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viernes, 30 de octubre de 2020

Señales en la ventana


 

Señales en la ventana


...El caso de la señora Rutheford, había sido todo un acontecimiento en mi vida. El misterio que rodeaba la casa, había sido desentrañado, aunque a decir verdad, desde un principio me vi atrapado por el halo de misterio, que rodeaba al lugar y el miedo que sentía las personas que visitaban aquellos muros en ruina.


Mi vida cómo profesor de educación general básica, colma todas mis aspiraciones, que alterno con mi gran pasión la parapsicología. Me interesa lugares, ocultos, lóbregos, casas encantadas, pueblos fantasmas, donde se hayan producido acontecimientos violentos, todo esto hace que mi nivel de adrenalina ascienda, ante los extraños casos que la ciencia aún, no ha podido dar explicaciones.


Después de varios años de profesor en Cortegana, precioso pueblo de la serranía onubense, una plaza queda libre, en San Bartolomé de la Torre, un pueblecito, vecino de Tharsis, vacante que pedí y me concedieron, así estaría mas cerca del pueblo que me vio nacer y sobre todo de mis queridos padres.



Con la llegada de las vacaciones estivales, un merecido descanso, relaja mi cuerpo y mente, tras una año de esfuerzos, ante un nutrido grupo de alumnos, los cuales necesitaban, motivación extra para mejorar en los estudios.


Este trabajo que realicé de manera totalmente desinteresada, hizo que el cansancio se acumulara y que mejor que unas merecidas vacaciones en el pueblo que me vio nacer, para recargar pilas con el comienzo de un nuevo curso escolar.


Las vacaciones en mi pueblo, suelen ser sencillas, me impregno de todas las costumbres, arraigos de sus habitantes y me gusta dar grandes paseos, donde ejercito las piernas, admirando los excelentes paisajes que el pueblo posee.

Por las mañanas, suelo acompañar a mi padre al huerto, allí cuidamos de una veintena de gallinas con algunos felinos. Ya por la tarde, acudimos de nuevo al huerto, a regar plantas de tomates, pepinos y pimientos. Recién comenzado el mes de julio, un acontecimiento, esperado por todo el pueblo, hace que disfrutemos los cinco días de fiestas, me refiero como no, a la popular velada. Pasada esas fechas, de nuevo la monotonía invade al pueblo y jóvenes acompañados por abuelos, suelen salir a los cabezos que rodean al pueblo, para izar con la llegada de la brisa, pandorgas y barriletes, confeccionados de forma artesana.


Los cinturones de grandes eucaliptos, que flanquean al pueblo, suelen acudir, los mineros con la llegada de la tarde. Allí sentados, sobre unas rocas, a modo de asientos, charlan, parlan, sobre sus aficiones, donde la caza, es el tema escogido por la gran mayoría, para debatir.


El mes de septiembre, pone punto y final a mis vacaciones estivales, y me incorporo a mi nuevo destino en el pueblo de San Bartolomé de la Torre. A unos veinte kilómetros, de Tharsis, se encuentra este pueblo, entre las comarcas de Beturia y Andévalo. Pueblo, eminentemente agrícola y ganadero, el cual sufrió a partir de la década de los cincuenta, un éxodo masivo de sus habitantes, hacia países extranjeros como Suiza o Alemania, quedando seriamente diezmada la población, descendiendo el número de habitantes de manera alarmante. Recuperado gracias a la llegada del fresón y cítricos, a principios de la década de los ochenta, el pueblo goza hoy dia de una población ascendente, con la llegada de vecinos de otras partes de la provincia y extranjeros.


El colegio dónde comenzará mis clases se llama Naranjo Moreno, en honor a un profesor que ejerció la docencia, en la primera década del siglo XX. Oriundo del pueblo de Trigueros, la voz popular cuenta de él que se portaba muy bien con los alumnos, en aquellos difíciles años, dando incluso comida a los menos favorecidos e insistiendo que estudiaran para que en el día de mañana pudieran acceder a una profesión digna.


A pocos kilómetros de mi pueblo, los primeros meses conduje mi auto, todos los días, hospedando en casa de mis padres. Pasados estos primeros meses, decidí alquilar una casa, en el pueblo, pues aunque el trayecto es corto, me evitaba de esta forma de coger el coche de manera diaria y solo acudiría los fines de semana.


Tras una búsqueda de unos días, por fin pude encontrar una casa que se alquilaba, en calle Cartaya. La casa, de gruesos muros, construida de rocas y carbasa, es la típica casa de pueblo, grande, espaciosas, con un soberbio patio trasero, donde naranjos mal podados, enmarañados de ramas nuevas, crecen de modo anárquico, ocultando unas naranjas de segunda brotación, grandes y cascarudas. En el interior, un gran salón, con poco mobiliario, comunica con una cocina estrecha, a su vez, desde la cocina, se accede al cuarto de baño. Todas estas habitaciones, comunican con el patio, de esta forma, hay varias puertas de acceso y no una sola, típica en otras casas de idéntica construcción.


En la planta alta, de la casa, se encuentra los dormitorios y una pequeña habitación, la cual habilité como estudio. La señora que me ha alquilado la casa, la adquirió años atrás, con curiosidad pregunté a quién había pertenecido, respondiendo de momento.


..-Esta casa, perteneció a una pareja de ancianos, la pobre mujer falleció tras caer de una escalera, cuando se encontraba pintando la parte trasera de la misma, la escalera resbaló y cayó, falleciendo en el acto. Su marido, tras vivir poco tiempo en la misma, ingresó en el geriátrico, que han abierto en su pueblo, no recuerdo el nombre.


