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viernes, 16 de julio de 2021

Ana


 

Ana.


...Ana, la única hija del matrimonio, formado por Joaquín y Fernanda, irradia felicidad, alegría y entusiasmo. Sus padres, contentos con este gran regalo en forma de hija, la miman con exquisita delicadeza, dedicando el poco tiempo libre que poseen, para que se sienta feliz, satisfecha y alegre. En el rostro de ambos progenitores, se pueden adivinar, los rasgos, que demuestran regocijo y gozo, al observar a su pequeña, cometer alguna travesura.


Y es que Ana, posee un don, que no poseen las otras niñas del pueblo. Sus cabellos, dorados, acarician sus hombros, con sedosos, delicados y tersos tirabuzones. Sus ojos, azules, como el cielo que nos contempla, resplandecen, en un rostro de color rojizo, donde destacan algunas pecas de sus abultados pómulos. Su sonrisa, dulce, como la miel, pronostica todo el encanto de su menuda figura, con tan sólo cinco años de vida. Por todos estos factores, Ana, es conocida en el pueblo como la “Inglesita” por el parecido con los habitantes de la lejana isla, (muchos de los cuales, viven en estas minas) contrastando con el resto de niñas del pueblo, de cabellos castaños, negros y ojos, de color marrón.


Joaquín, tras el trabajo en las minas, cuida por las tardes, un huerto que posee en “Prado de las papas”. Rodeado de zarzamoras e higueras, el huerto, goza de casi una hectárea de tierra fértil, con abundante agua, recogida en un profundo pozo, de la cual extrae, para regar todo tipo de hortalizas y verduras. Llegado el fin de semana, toda la familia se traslada hasta el lejano huerto, para realizar diversas faenas. Fernanda, aprovecha la abundancia de agua, cristalina y pulcra, para lavar la ropa de toda le semana, para tal menester, el huerto posee un lavadero, para que resulte más cómodo, la acción de lavado. Una vez lavada la ropa, esta es ubicada por los distintos tendederos que posee el huerto y será secada con la brisa proveniente del sur.


Mientras, sus padres se afanan en distintas labores, Ana, juega con los gatos, que en gran número posee la familia. A cada felino le tiene asignado un nombre y los llama con gracia y salero, para reprocharles cualquier travesura. Sus padres, observando y contemplando estas escenas, esbozan sonrisas, cruzando miradas, cariñosas e insinuantes, y es que, este profundo cariño que sienten por su hija, es fruto, de la constancia, perseverancia y empeño, ya que Fernanda, conseguía quedar embarazada, pero a los pocos meses de gestación, la criatura que germinaba en su vientre fallecía, por causas que la ciencia aún no había podido descubrir.


Tras múltiples abortos, los ginecólogos aconsejaron, que no quedara más encinta, pues podría poner en riesgo de peligro su vida. Fernanda, con lágrimas, en los ojos, aceptó con resignación esta noticia. Su ilusión por ser madre y poseer un hijo o hija, la lleva a recorrer todos los ginecólogos de la ciudad, sin suerte, pues todos pensaban igual. Tan solo quedaba por recurrir, los servicios de un curandero, que habita en un pueblo cercano, del cual había oído, que podía hacer realidad su sueño tan deseado. Con la visita al curandero, Fernanda, no mostraba, signos eufóricos, más bien angustia y descontento, por los múltiples abortos. Con rostro serio y dubitativo, la observó el curandero en esta primera visita, interrogándola, con multitud de preguntas, a las cuales respondió, Fernanda. Ya con todas las preguntas efectuadas y respondidas por Fernanda, el curandero procede a diagnosticar con exactitud el problema.


Transcurridas casi dos horas de consulta, el curandero por fin recetó un plan que debía seguir de modo estricto. Todo el tiempo que dura el embarazo deberá aguardar en cama, con un plan de comida, basado en recetas naturales de verduras, hortalizas y legumbres, donde las carnes rojas estan prohibidas, no así el pescado, rico en ácidos grasos omega 3 y carnes blancas exentas de grasa. El plan termina con la ingesta de líquidos, donde el agua y unas infusiones de plantas, de las cuales no quiso revelar sus nombres, completaría todo los requisitos, impuestos.


