Recuerdos
de Tharsis...Baños en el pilón
...En
las décadas de los setenta, ochenta, noventa e incluso comenzado el
nuevo milenio, el sueño utópico de una piscina en Tharsis, se
esfumaba como el humo de las chimeneas. Por tal motivo y llegada la
estación estival, hacía que nos trasladáramos a lugares
prohibidos, en los cuales no estaba permitido el baño. Aprendimos a
nadar en sitios peligrosos, zonas que se cobraron vidas humanas, por
una u otra razón, estos emplazamientos poseen una leyenda negra de
victimas, que el paso del tiempo, olvidó. Algunas de estas zonas
quedaron olvidadas para siempre y jamás volvieron los bañistas,
aunque otras hoy en día, siguen con la influencia de bañistas, pese
a la prohibición, como el caso del dique Pino.
Otras
zonas sin embargo, gozaban de buena reputación, ya que eran lugares
de poca profundidad, especial para darse un chapuzón, sin problemas.
Los barrancos que circundan el pueblo, que desembocan en diques,
arroyos, afluentes y ríos, eran los elegidos. Estas charcas
horadadas y excavadas en el la tierra, por la acción continua de las
aguas de lluvia, mantenían el agua gracias a sus manantiales, pues
la mayoría de charcos, que habían acogido y por donde había fluido
el agua del invierno, se secaban por la acción del excesivo calor.
Estas charcas, recibían nombres, que se convirtieron en familiares,
y quién de nosotros no ha escuchado en alguna ocasión ...”El
charco de la mierda”...”Aguavieja” o las grandes charcas que se
formaban en el barranco del “Cascabelero”. Estas charcas poseían
suficiente agua para darse un buen chapuzón, rodeado de vegetación
exuberante, donde destacaban las bellas flores de adelfas, y una vez
bañado, emprender el camino de vuelta “fresquito”
De todos estos lugares, al que guardo especial cariño, es este que presento en la ilustración. Rodeado de pinos piñoneros y rocas, esta zona esta ubicada quizás en la zona más bonita del pueblo, al menos para mí. A la espalda de la casa de máquinas y el gran malacate, se encontraba un pilón, que no sabíamos muy bien cual sería su cometido, pues nunca nos interesó, quizás para refrigerar los grandes motores de la casa de máquina y malacate u otros cometidos. Este pilón divido en dos, poseía unas dimensiones para darse un buen chapuzón, sin riesgo alguno para la salud, aunque desconocíamos si las aguas poseían algún liquido. Sólo algunos moratones, al golpear con algunas de sus paredes, era el único peligro al cual te enfrentabas.
Tras bordear
la corta de Sierra Bullones, accedíamos hasta el lugar, acompañado
siempre por un radiocassette, una litrona de cerveza y una cajetilla
de tabaco rubio. Bajo la sombra de grandes pinos, la suave brisa del
sur, refrescaba el ambiente, del contorno abrasador de rocas de las
cortas cercanas. Para no saturar mucho el pilón nos bañábamos en
grupo, de esta forma había suficiente espacio para chapotear y
tratar de nadar, una vez refrescado, tocaba el turno a los
compañeros, mientras tanto, la cerveza bien fría aplacaba la sed y
en el radio cassette sonaba los acordes de...The Children of the
damned, (Iron Maiden) canción muy querida, por mi primo (d.e.p),
la cual pedía con insistencia, una y otra vez, que sonara en el
pequeño radiocassette.
Relajados
cuerpo y mente, por la acción del agua fresca, una sensación de
bienestar, recorría nuestros frágiles cuerpos, cuando el astro rey
se ocultaba, por poniente. Con el crepúsculo encima, poníamos
rumbo al barrio, pasando por la plaza vieja, donde ya los cuarteles
abandonados, estaban siendo derribados por una pala cargadora, y en
mi cerebro concebí una idea.
..-Algún día haré una ilustración,
con la pala cargadora, derribando estos viejos cuarteles, del
emblemático barrio.
Al pasar por delante del cine Emilita,
vimos la cartelera.
..-¡Ah, que buena película para mañana...El
bueno, el feo y el malo, habrá que venir, soy un fans de Leone y
Clint Eastwood!
Exclamé.
Ya en casa,
una ligera ducha y salir a tomar un poco el aire, al bar Los
Jarales, para escuchar a mis queridos...Creedence Clearwater
Revival.
Recuerdos
de Tharsis...Baños en el pilón
Marcos
Tenorio Márquez
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