..-Montejara.


Afirmo.


..-Así es, Montejara.


Concluye.


El primer día de estancia en la casa, aprovecho para ordenar toda mi ropa, calzado y libros. Tras un almuerzo rápido, accedí al patio, sobre un lateral del mismo se encuentra una habitación, la cual está designada, para guardar objetos de limpieza de la casa (fregonas, escobas, cubos recogedores, latas de pinturas..etc) sobre una de las paredes, recostada, se encuentra la escalera, con la que supuestamente la anciana sufrió la mortal caída, que provocó su fallecimiento.


Con curiosidad, me acerqué hasta la misma, comprobando que era una escalera de madera, de unos quince peldaños, de pino macizo, pintada y reforzada con aceite de lino, para que las tablas no se pudra. Estos peldaños a su vez están rematados, con ángulos de acero, adheridos mediante clavos, lo que la hace muy segura y fiable, además la zona de apoyo de la escalera, posee una ventosas de caucho, para impedir que resbale.


..-¡No comprendo, cómo pudo resbalar esta señora, al tratarse de una escalera bastante segura, los peldaños poseen unas estrías, que evita que el pie resbale una vez apoyado, y su base es de caucho con ventosas!


Exclamé en silencio, mientras inspeccionaba la misma.


Mi primera noche de estancia en la casa, la pasé en vela, leyendo el extraordinario ejemplar de J.J.Benitez...Caballo de Troya. Cada vez que alquilo una casa en los pueblos, donde desarrollo mi trabajo, suelo mostrar nerviosismo, pocos días después desaparece, la lectura de buenos libros, mitiga la ansiedad, contraída siempre, en un lugar desconocido.


Pasados unos meses, de estancia en la casa, comencé a advertir algunos pequeños ruidos, los cuales asocié con los muebles, algún ejemplar de roedor u otra forma, pues estas casas que poseen techos de maderas, amplían cualquier tipo de sonidos, resultando perceptibles en cualquier habitación de la amplia casa.


En la pequeña habitación del piso superior, habilitada como estudio, paso el resto del día, enfrente del estudio se encuentra la habitación de matrimonio, cuya ventana está orientada hacia la calle, mientras la ventana del estudio y una habitación para invitados,(pues el matrimonio no tuvo descendencia), está orientada hacia el patio.


Sería sobre las doce de la noche, del frío mes de enero, cuando advertí un sonido en la habitación de invitados, el sonido se asemejaba a golpes en la ventana. Sin mostrar temor alguno, me acerqué hasta la habitación, sin advertir nada inusual y en silencio exclamé, mientras cerré la puerta.


..-¡Pues quién va a dar golpes en una habitación que se encuentra a tres metros de altura!.


Con la llegada del fin de semana, retorné hacia mi pueblo, Tharsis. Mi madre, siempre precavida y previsora, me suministró una buena colección de mantas y sábanas de franela, para soportar el frío, más aún en una casa de enormes dimensiones. En el mismo estudio de la casa, donde paso largo rato, habilité un sofá cama, esta habitación al estar orientada hacia el sur, ofrece más calor y menos humedad que el resto, pues también al ser más pequeña, se reduce la sensación de algidez.

Después de ordenar mantas y sábanas, bajé a cenar. Las temperaturas, habían descendido de manera brusca y considerable, creando vaho en las superficies de los vidrios de ventanas y puertas. Recuerdo cuando niño como dibujábamos, sobre dichas superficies, mis preferidas fueron siempre la estrella de navidad y el muñeco de nieve, sería por aquello que siempre este fenómeno se produce en época de invierno, cuando el frio que lo produce es obvio y evidente.


Tras cenar, unos gurumelos revueltos con huevos, me dispuse a fregar el plato y vaso utilizado, advirtiendo nuevamente en la habitación de arriba, como alguien golpeaba sobre el vidrio de la ventana. Con sensación de escalofrío, me desplacé hasta la misma habitación, donde había advertido el mismo ruido semanas atrás. Mientras avanzaba, mi corazón palpitaba, a bastantes revoluciones y el silencio se transformó en sepulcral, solo quebrado por el canto de una lechuza, que cantaba desde el campanario cercano.


Frente a la puerta de la habitación de invitados me detuve y agarrando el pomo, con fuerzas, giré hasta abrir la puerta. La luz de la luna, en fase de llena, penetró a través de la ventana, iluminando de manera sutil la amplia habitación, encendí la luz artificial y una vieja bombilla, iluminó una habitación con aparente tranquilidad, todo estaba bien ordenado, tan solo el olor a humedad, que emanaba de las paredes, me recordó que debía abrir aquella ventana, para que el efecto se diluyera y desapareciera. En silencio, permanecí unos minutos, junto a la cama, cerré los ojos y concentré mis cinco sentidos en aquel espacio, para poder advertir si el sonido nuevamente se produjera. Apagué la luz artificial y transcurrido unos minutos, nuevamente, logré percibir el sonido sobre el vidrio, a punto de emitir un grito de horror, me contuve y encendí el interruptor y un sutil haz de luz, brotó de la bombilla, para iluminar la zona de la ventana donde se dirigieron mis ojos. Mi frecuencia cardíaca, se mostraba al máximo de pulsaciones, debía empujar aquella puerta y salir corriendo, atenazado de horror, esa sería sin duda, la idea más común, pero nada de esto ocurrió, con sangre fría, me dirigí hasta la ventana, desde donde procedía los extraños ruidos.