Pocos meses después de la visita al curandero, nuevamente vuelve a quedar encinta, comenzando de modo preciso y riguroso, la receta impuesta.

Madre y suegra, serán las encargadas, de que Fernanda, siga de manera disciplinada el plan, para ello, se relevan en las faenas, que necesita la casa para no causar esfuerzos a Fernanda. De este modo, fueron pasando los meses, de forma lenta, pausada, sin que Fernanda sufriera ningún percance, y este hecho hacía que fuera abandonando la aptitud negativa, para poco a poco albergar una nueva posición, cargada de optimismo, ilusión y ánimo.


Joaquín, entusiasmado y esperanzado al igual que su mujer, anotaba en el calendario, los días que faltaban para el feliz alumbramiento. Por fin, un 15 de Abril del año de 1958, nacía, asistida por la matrona, una preciosa niña, de cabellos rubios y piel blanca cómo el nácar. Con el nombre, elegido por ambos, el feliz matrimonio, sonreía con un regalo que no esperaban, un regalo de providencia divina, cuyo verdadero artífice sin duda recaía en la figura del curandero.


Los primeros años, transcurrieron con incertidumbre, la pequeña, no desarrollaba bien, mostrando un salud frágil y quebradiza. Aconsejada por Romana, una anciana, sabia e ilustrada, que había conseguido salvar a muchos pequeños de desnutrición, debilidad y anemia, Fernanda, comenzó a perfeccionar, unas dietas basadas en alimentos favorables, logrando que Ana, comenzara a desarrollar de forma perfecta, adquiriendo, una salud beneficiosa y favorable.


Gracias a la pequeña Ana, el matrimonio olvidaba, todos los años sufridos, con innumerables abortos que pusieron en peligro la vida de, Fernanda. Con cinco años cumplidos, la niña se muestra, feliz, alegre, irradiando optimismo y simpatía, con las personas que entran en contacto.


II Capitulo


En los albores del invierno de 1963, el pueblo de Tharsis, bulle de vida. Felices alumbramientos se producen, aunque ha bajado la cota, si la comparamos con la del año pasado de 1962, aún así, se mantiene bastante alto el ascenso de natalidad.


Como cualquier fin de semana, Joaquín, Fernanda y Ana, se trasladan hasta el huerto, en un carromato, tirado por una mula, que posee el suegro de Joaquín. Al llegar al huerto, comienzan con las mismas labores de siempre, Joaquin, sacha, lechugas, ajos y cebollas, Fernanda, prepara el fuego en la chimenea, con cepas de brezos, y Ana, continua con los gatos, exhibiendo una sonrisa, en cada acción que ejecuta. De pronto, un pequeño petirrojo, que ha bajado de un olivo cercano, reclama su atención y mirada. Ana, sonriendo, hace amago para cogerlo, pero este de forma tímida, se aleja un poco, dando pequeños vuelos, que incita e induce a Ana, a seguirlo, abandonando el huerto por una pared, de rocas, la cual ha cedido, debido a las incesantes lluvias pasadas.


En un corto espacio de tiempo, la pequeña, se encuentra en el gran bosque de pinos piñoneros y carrascos, que flanquea la corta, Filón Norte, por la zona sur. Ajenos a la pequeña aventura de Ana, el matrimonio, ultima los trabajos para almorzar, un delicioso puchero, con todos sus “avíos” que ha preparado, Fernanda, con esmero.


...-¡Joaquín, Ana, vamos a almorzar!.


Exclama, Fernanda, desde el interior de la choza.


...-Voy ya, amor mío.


Responde, Joaquín, mientras seca su frente con un pañuelo.


...-¿Joaquín....Ana, está contigo?.


Pregunta, Fernanda, mientras dispone, los cubiertos por la mesa.


...-Conmigo no está, debe estar jugando con los gatos, cerca de los olivos.


Responde, Joaquín.


