéis que demostrar alegría, que os vea contentos, alegres, ocultando la enfermedad, solo así podrá vencerse.


Replica el doctor, que se despide del matrimonio con un fuerte apretón de manos.


..-Gracias doctor, haremos todo lo posible, se lo

aseguro, venceremos al maldito tumor con fe.


Replica, el matrimonio.


Ya reunidos, con el maestro José, la familia marcha de regreso a Tharsis. El matrimonio, ocultando las terribles palabras del doctor, comienzan su estrategia para vencer al mal.


..-Entonces, nos dijo el doctor, que tus dolores irán remitiendo, nos ha recetado unas pastillas y un frasco, que sin duda te ayudaran a mejorar.


..-Muy bien queridos padres, eso espero.


Ya en Tharsis, el matrimonio, sin la presencia de la familia, irrumpen de nuevo a llorar. Un llanto de desencanto, desilusión y decepción. Aunque una vez desahogados y calmados, ambos juran que ante la presencia del niño, no pondrán rostros apesadumbrados y amargados.


Ha pasado unos meses y, Joselete, sigue con los profundo dolores. Sin duda, el tumor sigue creciendo y...


..-Mi hijo morirá, maestro José y antes de que eso ocurra, quiero hacer una promesa.


..-¿Que promesa, amigo Antonio?


Pregunta, el maestro José.


..-Quiero que mi hijo haga una corrida aquí en el pueblo, con su traje de luces, donde haya una banda de música, caballos, igual que una plaza de toros.


..-No te preocupes amigo Antonio, daremos a tu hijo esa ilusión, pues son este tipo de cosas, lo que vencen al terrible mal.


Desde ese momento, Antonio, José y el grupo de tertulianos, se pondrán a trabajar en secreto, para dar al niño la gran alegría y que pueda superar el mal. Comienza la preparación de los actos, con la confección del traje de luces. Para ello, las mejores costureras de Tharsis, se ponen manos a la obra con las medidas que Maria, toma de su hijo. El escenario de la plaza de toros, será elegido por Antonio y maestro José. Después de varios espacios visitados, acuerdan que el mejor lugar, es frente a las obras del nuevo circulo minero, recreativo. Toda la madera necesaria y carpinteros, estará donada por la compañía minera, que se vuelca en el proyecto, al conocer la noticia.


Tan solo queda fijar la fecha, y por voluntad del padre, es elegida, la del 19 de julio, cumpliendo así exactamente, una década, de la visita de Manolete, a la ciudad de Huelva. Joselete, sabe que algo gordo se está preparando, aunque quiere pasar desapercibido, quiere recibir de boca de su padre, la noticia que tanto anhela, torear en el pueblo que lo vio nacer.


Día 15 de Julio, de 1952. Antonio y maestro José, se reúnen con Joselete, en la barbería, y le enseñan el cartel de la corrida, donde reza.


Dia 19 de julio de 1952. Fabulosa corrida en Minas de Tharsis, a cargo del diestro...Joselete, que lidiará dos novillos de la prestigiosa ganadería de Marzal.


Tras conocer el cartel, Joselete, se funde en abrazos con su padre y maestro José.


..-Gracias padre y maestro José, será el día más feliz de mi vida.


Tras pronunciar estas palabras, irrumpe en llanto, siendo calmado por su padre y maestro José.


..-Gracias hijo mío, por haberme dado ese honor, que tanto anhelé de joven.


Mas tarde, el grupo formado por Joselete, Antonio y maestro José, dan el visto bueno para que comience el montaje de la plaza con los carpinteros de la compañía minera, y muchos voluntarios que ayudaran a que la plaza este lista en tiempo récord. Con todo preparado, por fin llega el día deseado y Joselete, se viste en casa, ayudado por madre y hermanas. Un precioso traje color celeste con hombreras doradas, remarca la belleza natural del joven, que sonríe, olvidando de esta forma la cruel enfermedad que padece. Aplaudido por la gente que espera su salida, en calle San Ernesto, Joselete, hace el camino a pie hasta la plaza, frente a las obras del nuevo circulo minero. Allí observa, un público expectante y entregado, aplaudiendo con rabia y exclamando a los cuatro vientos..


..-¡Viva, Joselete!


Ya en la plaza, en los asientos de honor, están todas sus hermanas...Francisca, Sara, Manoli y Carmen, junto con sus padres, Antonio y María. Flanqueando a la familias, se encuentran, maestro José, y las autoridades de Tharsis y Alosno. La banda de música de Tharsis, toca un pasodoble y por la puerta de cuadrillas, emerge Joselete acompañado de dos caballos y varias personas que harán las labores de banderilleros. Tras brindarle los novillos a sus padres, hermanas y autoridades, estos comienzan a llorar, un llanto que recuerda todos los sufrimientos vividos. Frente a la puerta de toriles, espera el primer novillo, que sale con fuerza, vigor y energía. Joselete, comienza un tanto nervioso, pero a medida que la corrida avanza, se arma de valor y comienza con una serie de pases que arranca las primeras ovaciones del público.


Es entonces, cuando brinda, a sus queridos paisanos, todo el repertorio que posee, comenzando con medias veronicas, veronicas, chicuelinas y rematando con manoletinas, que el público agradece, aplaudiendo a rabiar. Llega la hora de la estocada y Joselete, recibe el estoque, en mano y se dirige al novillo, para encararlo y hundir el estoque sobre su lomo, provocando la muerte casi instantánea del animal. En su segundo novillo, realiza mejor faena, quizás por la seguridad del primero, templando sus nervios, realiza una faena que el mismísimo, Manolete hubiera firmado. Despachado el segundo novillo, la plaza se pone en pié, aplaudiendo y ovacionando a su diestro local, que sonríe dando las gracias. Meses después de la corrida, el estado de salud de Joselete, empeora. Postrado en cama, recibe multitud de visitas, que alientan y anima, para seguir adelante. Consiente de la enfermedad que posee, pide a sus padres y hermana, que no lloren por el y que lo recuerden siempre con lozanía y juventud. Días después fallece, y sobre una cajita, aparece depositado un mechón de pelo de sus negros cabellos, junto a una nota, escrita.


..Mis queridos padres y hermanas, que esta nota que os escribo, os sirva para elevar la moral y que mi futura muerte, implique, que os desploméis y derrumbéis. Habéis sido unos padres ejemplares, logrando una familia unida, en todos los aspectos de la vida, por eso os pido que sigáis adelante y que mi imagen permanezca siempre en vuestra memoria.


En el entierro posterior, todo el pueblo, participó, y numerosos ramos de flores y coronas, flanqueaban el féretro del joven diestro. En una sencilla lápida, reza el siguiente epitafio.


D.E.P El joven diestro, José Cuaresma Álvarez “Joselete” Nacido en Minas de Tharsis el 25 de octubre de 1936 y fallecido el 17 de noviembre de 1952. Tus queridos padres y hermanas, jamás te olvidarán.



Joselete.


Relato original de ...Marcos Tenorio Márquez




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