II Capítulo.


...La temperatura descendió de modo gradual, mientras trataba de comprobar, que extraña cosa emitía aquellos ruidos en la parte exterior de la ventana. Sin notar nada raro, abrí ambas hojas y una bocanada de aire frío, golpeó mi rostro, enfriando el sudor que brotaba de mi frente. De manera minuciosa, recorrí todo el perímetro de la ventana, sin observar nada, entonces cerré las hojas y algo reflejado en el vidrio me hizo estremecer, lanzando un gemido de horror, sobre uno de los cuarterones de vidrio, de la hoja derecha, aparecía señalado los cinco dedos de una mano, de modo descendente, como si alguien hubiera deslizado la mano, al resbalar sobre una superficie plana.



..-¡No puede ser, no puede ser, hace falta una escalera, para subir hasta aquí y deslizar la mano sobre el vidrio, pero quién ha podido hacer esto!



Exclamé, atenazado de terror.



Antes de marchar de la habitación, comprobé debajo de la cama, armarios y cualquier rincón donde se podría camuflar alguien, sin encontrar nada, mi cerebro comenzó a procesar todo tipo de preguntas, sin respuestas, de nuevo surgió en mi cerebro estar ante un caso de actividad paranormal, sin explicación razonable, mientras recordaba el caso de la anciana, que resbaló de la escalera falleciendo en el acto, pero eso respondía a un caso fortuíto, donde no hubo acto violento.

Con un pañuelo limpié el vaho y humedad formado, eliminando las extrañas marcas de dedos, bajé la persiana, pero recordé.

..-Si, la extraña señal se vuelve a repetir, es que alguien quiere comunicar, con el inquilino de la casa, en este caso mi persona...¿Pero porqué?...aquí, que sepamos, no ha habido muerte violenta, pues la anciana falleció de manera fortuíta, así lo constataron las autoridades que investigaron el caso, así me contó la actual propietaria.



Reflexioné, en silencio, con mi mano sobre la mejilla, luego bajé y me dirigí al patio, todo estaba normal, observé la ventana y la distancia que había, mientras en el cuarto de los utensilios de limpieza, la escalera continuaba en la misma posición, en que la observé el primer día de estancia.

Abatido y agotado, pronto me sumergí en los brazos de morfeo, hasta que el despertador, me advirtió que una nueva semana comenzaba, con un lunes, bastante gris.

Antes de partir para el colegio, me acerqué hasta la habitación de invitados, todo estaba normal y esa normalidad, se convirtió en la tónica predominante durante toda la semana, cesando los ruidos. Atribuí entonces, las señales producidas en la ventana, a algo caprichoso, a veces, algunas formas de la naturaleza, como pueden ser nubes, se asemejan a formas de aspecto humano, animal o vegetal, que nos confunden a observarlos desde diferentes ángulos.



Con la llegada del fin de semana, retorné al pueblo, para olvidar, una semana de sobresaltos. En casa de mis padres recordé, lo que me dijo la propietaria.

..-Su marido, tras vivir poco tiempo en la misma, ingresó en el geriátrico, que han abierto en su pueblo, no recuerdo el nombre.

Sería buena idea hablar con el, para que me informara si en la casa había ocurrido algún suceso extraño, antes de adquirir la propiedad, aunque no lo conozco personalmente y no puedo intuir, la reacción que pudiera tener. Para informarme mejor de dicha persona, hablaré con una amiga que trabaja en el centro, y ella me informará que tipo de personalidad posee.

El fin de semana pasa rápido, es domingo por la tarde y tomo un café con mis amigos de infancia, mientras jugamos una partida de billar. Pronto oscurece, y retorno a casa de mis padres, para marchar antes de que la oscuridad sea absoluta. Por fin ya estoy frente a la puerta de la casa alquilada y observo a la señora propietaria que me saluda.



..-¡Buenas noches, regresa usted de Tharsis!

Exclama


..-Sí, los fines de semana suelo acudir a casa de mis padres.


..-Respondo


..-¿Necesita usted algo, solo tiene que pedirlo?


..-Pregunta.


..-Muchas gracias, de momento no necesito nada, mi madre cada vez que regreso al pueblo me tiene bien surtido.


..-Respondo con una sonrisa


..-Ah, se me olvidaba, debo decirle que sobre el mes de junio, con la llegada del verano comenzaré la remodelación de la casa, pues me acaba de llegar el permiso de obra solicitado.


..-Muy bien ya por esa fecha habremos acabado el curso, muchas gracias por la información.


Respondo.


Tras despedir a la propietaria que vive justo al lado, comienzo a preparar la cena. La noche cubre ya todo el pueblo con sombras infinitas, solo, los espacios ocupados por farolas, quiebran la oscuridad y ofrecen una sutil iluminación. En la amplia casa, se nota el frío, con los días que ha permanecido cerrada, debo preparar un buen fuego que mitigue la sensación desapacible que provoca las temperaturas bajas. Con la cena sobre el plato, enciendo el fuego que está preparado, en la chimenea, con cepas de brezo,eucaliptos y otros arbustos que traigo del pueblo cada fin de semana. Me gusta tener todo preparado en la chimenea, para casos como estos, en los que debes actuar de forma rápida.