...-Anaaaaaaaa, vamos a comer.


Grita, Fernanda, desde la puerta, elevando el tono de voz.


El silencio, es sepulcral, solo quebrado por trinos y gorjeos, de zorzales y mirlos, desde los olivos cercanos.


...-No está en el huerto Joaquín, he buscado en los olivos, higueras, alrededores y no aparece.


Asevera Fernanda, con ligero nerviosismo.


...-Cálmate, cariño, puede ser que haya salido fuera, sabes que es muy traviesa y aventurera.


Responde, Joaquín, que muestra también nerviosismo, que oculta a su esposa, para calmarla.


...-Nunca ha pasado esto, por eso estoy preocupada, tan solo tiene cinco años.


Asevera, Fernanda.


...-Lo sé amor mío, verás como pronto aparece.


Responde Joaquín, abriendo la puerta del huerto para buscar por los alrededores.


El rastreo se intensifica, por los alrededores, en pocos minutos, y el matrimonio grita de manera desesperada, sin que haya respuesta. Las voces de los padres, producen, que las personas de los cercanos huertos, se sumen a la búsqueda, por todo el perímetro, de manera incesante, persistente y constante, peinando bien la zona, buscando incluso en pozos, barrancos y socavones.


El bosque de pinos carrascos y piñoneros, posee un manto de hojas caídas, que oculta cualquier tipo de huellas. Frecuentes arbustos de brezo, jaguarzos y madroños, hacen el lugar impenetrable, aunque el dispositivo de búsqueda, no deja un espacio libre, pronto descubren, que la pequeña no aparece por el lugar.


El radio de acción de rastreo, se extiende, por toda la sierra que recibe el nombre de “Tersae” hasta las inmediaciones de la corta “Sierra Bullones, Filón Sur y Centro” sin que una simple señal alertara de la presencia de la pequeña.


...-¡Parece, como si se la hubiera tragado la tierra!.


Exclama con un profundo llanto, Fernanda, abrazada a su marido.


...-Es increíble, sólo ha transcurrido unos minutos y ha desaparecido, esto no puede ser, es imposible....¿Pero dónde ha podido ir, y por que lugar ha salido del huerto?


Estas preguntas se las hace Joaquín, mientras regresan al punto de partida del huerto, donde observará mas detenidamente, la trayectoria que la pequeña ha podido seguir. Llegados nuevamente al huerto con el grupo de vecinos, Joaquín, se acerca hasta la higuera cercana, donde jugaba con los gatos y traza, el trayecto que ha podido seguir.

Un claro entre las zarzamoras y los olivos, donde aparece una pared de rocas de escoria, que las incesantes lluvias ha derribado, ofrecen la posibilidad de escalar las piedras sin apenas esfuerzo, ponen en alerta a Joaquín, que se acerca hasta el lugar, con el corazón encogido. Al llegar al lugar, un grito ensordecedor alerta a los vecinos, que se reúnen en la choza.


...-¡Por aquiiiiiii ha saltado, Anaaaaaaaaaaa!.


Grita de manera histérica, observando unas pequeñas huellas en la tierra húmeda, cercana a la pared.


La posibilidad de encontrar a la pequeña nuevamente resurge y el nutrido grupo, alentado y animado, por el descubrimiento de Joaquín, se dispone a registrar, nuevamente, una zona, que ya ha sido rastreada y rebuscada. Las huellas de la pequeña, tras cruzar un carril de tierra, se adentran en el oscuro bosque, desapareciendo por completo, debido a que las hojas caídas de pinos y arbustos, no señalizan el calzado, como suele ocurrir en la tierra. Poco o nada, ha durado, ese pequeño atisbo, vislumbre e indicio, de encontrar con vida a la pequeña y todo el dispositivo de búsqueda se derrumba, con unos padres abatidos, desolados y apesadumbrados.


