lunes, 11 de enero de 2016

Mi hijo...un halo de esperanza.

Mi hijo....un halo de esperanza

La vida hasta el momento me había tratado
de modo cruel,injusta y despiadada.
Había conocido varios hombres, a los cuales
les interesaba más bien,mi aspecto externo
que interno,del cual hacía gala,mostrando
una apariencia de cordialidad,amabilidad y
sinceridad.

Tras varios fracasos amorosos por fin creí
conocer el amor de mi vida...un apuesto joven
de cabello largo y negro,color azabache, como
las plumas del cuervo al ser reflejadas por el astro
rey.
Su barba,perfectamente recortada,contorneaba
perfilando unos labios gruesos,que escondían
ocultando una dentadura bien alineada,con dientes
blancos como la nácar,exhibiendo una sonrisa
cautivadora,la cual elevaba los pómulos achicando
unos enormes ojos marrones color de miel,con unas
pupilas que brillaban y centelleaban como fósforos
en la oscuridad mas absoluta.

Seducida por tanta belleza,caí rendida en sus brazos
fuertes y rocosos,que me acogieron con firmeza,
estabilidad y solidez.
No dudé un instante de que aquel extraordinario ser
constituía el amor de mi vida y juré amor eterno con
lágrimas sinceras,francas y honestas, que descendieron
sobre mis mejillas,hasta desaparecer entre mis labios.

De forma astuta,me prometió la luna,para acceder a lo
que más le interesaba,el placer que genera y suscita mis
generosas carnes,tersas,lisas y suaves.
Profundamente enamorada,accedí y consentí todas sus
peticiones y deseos,hasta el punto que nuestros cuerpos
se fusionaron y fundieron,ocasionando infinitos placeres
de los cuales ambos disfrutamos.

Una vez más la sonrisa había vuelto a mi rostro y pasé
largo tiempo,haciendo predicciones de boda,imaginando
como cualquier mujer enamorada,el vestido blanco nacarado
que luciría ante mi prometido,el día más feliz de mi vida.

Todo se derrumbó como un castillo de naipes una fría
mañana del mes de enero.
En un escueto mensaje enviado al móvil,mi querido amor
abandonaba el proyecto,aduciendo,alegando y argumentando
no estar preparado para soportar una vida en pareja.

Engañada,timada y defraudada,sentí una rabia interior
repleta a su vez, de impotencia y desgana.
Con la mirada perdida,sin poder reaccionar,deambulé
entre las calles,mientras el día soleado,apacible y luminoso
se tornaba gris,oscuro y melancólico.
Negras nubes,amenazaban y cubrían el pueblo y desde las
mismas descendió un corcel negro,portando un jinete con el
rostro pálido y demacrado,el cual cubría con una caperuza
de monje.Su mano izquierda sujetaba una guadaña,de acero
afilado y resplandeciente,el cual cegó mis ojos,enrojecidos
y lagrimosos. Acercando la mano derecha,cadavérica y
descarnada sobre el mentón,sentí en mi rostro el aliento de
la muerte.....
No sufras mujer,ven conmigo,abandona
este infierno, donde impera la maldad
odio y falsedad....ven conmigo al reino
del más allá en el cuál encontrarás paz y
felicidad”
A punto de cruzar la delicada linea que nos une a otra dimensión
una voz en mi interior gritó...”detente”...obedecí al momento y pocas décimas de segundos antes que un auto impactara contra
mi cuerpo.

Días más tarde mi ginecólogo me daba una feliz noticia...en
mi interior germinaba una semilla,la cual me daría un halo de
esperanza,optimismo e ilusión,para afrontar este duro
tramo de mi existencia,ante los fracasos obtenidos con
los hombres.

Desde ese mismo día mi cerebro solo albergaba una idea
que mi hijo/a naciera sano y saludable.
Por fin llegado el momento, pude abrazar,a mi pequeño
retoño,tras un delicado parto.
Puse todo mi empeño y ganas,en educarlo,instruirlo y enseñar
tal como mis queridos padres hicieron conmigo tiempo atrás.
Al cumplir una cierta edad llegó la oportunidad de que
emancipara,pues es ley de vida,aunque cuesta desprenderte
de tu ser querido.
Todos mis consejos fueron bien recibidos y un buen día conoció
una mujer,la cual cumplía con todos los requisitos,ya que
transmitía con su presencia...serenidad,tranquilidad y entereza.

De nuevo, aunque mi hijo me visitaba,de forma regular,volvía a
estar sola. Ya no era aquella joven,de largo cabello negro y abundante. Mi rostro,  no poseía la piel tersa y suave,de mi juventud,en su lugar, infinidad
de arrugas,surcaban con profundas huellas,testimoniando que la vida
no había sido un camino de rosas.

Sentada un día en el parque,leyendo a mi admirado Poe,un
hombre de pelo blanco y ojos azules,se acercó hasta mi
presencia,con exquisita educación me preguntaba si podría
sentar a mi lado.Respondí de modo positivo....días más tarde
volvimos a coincidir,y pronto entre los dos,surgió una amistad
y me dí cuenta enseguida,que reuníamos y compartimos muchos
principios, normas y criterios.

Con sencillas palabras había de nuevo cautivado mi alma,pero
no buscaba satisfacción sexual,solo buscaba comprensión,talento
y entendimiento,del cual podía yo satisfacerlo.
Pregunté de modo casual,porqué se había interesado en mi persona,pues ya no poseía belleza externa. Con palabras francas
y sinceras respondió..-la belleza de las personas reside en su interior...la belleza externa,llega el momento que se marchita,
palidece y enflaquece,mientras la interior permanece para siempre
hasta que el ángel de la muerte se la lleve.

Con esta reflexión,dejaba a entender que era diferente a la
mayoría de hombres,que solo ven en la mujer un claro objeto
sexual. Presentado a mi hijo,fue recibido con un fuerte abrazo
y dirigiendo su mirada hasta mí me dijo...”ahora sí mamá,por
fin has encontrado el amor de tu vida”.
En una sencilla ceremonia,contrajimos nuestra boda y junto
permanecimos unidos,hasta el fin de nuestros días.

Marcos Tenorio Márquez....2015.

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