Me dispongo a cenar, contemplando como el fuego poco a poco devora las ramas secas, elevando las temperaturas y haciendo de nuevo que el salón recobre un aspecto apacible. Con la cena terminada, es bueno seguir con la lectura del interesante libro de J.J.Benitez, libro bastante antiguo pero cautivador. La casa nuevamente, queda sumida en el silencio más absoluto, sólo el crepitar de la madera consumida por las llamas, emite un sonido, que provoca somnolencia. Trato de mantenerme, despierto, y concentro mis cinco sentidos en la lectura. Un nuevo sonido en el piso de arriba, me produce sobresaltos y dejo el libro sobre la mesa, para concentrarme. De manera delicada me desplazo hasta la puerta del salón que da al patio y comienzo a girar el pomo, de manera suave, sin ocasionar ruidos, si algún gracioso quiere satisfacer sus ansias de bromas, lo sorprenderé.


Con ambas manos sobre el pomo, abro la puerta con decisión y salgo al patio, encendiendo a la misma vez la farola.


..-Nada, no hay nadie, ni un cuco, como dice la expresión, entonces que provoca dichos ruidos.


Expreso, de nuevo, la sensaciones vividas la semana pasada.


..-Pero que ocurre, será mi estado de sugestión, que provoca en mi cerebro una impresión de algo, que no existe, aunque a los sonidos hay que añadir las marcas, subiré de nuevo a la habitación de invitados,recuerdo que las marcas fueron borradas.


La luna comienza su fase menguante y la oscuridad es absoluta. Subo de nuevo al piso superior, con una sensación extraña, que me produce escalofríos, de nuevo me encuentro ante el pomo y giro con decisión, accionando el interruptor de la luz al mismo tiempo. Nuevamente observo en la ventana vaho, producido por las bajas temperaturas. Me acerco hasta la ventana.


..¡Quizás, haya otra señal!


Exclamo.

Nuevamente, la adrenalina se apodera de mí, mientras avanzo, la piel comienza a erizar y la temperatura en esta zona es aún mas baja que el resto de la casa. Concentrado, en los cuarterones de ambas hojas, de la ventana, observo nuevamente vaho adherido, y un mensaje, parece ser, que de una letras, escritas al revés, pues han sido escritas por la parte externa.


..-¡Pero que querrá decir estas letras, la primera parece una L precedida por la U y aquí se corta, si la completamos dice LU!


..-Alguien intenta comunicarse conmigo, alguien que ya no pertenece de forma física a este mundo... ¿Pero para qué?


Expreso mis opiniones en silencio, tratando de encontrar una respuesta convincente.


Tengo una amiga que vive en la sierra de Huelva que es medium, quizás ella pueda aportar algo, sobre este caso. Sacando conclusiones, creo, que en esta habitación, se produjo una muerte violenta, no sabemos quién, aunque se manifiesta de manera continuada, para decirnos algo. Debo investigar a quién perteneció la casa, antes de vivir en ella el anciano matrimonio, aunque puede ser que exista otra posibilidad y la anciana no cayera de manera fortuíta al resbalar la escalera. En este caso, su marido que reside en la residencia Montejara, es el principal sospechoso.


..-¿Pero porqué querría asesinar a su mujer, no comprendo, un matrimonio sin hijos, que viven solos con la compañía mutua?


Hago estos interrogantes, que debería encontrar respuesta, y debo comenzar por realizar una entrevista con el principal sospechoso, el me podría contar, quién habitó la casa y si había presentido estos tipos de manifestaciones que se revelan ahora, aunque me podría tomar por loco, debo tener cuidado, no conozco que tipo de personalidad posee.


..-Debo encontrar algún motivo, para que no sospeche, de que deseo sacar información.


Reflexiono, antes de la entrevista, con el marido de la anciana fallecida.


En la casa no hay nada personal que haya pertenecido a los ancianos, cuando la casa fue vendida a la actual propietaria, todo fue arrasado, quedando tan solo unos pocos muebles y demás, que pertenecieron a ambos.

Comienzo a registrar la casa, para encontrar algún objeto personal que perteneciera al anciano, de esta forma, comenzaría una amistad con el, la cual emplearía para sacar todo tipo de información. Escudriño cada rincón de la casa, sin hallar nada, a punto de abandonar y arrojar la toalla, observo sobre el tejado razo de la habitación de matrimonio, una pequeña puerta en el techo, dicha puerta, conduce a un dobladillo, donde muchas personas guardan objetos valiosos y personales.


La escalera, con la que supuestamente, la anciana resbaló, me facilita la subida hasta el doblado y con la ayuda de una linterna, alumbro el interior que ofrece un panorama bastante lúgubre, tétrico y gótico. Avanzo, por el piso de madera del mismo, temiendo que todo se derrumbe ante mis pies. Sobre un rincón del doblado, observo una pequeña caja de madera, a modo de pequeño baúl, sin duda aquí debe haber algo personal de los ancianos. Recojo la caja y me dispongo a salir del doblado sin hacer ruido. A la luz del fuego que brota con intensidad de la chimenea, me dispongo a inspeccionar el pequeño baúl, olvidado en el doblado, el cual está repleto en su interior de innumerables correspondencia, enviada desde Suiza. Sin duda, el anciano había emigrado en los años sesenta hasta el lejano país centroeuropeo, mientras su mujer permanecía aquí en la casa. También se encuentra en la caja, innumerables fotografías antiguas del matrimonio, en una de ellas, ambos aparecen en la velada de Tharsis, siento alegría al observar el circulo minero, con su terraza repleta de personas.