Y es que la desaparición de Ana, adquiere tintes de naturaleza paranormal, pues en un corto espacio de tiempo, la niña ha desaparecido, sin dejar rastro, solamente las huellas aparecidas cercanas a la pared, y en el carril de tierra, que bordea el bosque. El crepúsculo, tiñe de sombras, el paraje y aún retumba entre los pinos, las llamadas, que poco a poco pierden intensidad. Se espera una noche agónica, doliente, para unos padres que comienzan a perder todo tipo de esperanzas. Los vecinos reunidos, en torno a los padres, serán el único consuelo. Con noche cerrada, muchas personas, acompañan a la familia en la choza, ante una gran hoguera, e infusiones relajantes de tila, servirán para que el matrimonio puedan albergar aún algún tipo de esperanza. Entre algunos grupos de vecinos, resurgen todo tipo de hipótesis, algunas descabelladas, otras por el contrario, poseen visos de ser ciertas, aunque todos piensan en un final trágico.


Con la llegada de la mañana y la presencia de la guardia civil, nuevamente resurge, el optimismo y un gran dispositivo se pone en marcha, incluso con los trabajadores de la compañía minera, que se solidarizan con el compañero, Joaquín. Todo el perímetro del pueblo, será el objetivo, bajando incluso hasta el fondo de las grandes cortas que flanquean la pedanía. La cercana corta Filón Norte, se erige cómo la principal sospecha, de muchos vecinos, lo que se traduce que dicho lugar sea escenario de una exhaustiva búsqueda, aunque sin resultados positivos. Los múltiples pozos de agua, diseminados por todos los huertos, también son objetos de incesantes rastreos, sin arrojar resultados.

Con toda la ilusión perdida, el histerismo, nerviosismo y alteración, comienza de manera implacable, apropiarse y adueñarse, de las almas de los desdichados padres, que gritan, vociferan e irrumpen en continuos llantos, desesperados, atormentados y desmoralizados.


La guardia civil, se hace cargo de las investigaciones, pues el rapto, secuestro de la pequeña, es la única opción posible, después de los resultados negativos de la incesante búsqueda llevada a cabo. Todos los vecinos de los huertos del alrededor, son interrogados y las chozas, cobertizos, registrados y escudriñados. Los padres son también interrogados, pues sobre todo, por si conocieran algún vecino que sintiera animadversión, aversión e inquina, por la pequeña y la hubieran raptado para hacer daño.


...-Pero quién puede, hacer daño a un angelito que irradia alegría.


Contesta, Fernanda, entre fuertes llantos.


Transcurridos varios días de la desaparición de la pequeña, los progenitores necesitan apoyo psicológico, invadidos por un estado de ansiedad, angustia e inquietud. Con la negación de ingerir alimentos, ambos tienen que recurrir a medicación, para no caer en el profundo pozo que es la depresión, que liquiden sus escasas esperanzas de volver a ver a su pequeña. Con este propósito, de volver a abrazar y besar a su niña, ambos se empeñan en seguir viviendo, aunque con profundo dolor, del cual solo podrán reponerse, con su presencia. La llegada de un nuevo día, es para ellos, como un halo de esperanza, que arroje alguna noticia sobre su paradero y es esta ilusión, anhelo y deseo, es lo que mantiene al matrimonio día tras día, meses y años, unidos, esperando el acontecimiento más deseado.


En cualquier fotografía, su pequeña aparece, mostrando toda su belleza, con gracia y salero, pues para ellos su niña, continúa con vida y algún día aparecerá, para devolver otra vez la alegría a un matrimonio condenado, castigado de forma cruel, despiadada e implacable, por los designios e infortunios de la vida.



III Capitulo


Han transcurrido mas de cincuenta años, de la desaparición de Ana, y el matrimonio octogenario, formado por Fernanda y Joaquín, aún conservan la esperanza, del primer día, en que la pequeña desapareció. Nos encontramos en el año 2014, y como todos los días, el matrimonio recuerda a su pequeña, colocando una pequeña vela que ilumina los rostros de Ana y la patrona de los mineros Santa Bárbara. Para ellos no habría mayor castigo, que fallecer, sin saber que pasó realmente con su pequeña y esta angustia, incertidumbre e inquietud, atormenta al matrimonio día tras día.