Continúo con la búsqueda, y encuentro un objeto valioso, una cartera de piel, con objetos personales en su interior, eso precisamente es lo que buscaba, junto a la cartera, aparecen también un viejo reloj marca rolex y una navaja multiusos. Con sumo cuidado y delicadeza guardo todo, en el baúl, y lo subo hasta donde estaba ubicado. Tan solo he apartado la cartera, pues el reloj hace tiempo que dejó de funcionar y la navaja no es buena opción para llevar al centro.


Los días transcurren lentos, espero con impaciencia la llegada del sábado, para llevar la cartera y entregarla, al anciano, tratando de entablar una buena charla con el.


Estamos ya en el segundo trimestre, el tiempo ha pasado rápido en mi nuevo destino, será porque estoy cerca de mi pueblo. Hace semanas que los ruidos cesaron, es curioso, pero hasta ahora solo se han producido siempre el mismo día, domingo por la noche.


III Capítulo


El indice de pluviosidad en Tharsis, es superior al de otros pueblos, será por la altura a la que se encuentra situado, u otros factores, que hacen que la lluvia caiga de manera generosa. Es sábado por la mañana, me he despertado temprano, mis padres aún duermen. Preparo una taza de cacao bien caliente, con un par de tostadas y enciendo el brasero eléctrico, pues las temperaturas aunque llueva, han bajado de modo considerable. Mientras desayuno, recuerdo la entrevista cercana, que tengo con el anciano, mostrando nerviosismo, pues desconozco la reacción que pueda tener .

Como el día es lluvioso, prefiero ir en auto, hasta la residencia. Nubes bajas y neblinosas, cubren el pueblo, que se encuentra sumido en la semioscuridad y el olor a humedad, me recuerda los ambientes novelescos de Sir Arthur Conan Doyle. El trayecto desde mi casa en calle Madroñal, es corto, pronto atisbo, el extraordinario edificio que es la residencia Montejara, inaugurada en la década de los años noventa por el alcalde D. Diego Expósito. Gracias a la residencia, gran numero de jóvenes y no tan jóvenes, encontraron trabajo en el pueblo que los vio nacer. Penetro por la gran puerta de entrada, para reunirme con mi amiga, que me dá todo tipo de detalles de la personalidad del anciano.


..-El anciano se llama, Bartolomé, aunque todos lo conocen por Bartolo, desde que falleció su mujer, este hombre se encuentra abatido ,decaído, apesadumbrado y tenemos que tratarlo con cariño.


Formula, mi amiga, perdonad que no diga el nombre, pues me dijo que desea seguir de manera anónima.



Todos los ancianos, se encuentran en el salón de la residencia, algunos de ellos, contemplan la lluvia a través de los grandes ventanales.


..-Mira Ramón, ese que se encuentra allí solitario, leyendo un libro, ese es Bartolo.


Responde, mi amiga, que se despide para continuar con su trabajo.


Con paso corto, casi sin llamar la atención, me dirijo hasta el anciano, en mi bolsillo se encuentra la cartera, que espero que le haga ilusión.


..-¡Hola, buenos días!


Exclamo, con una sonrisa.


..-Buenos días


Responde el anciano, de manera desganada, como si las palabras, ejercieran una fuerza sobre sus cuerdas vocales, al pronunciarlas.


..-Usted se preguntará, quien es este individuo, que se presenta ante mí, dando los buenos días, le respondo de modo breve, hace unos meses, alquilé la casa que perteneció a usted y su esposa fallecida, por la cual le doy mis más sentido pésame.


..-Ah, sí, muchas gracias.


Responde, nuevamente, tras unos ojillos que denotan tristeza, melancolía.


..-Al hacer limpieza en la misma, encontré esta cartera, sobre un armario y que mejor ocasión para visitarlo y devolvérsela, ya que le hará ilusión...¿No?


..-Gracias, he buscado esta cartera mucho tiempo, tal vez mi querida esposa, la guardara, y casualidades del destino, usted la encuentra, al alquilar la casa.


Responde, más animado, sin duda la cartera, ha devuelto un poco de ilusión a su vida.


Mientras hablaba, me fijé en su aspecto, extremadamente delgado, sus manos, tiemblan, cuando quiere expresar algo, quizás haya contraído esa terrible enfermedad llamada..Parkinson, aún en su primera fase. Su rostro no está mal tratado, por las inclemencias del tiempo, quizás haber trabajado en Suiza, bastante tiempo, ayudó a mantener su rostro en buenas condiciones, lejos de la extremas temperaturas que se registran al sur de Andalucia.


..-¡Y que hace usted, en San Bartolomé!


Exclama, frunciendo el ceño


..-Soy profesor de educación general básica, ahora ha cambiado el nombre, pero se lo digo de otras palabras, para que me comprenda...soy maestro escuela.


..-Muy bien, yo trabajé muchos años en Suiza, en varios sectores, mi pobre mujer no podía resistir el clima tan extremo de frío y regresó al pueblo.


Expresa, las palabras, más animado, quizás este tipo de conversación, pueda ayudarlo a abandonar ese estado en el que se encuentra, tras la perdida de su esposa.


..-Su mujer, que fatal caída..¿Que ocurrió?


Al formular dicha pregunta, creí sinceramente, en haber metido la pata, (pronunciado de manera vulgar) pues aún es pronto, para dicha pregunta, me sumerjo de lleno en el tema, sin saber la reacción del anciano, parezco un becario, recién salido de la academia, espero la respuesta con ansiedad. Mientras, la esperada respuesta, se alarga, el anciano acaba de sacar un pañuelo y seca sus lagrimosos ojos, sin duda, esta pregunta a bocajarro, no la esperaba.


..-Todo ocurrió de momento, yo preparaba café en la cocina, mientras ella se encontraba casi en los últimos peldaños, frente a la ventana de la habitación de invitados. De pronto, se escuchó un fuerte grito y la escalera, caía, tras un gran estruendo, salí de momento al patio, mi mujer yacía boca abajo, ante un gran reguero de sangre, nada pude hacer por salvar su vida, salí gritando, pidiendo auxilio, muchas vecinas acudieron, aún tengo la visión de mi pobre mujer, sangrando de manera abundante.


En esos momentos, comienza un llanto seco, amargo, que consuelo, ofreciendo mi ayuda, para lo que necesite.


..-Gracias hijo, ya han pasado largos años, pero aún la recuerdo, era una mujer excepcional, con muy pocos defectos y muchas virtudes.


Responde, entre llantos.


..-¿Recuerda el día de semana que era, cuando falleció?...(esta pregunta la hago, pues las manifestaciones, han sido siempre en domingo por la tarde noche, al regreso de Tharsis)


..-Sí, recuerdo perfectamente, aunque tengo ya casi ochenta años, poseo una mente lúcida, era domingo por la tarde, se encontraba limpiando la ventana de la habitación de invitados.


Al pronunciar estas palabras el anciano, un escalofrío, recorrió mi cuerpo, creando una sensación de horror, que se manifestó en mi rostro, mientras mis vellos erizaron, sin duda, las manifestaciones que se producen, en la habitación pertenecen a la anciana, pero ¿Porqué?, no hay razón ninguna, pues cayó con su marido presente, no hubo acto violento, solo un infortunio y caída mortal. Mientras digiero estas palabras del anciano, siento como una bajada de glucosa, se apodera de mi cuerpo, yaciendo sobre la silla en que me encuentro de manera plomiza.


..-¿Que le pasa, se siente mal, se ha puesto blanco?


Pregunta el anciano, interesándose por mi estado.


..-No ha sido nada, tan solo una bajada de azúcar, o algo parecido, pues aún no he desayunado.


Respondo, mientras seco el sudor que brota de mi frente.


..-¿Quiere desayunar algo, le acompaño, justo enfrente de la I.T.V, ha inaugurado un bar un joven del pueblo?


Pregunta el anciano, forjando una buena amistad, que esclarezca que pasó aquel fatídico día.


..-No, muchas gracias


Miento, para que no sospeche nada, pues al nombrar el día del fallecimiento, he notado una sensación de asombro, que corrobora la hipótesis que yo había suscrito, ante las continuas manifestaciones.


..-El fallecimiento de la anciana, no se produjo de forma fortuíta, por lo que este caso se convierte en uno más de actividad paranormal que habrá que investigar.


Reflexiono y puntualizo, antes de despedirme del anciano.


..-Bueno, amigo Bartolo, ha sido todo un placer conocerlo, nos volveremos a ver, pues visito con regularidad, la casa de mis padres todas las semanas.


..-Eso espero amigo....


..-Ramón


Contesto, mientras lo abrazo de forma efusiva y aún este hombre guarda otra pequeña sorpresa, el ejemplar de libro que lee, es ni más ni menos que..Aguavieja, del poeta local, Ramón Llanes.


Retorno para San Bartolomé, en una tarde lluviosa del mes de febrero, tras saborear en casa de mis padres, un rico puchero, con los “avíos” suministrados en la tienda de “Salva”. Durante el corto trayecto a San Bartolomé, me asaltan muchas dudas, pues no creo que el anciano, tenga algo que ver en el crimen de su esposa, aunque es verdad que en un momento, de arrebato y sofoco, este empujara a su mujer, haciéndola caer, arrepintiéndose luego.


Las tardes de febrero, comienzan a crecer, aún así es ya de noche cuando llego al pueblo. Nuevamente como viene ocurriendo todo el invierno, en el maletero del coche traigo cepas de brezo, eucaliptos y algunos troncos de encina, para encender la chimenea.


Después de cenar, continuo con la lectura del libro que dejé, sobre la cómoda, el jueves pasado y que pronto terminaré, para comenzar uno nuevo, regalo del compañero, Francisco, gran lector , poeta y escritor, en sus ratos libres. El libro es ni más ni menos que...”El símbolo perdido” cuyo autor es Dan Brown.


Bajo el confortable, acogedor y placentero fuego me sumerjo en la lectura de este excelente escritor de fama mundial, cuya obra “El código Da Vinci” ha sido la más leída estos años. De nuevo el silencio, como ocurre cada domingo es absoluto, será porque las personas tienen que madrugar para comenzar una nueva semana. Y esta situación que se repite cada domingo parece un “Deja Vu”, como repetida anteriormente. Pasan las horas y mi deseo que se produzca algún tipo de manifestación, crea inquietud, desasosiego.


Sobre las dos de la madrugada decido ir a descansar, debo de madrugar, para afrontar un nuevo día en el colegio. Antes de acostarme visito, la habitación de invitados, no ha habido golpes, ni ruidos, pero quién sabe. Giro el pomo y enciendo el interruptor y observo que esta vez no se ha creado vaho, en torno a los cuarterones de vidrio, separados por la madera, debido a la incesante lluvia que ha caído sobre el pueblo, evitando de esta forma que se forme vapor de agua.