Un grupo de escoceses, han llegado a Minas de Tharsis, procedentes de Glasgow. Su misión es visitar el antiguo cementerio de los ingleses, donde están enterrados algunos familiares de los presentes. Entre el nutrido grupo, se encuentra, el matrimonio formado por Victoria Lawson y Robert Murdoch. De pronto Victoria, comienza a sentir escalofríos, extraños presentimientos y premoniciones, resultando el lugar conocido.


...-¡Parece, Robert, que este lugar es conocido para mí, no sé, pero tengo el presentimiento de haber estado aquí antes, quizás!.


Exclama, Victoria, con rostro pensativo, reflexivo.


...-A eso se le llama, Dejá Vu o paramnesia, es una situación, que suele ir acompañada por una convincente sensación de familiaridad, que te recuerda algo vivido, en un pasado, aunque te recuerdo querida, que desde que te conocí, en el instituto, tu siempre has residido en Glasgow.


Responde, su marido, Robert, con firmeza.


Continuando con el paseo, llegan hasta la popular “Divisa”, enclavada en la sierra “Tersae”, punto más alto de la pedanía. Observando todo el paisaje circundante, nuevamente Victoria, vuelve a sentir escalofríos, espasmos y temblores.


...-¡De nuevo esta sensación, Robert, no sé que me pasa, pero este lugar me trae recuerdos de algún tiempo pasado, al cual no logro asociar y vincular!.


Exclama, nuevamente, bajo escalofríos y espasmos.


...-Tranquiliza querida, tal vez te haya afectado, el viaje, verás ahora cuando almorcemos, como desaparece dicha sensación.


Asevera, Robert, besando a su mujer sobre la mejilla.


El lugar elegido para almorzar, es el circulo minero recreativo. Hasta allí llega el numeroso grupo de Escoceses, para saborear, los ricos manjares de nuestra gastronomía y tierra. Regado con vino de rioja y cervezas “cruzcampo” el servicio de camareros, muestra profesionalidad, solvencia y responsabilidad, a la hora de ofrecer las diferentes comandas, bajo la atenta mirada del combo, compuesto por , Sebastíana y Mario. Satisfechos, por el almuerzo, el grupo emprende nuevos paseos por el pueblo, visitando todos los lugares pintorescos y atractivos, haciendo innumerables fotografías, que recordaran e inmortalizaran, el lugar en el que trabajaron muchos antepasados.


Antes de partir rumbo a Escocia, una vez mas, Victoria, vuelve a tener las mismas sensaciones experimentadas, en el cementerio y Divisa.


...-Esta tierra me trae multitud de recuerdos, Robert, quizás en otra época, mi vida desarrollara en este bello pueblo, creo de manera ferviente en la reencarnación.


Asevera, Victoria, antes de subir en el microbus, que la lleve hasta Madrid, donde cogerá un avión rumbo a Glasgow, poniendo punto y final a este pequeño viaje.


Es noche cerrada, cuando el grupo llega a Glasgow. Victoria, tiene interés de colocar la tarjeta de memoria en el ordenador, para visualizar las innumerables fotografías efectuadas y realizadas en Minas de Tharsis. En casa de Victoria, vive su padre, William Lawson, desde que enviudó. Su única hija lo trajo a vivir con ella para que no sintiera la soledad, puesto que Margareth y William, formaron un matrimonio muy unido, todos estos años. William, recibe al matrimonio, acompañado por sus nietos, David y Olivia, una parejita de adolescentes de cabellos pelirrojos.


Bastante cansados, el matrimonio, decide descansar, para el día siguiente, comentar con su padre las vicisitudes del viaje. William, bastante madrugador, ya tiene preparado el desayuno para el matrimonio y nietos.

Con todos sentados a la mesa, Victoria, comienza el relato de su viaje por España. Antes ya había entregado algunos regalos y souvenirs, a sus hijos y padre. Victoria, como una película, recrea su paso por España, haciendo hincapié, en el pueblo de Minas de Tharsis....