Las semanas transcurren con rapidez y en todo este tiempo no se ha producido ninguna señal, permaneciendo el caso en vía muerta. La última señal aparecida estaba formada por dos palabras..LU, enorme dilema. Estas palabras, pueden corresponder a multitud de cosas, lugares, nombres propios, vaya usted a saber.

Pronto llegará las vacaciones de Semana Santa y estaré alejado unos días del pueblo. Necesito un respiro, antes de acometer uno de los trimestres más duros del año, fechas de evaluaciones y exámenes. Todo este trajín hace, que me haya olvidado de Bartolo, pienso que estará leyendo, sumido en la melancolía, debo hacerle una visita, aunque en vacaciones tendré suficiente tiempo.


Mi último fin de semana, antes de las vacaciones, retorno como cada domingo hasta la casa, observando como esta vez se ha formado vaho en las ventanas orientadas hacia el patio. No presto atención, hace tiempo que se produjo la última manifestación y ha quedado el caso en el olvido. Las temperaturas de marzo, han oscilado entre días de intenso frío como ahora, o de calor hace unos días.

Agoto las últimas cepas de brezo, que tenía almacenadas y vuelvo a leer el libro que tenía casi olvidado. Concentrado en la lectura, el fuego me envuelve con su embrujo, hechizo y encanto, hasta que algo rompe la magia. De nuevo, un leve ruido casi imperceptible, ha sido captado por mi tímpano, manteniéndome en alerta. Nuevamente, el origen del ruido ha sido en el piso superior. Un sonido idéntico a los otros, aunque de menor intensidad. Por un momento dejo de leer y me concentro, a la espera de que repita. Con la mirada clavada en la parte de la escalera, una sensación de frío se apodera de mi cuerpo, cuando ya las llamas agonizan tras consumir la madera. De repente, nuevamente escucho de forma nítida, como alguien rasga el vidrio. Sin pensarlo, subo a toda prisa por la escalera, dirigiéndome sin vacilar hasta la habitación, la cual abro de manera brusca, encendiendo el interruptor y emitiendo un alarido de terror, que queda atrapado entre las cuatro paredes, nuevamente en uno de los cuarterones de una de las hojas de la ventana, se ha formado unas letras.


..-Esto parece una C, seguida de una I y al final creo que la última letra es la A.


Me expreso en voz baja, aún bajo los síntomas, del intenso alarido, que me ha atenazado y quedado sin fuerzas.


..-Vaya rompecabezas, que querrá decir, primero aparece la mano que se desliza por el vidrio, luego la frase de dos letras LU y ahora CIA.


Mi cabeza, parece estallar, para resolver el dilema, entretanto me concentro y dibujo sobre un papel las frases aparecidas sobre el vaho del vidrio, que ha posibilitado la visibilidad.


..-¡Eureka!


Exclamo, con un grito de satisfacción


..-Si juntamos las dos frases aparecidas, primero apareció la palabra, LU y ahora CIA, nos da un nombre propio...LUCIA.


IV Capítulo

..-¿Me pregunto, quién será Lucia?


Mientras trato de unir la complicada conexión existente entre el más allá y nuestro mundo, para esclarecer un crimen cometido en esta habitación, mi amiga María, posee esa rara capacidad de comunicarse con personas fallecidas, me podría dar la respuesta que busco.


Es viernes y abandono el pueblo, comienza las vacaciones de Semana Santa, al menos estaré alejado de la casa unos diez días, que aprovecharé para descansar. El último trimestre con los exámenes finales, quizás constituya, la etapa más complicada del curso. Es martes santo, y recibo en casa de mis padres a mi buena amiga María, acompañada de su marido. Han aprovechado el periodo vacacional, para acudir a mi llamada, realizada el pasado domingo.


En un ambiente distendido, explico al matrimonio, las manifestaciones que se han producido en la casa, estos últimos meses.


..-Bien, por la tarde, visitaremos la casa, pues quiero obtener respuestas a tantos interrogantes.


Expreso, mis inquietudes, ante una buena taza de café, tras un almuerzo de estofado de cerdo, realizado por mi madre, exquisito, con el toque que ella sabe dar a cada comida.



Emprendemos el viaje hasta San Bartolomé, en una calurosa tarde del mes de abril, acompañado por el matrimonio. Nada más penetrar en la casa, María, comienza a sentir, los primeros sintomas, escalofríos y bajada de temperatura, aunque puede ser algo normal, porque estas casas poseen gruesos muros, que la aíslan, del excesivo calor de la intemperie. Nos encontramos en el salón y acudo a abrir las ventanas, que cerré el pasado viernes, para que la claridad de la tarde inunde el amplia sala.

..-¡Donde se produce, las manifestaciones!



Exclama, María, ávida para entrar en contacto con el ente o espíritu, que ha tratado de comunicarse estos meses.

..-En el piso de arriba, en la habitación de invitados.

Respondo, señalando con el dedo, la escalera que nos conduce hasta el piso superior.


Comenzamos a ascender por la escalera, hasta llegar al pasillo, donde se encuentran las habitaciones y el estudio. Señalo con el dedo la habitación que es.


..-¡Bueno, quedaros aquí, quiero entrar sola, necesito máxima concentración!


Exclama, mientras se dirige a la habitación de invitados.