...-Entonces papá, al visitar un pequeño pueblo, de Andalucía, en la provincia de Huelva, donde mis primos tienen familiares enterrados, en un cementerio de ingleses, llamado....Minas de Tharsis, tuve la extraña sensación de haber estado allí antes, Robert, me contestó, que a eso se le llama, Dejá Vu.


...-¡Perdón, como dijiste que se llama el pueblo!.


Exclama, William, interrumpiendo a su hija, al mismo tiempo que su rostro se transforma en pálido, macilento.


...-Minas de Tharsis, papá, así se llama el pueblo....pero que te pasa, parece que no te encuentras bien, dime que te sucede.


Responde Victoria, totalmente extrañada y asombrada, por la reacción de su padre, al decir el nombre del pueblo.


...-Perdonadme, no me encuentro bien, me retiro a mi habitación.


Asevera, William, totalmente abatido.


Es entonces cuando Victoria, vuelve a sentir, de nuevo, los extraños escalofríos y espasmos, sentidos en la visita, y piensa, que su querido padre, guarda algún secreto oculto que deberá descubrir, pero aún no es el momento, por la inoportuna indisposición.

Con Robert, en el trabajo, los hijos en el instituto, Victoria, comienza a indagar en fotografías antiguas de su pasado, que su padre guarda celosamente.


...-Que raro, no poseo fotografía de mis primeros años de vida, es solamente a partir de los seis años, cuando comienzo, a poseer fotografías.


Asevera, con rostro expresivo, en silencio.


...-Mi padre, lleva bastante tiempo encerrado en su habitación, el pueblo al que he nombrado, parece traerles recuerdos...¿Porqué?...noto, que algo extraño hay en todo esto, primero las sensaciones vividas, ahora la reacción mostrada por mi padre.

Quiero conocer todo este halo de misterio, y mi padre sin duda, tiene que saber algo.


Asevera Victoria, en silencio, mientras se acerca a la habitación de su padre, golpeando con fuerza, sobre la madera, girando a continuación el picaporte.


...-¡Papá,papaaaaaaaa, que raro, tiene la puerta cerrada, papaaaa, abre la puerta, por favoooor!.


Exclama, bastante preocupada, golpeando la puerta y haciendo amago para abrirla, con el picaporte, sin obtener respuesta.


Robert, regresa del trabajo y encuentra a su esposa, golpeando en la puerta de la habitación de su padre.


...-¡Que sucede, Victoria, que ha pasado!


Exclama, con asombro Robert.


...-Mi padre, se sintió indispuesto, esta mañana, sobre todo cuando comenté el pueblo que visitamos en España, en esos momentos, se retiró hasta su habitación y se ha encerrado en ella, sin contestar.


Responde Victoria, con ligero nerviosismo e incertidumbre.


...-Aparta, cariño, voy a derribar la puerta, quizás se encuentre algo aturdido.


Asevera, Robert, arremetiendo contra la puerta.


Tras varios intentos, por fin la puerta cede, encontrando a su padre , en la cama.


...-¡Papá, Papá, contestame por favor, Robert, llama al médico, de manera urgente!.


Exclama, Victoria, entre sollozos, agarrada a su padre, en un estado cercano al histerismo.


...-Aquí hay una nota escrita, bastante extensa.


Asevera,Robert.


...-Papá, papaaaaaaaaa, contestame por favor.


Grita, Victoria, entre sonoros llantos.


...-Junto a la nota, un frasco de pastillas, vacío, ufff, me temo, que Williams, ha tomado una drástica solución, de poner fin a su vida, pero porqué, en la nota debe estar anotado todo el motivo, pero no es el momento de leerla ahora.


Asevera, Robert, en silencio, recogiendo el frasco y guardando la nota escrita.


Pasadas media hora, que resulta eterna, llega una ambulancia hasta la casa del matrimonio Murdoch, donde el doctor Charles, decreta el fallecimiento de varón de 84 años de nombre...William Lawson.

La posterior autopsia es decretada, como secreto de sumario. Todos coinciden que el fallecimiento del anciano, se produjo por una cantidad ingente de calmantes, los cuales produjeron, un fallo cardíaco, que provocó el fallecimiento. Con una sencilla ceremonia de despedida, oficiada por el párroco, fue despedido el cuerpo de Willian Lawson, enterrado junto al de su esposa Margareth.


Con lágrimas en los ojos, el matrimonio, Murdoch e hijos, vuelven para casa, tras depositar una corona de bellas flores. En casa ya más calmados, tras unos días de intenso dolor, Robert, entrega a su esposa, la carta escrita, que estaba junto al frasco de grageas. Victoria, tras instalarse unas gafas, y acomodarse en un tresillo, comienza a leer la extensa carta, escrita antes de fallecer por Williams.


…”Perdón y mil perdones, aunque esta carta, escrita por una persona a punto de fallecer, no pueda ni siquiera, reponer el tremendo daño, efectuado a una familia, en el pueblo al que tu nombrabas esta mañana. Todo comenzó, una mañana del incipiente invierno de 1963, visitábamos la casa de unos familiares en Minas de Tharsis y paseando por la zona, próxima a la mina, tu madre quedó prendada, de una niña, que no era igual que las otras niñas del pueblo. Sus cabellos rubios, de sedosos tirabuzones, ojos azules y piel blanca, cautivaron de tal forma a tu madre, que me convenció para urdir un plan, con un rapto, del cual nunca me sentí predispuesto, pero tu madre, insistió, pues con lágrimas en los ojos, me contó nuevamente, la historia, del cáncer detectado en los ovarios, que le impedían ser madre. Esa terrible noticia, anunciada, le produjo tal inquietud, ansiedad y desasosiego, que su único deseo era poseer una hija o hijo, fuera al precio que fuera, incluido el rapto y secuestro. La convencí, para que adoptáramos una criatura, pero todos los esfuerzos quedaron en nada, al verte jugar en los huertos. Hija mía, no nos guardes rencor, en muchos momentos de la vida, decidimos dar marcha atrás y llevarte ante tus verdaderos padres, lo cual no fue posible. Debes viajar inmediatamente hasta Minas de Tharsis, con toda la familia, y visitar a tus verdaderos padres si aún no han fallecido.

Williams Lawson.


IV Capitulo.



Tras leer la carta, Victoria, abrazada a Robert y sus hijos, comienza un intenso llanto, que termina con la noticia de volver de nuevo a Tharsis, lo más rápidamente posible. Quizás, sus verdaderos padres hayan fallecidos o quizás vivan para abrazarlos, besarlos y reponer aunque en menor medida el tremendo daño efectuado.

Ajenos a los acontecimientos que se producen a miles de kilómetros, el matrimonio formado por Joaquín y Fernanda, continúan como cada día recordado a su pequeña. María, vecina de Fernanda, se encuentra en las inmediaciones del mercado de abastos, para realizar una compra. Como cada viernes, la plaza donde se encuentra el mercado, está ocupada por el rastro. Multitud de puestos de ropas y zapatos, con buenos precios son visualizados, por jóvenes, dispuestos a comprar, para lucir en la fiesta anual del pueblo.

Una familia formada por cuatro miembros y un traductor, abordan a María.



...-¿Perdone, conoce usted por casualidad, una familia, a la cual hace muchos años sufrió, la desaparición de su única hija?.



Pregunta el traductor, en correcto castellano.



...-Bueno, ellos que son extranjeros.



Responde María, totalmente desconcertada, por la pregunta.



...-Si, ellos son una familia de Escocia, interesada en conocer a estas personas.



Asevera, el traductor.



...-Bueno, hace ya muchos años, quizás mas de cincuenta, una vecina mía, perdió una niña....



De pronto, se produce una pausa, y el rostro de María se vuelve, pálido, macilento y demacrado, continuando con la respuesta.



...-No me diga que esta señora es Ana, virgen santísima de la Peña, Santa Barbara bendita, precisamente soy vecino de ella....Dios mío, aún no me lo puedo creer.



Responde María, totalmente desconcertada, perpleja y sorprendida.



...-¡Sí, tiene usted toda la razón, esta mujer que tiene ahora 55 años y se llama Victoria, es la hija de su vecina!



Exclama el traductor.



María, sin poder contener sus sentimientos, abraza a Victoria, besándola repetidamente.



...-¿Me pueden acompañar, si son tan ambles?



Pregunta, María.



A escasos, doscientos metros, del mercado de abastos, en calle Madroñal, viven Fernanda y Joaquín.



...-¡Fernanda, Joaquín, salid por favor, os traigo una sorpresa?



Vocifera María, produciendo que todos los vecinos, salgan a sus puertas, para curiosear, y un rumor, se extiende como la pólvora por toda la vecindad.



...-¡Que pasa, María, con esas voces!



Exclama Joaquín, saliendo desde el interior del cuartel.



Sin tiempo a reaccionar, Victoria, se abraza a su padre, besándolo, nada mas emerger su figura a través de la puerta, pronunciando estas palabras en inglés.



...-¡My father, my father, my real father!...(Mi padre, mi padre, mi padre real)



Exclama de alegría, mientras una lágrimas descienden por sus mejillas.



...-No me digas que eres Ana, mi pequeña Ana, oh dios mioooooo.



Asevera Joaquín, irrumpiendo, en un llanto, profundo, que su hija tiene que mitigar.



María, la cual se ha informado de que Fernanda, está comprando en la cercana tienda de ultramarinos, se acerca hasta allí.



...-¡Fernanda, Fernanda, vamos, que en tu casa te espera una sorpresa!



Exclama, María, sin explicar el motivo.



...-¿Que es, por favor, dímelo, María?



Pregunta, extrañada y sorprendida.



...-Vamos, vamos, mejor no te digo nada.

Responde María.



Durante el corto trayecto, multitud de vecinos, que ya se han informado, besan y abrazan a Fernanda, acompañándola hasta la vivienda. Es en estos momentos, cuando Fernanda, intuye, que algo gordo va a suceder, al llegar a su domicilio y comienza un llanto, que produce, la mayor de las alegrías, al cruzar la esquina y ver abrazado a su esposo, a su pequeña del alma, aquella niña de ojos azules, cabello dorado y sonrisa de fresa.

De manera histérica, Fernanda, irrumpe en llantos con movimientos descontrolados, se dirige hacia donde están su marido e hija, fundiéndose los tres en fuertes abrazos y besos, mientras las lágrimas descienden, como torrentes de agua, por sus enrojecidos ojos. A estas muestras de cariño, se suman todos los vecinos, que aplauden el encuentro, con inusitadas energías, contagiados por los sentimientos y sensaciones vividas, por la familia.



En los días sucesivos, habrá muchas preguntas, pocas respuestas, pues ya nada importa, el tremendo daño ocasionado, no podrá ser reparado, pero al menos como ellos querían, antes de fallecer, pueden de nuevo abrazar y besar a su querida hija.

Los falsos padres, aquellos que raptaron a la pequeña, de manera vil y cobarde, cambiando nombre y apellidos, ni se nombraron, suficiente daño hicieron en todos aquellos años. Algunas fotografías, de aquellos primeros años, de Ana son mostradas, irrumpiendo en llantos. Los días siguientes, volvieron a visitar el huerto, donde jugaba con los gatos y el triste lugar donde fue raptada. Ningún recuerdo de aquellos trágicos días, guarda Ana, en su memoria. Todo el pueblo está cambiado, y poco queda de aquellas Minas gloriosas, que bullía de vida.



Tras unas semanas en el pueblo, Ana, vuelve para Glasgow, con intención de volver y pasar una larga temporada, junto a sus verdaderos padres. Esos padres que la han esperado estos largos cincuenta años, ahora son felices, por fin han podido abrazar y besar a su pequeña. Joaquín y Fernanda, despiden a su hija, marido y nietos, observando como el coche se aleja y con lágrimas en los ojos, pronuncia estas palabras.



...-Podemos morir en paz, nuestro sufrimiento ha terminado.



ANA.


Un relato original de Marcos Tenorio Márquez.

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