Atrás, quedamos su marido y yo, expectantes, para ver su reacción. Frente a la habitación, María gira, el pomo con decisión, penetrando en la habitación a oscuras, pues antes de acudir para Tharsis, bajé todas las ventanas de la casa. La tenue luz de la bombilla del pasillo, ilumina de manera sutil la habitación, mientras observamos como la puerta se cierra, quedando María, dentro a solas. Iluminada tan solo, por pequeños halos de luz que penetran por la grietas de la vieja madera, María, recorre toda la habitación, acercándose hasta el punto más álgido y frio, de la habitación, la ventana. De pronto siente como sus vellos comienzan a erizar, y de su frente brota pequeñas gotas de sudor, sin duda, su indice de adrenalina ha ascendido de manera notable, al entrar en contacto con la madera. Es entonces cuando María pronuncia, unas palabras, sin obtener respuesta, aunque percibe la presencia de algo, a su alrededor. Minutos después, sube la persiana y los rayos de sol penetran en la fría habitación.


Ya reunidos los tres, María, nos comunica


..-Lo que ocurrió en esta habitación, tiene mucho que ver, con la ventana, es ahí donde he notado una presencia, creo sinceramente, que necesitaremos mas sesiones


..-Es ahí donde se produce los fenómenos, efectivamente, no te he contado nada, y has dado exactamente con el lugar.


Expreso estas palabras, con un escalofrío que recorre mi cuerpo, pues no conté a Maria, donde se producía el fenómeno y ella ha dado con el lugar.


Regresamos para el pueblo, con la intención de volver al día siguiente y continuar con las sesiones que revele, todas esa manifestaciones con el nombre de Lucia.


Miercoles santo por la noche. María, ha decidido salir cuando la noche cubre el pueblo, sin duda encontrará un ambiente, más propicio, adecuado y favorable. De nuevo, la misma situación, que el pasado martes. Esperamos en el pasillo, mientras ella penetra en la oscura habitación, cerrando la puerta y pronunciando las consabidas palabras.


..¡Que es lo que quieres, manifiestate, que necesitas, que nos quieres decir!


Sin obtener respuestas, es entonces, a punto de abandonar la habitación, cuando pronuncia la palabra que aparecía escrita sobre la ventana


..¡Luciaaaaaa!


De pronto, la ventana retumba, y la habitación parece estallar en mil pedazos, acudimos rápido el marido y yo, para abrir la puerta y rescatar a María, atenazada de horror, con un ataque de ansiedad, jamás descrito, y con el rostro demacrado, pálido y macilento


..-Salgamos de aquí, salgamos de aquí.


Pronuncia estas palabras, conmocionada y sobresaltada, sin duda, la pronunciación de la palabra Lucia, ha sido el desencadenante de toda la actividad surgida.

Ya más calmada, en Tharsis, bajo los efectos de varias infusiones de tila, María, nos cuenta, que al pronunciar la palabra Lucía, es cuando desató toda la energía, acumulada.


..-Ocurriera lo que ocurriera, en esa habitación, el nombre de Lucía, tiene mucho que ver, con las manifestaciones, tienes que basar tu investigación en averiguar a quién pertenece ese nombre, amigo Ramón, ahí está la clave.


Despido al matrimonio, que marcha aún bajo el efecto de la noche pasada, sin duda, el nombre de Lucía, tiene que ver, como sospechaba, en este asunto, ahora debo centrarme y averiguar a quién pertenece el nombre y que relación guarda con la casa.



Capítulo V


La semana de vacaciones, pronto terminará y debo investigar, a quien pertenece el nombre y esa información me la puede dar, la persona que sin duda sabrá a quién corresponde tal apelativo...Bartolo.


Es viernes santo en Tharsis, las familias preparan, tortillas de bacalao, tortillas de patatas y demás delicias, junto al café y el bollo con el huevo incrustado. El popular sandalio, un año más, hará las delicias de niños, jóvenes y mayores, en un ambiente excepcional, donde no faltará buen vino y aceitunas.


Me he levantado temprano, después de andar alrededor de las minas, quiero visitar nuevamente a Bartolo, estoy impaciente por la información que pueda dar en torno al nombre de Lucía.

Con la misma ropa de paseo, me dirijo a la residencia, encontrando muchas personas a la entrada, sin duda han venido desde otros lugares a visitar a sus seres queridos. Hablo con mi amiga y pregunto.


..-Buenos días, está por ahí, el amigo Bartolo.


..-Pues no, he visto como salía a dar un paseo hace cuestión de una media hora.


Responde mi amiga



..-Vaya con el amigo Bartolo, parece ser que está superando el fallecimiento de su mujer, me alegro por él.


Contesto, con una sonrisa.


..-No tengo idea de donde habrá ido, pero saldré a buscarlo.



Emprendo el camino de búsqueda, por alrededor del pueblo, encontrándolo a escasos metros de la residencia, en el gran parque del antiguo vaciadero que discurre paralelo a la residencia.



..-¡Amigo Bartolo, me agrada encontrarlo de paseo!



Exclamo



..-Muchas gracias..¿Pero nos conocemos?



Responde con una pregunta.



..-Claro, no recuerda, hace aproximadamente, un mes, lo visité, para devolverle una cartera.



..-¡Ah, si, ahora recuerdo, el maestro escuela!

..-Bueno, amigo Bartolo, que tal, parece que está más animado

..-Pues si, ese refran que dice...La primavera la sangre altera, es toda la verdad.

Responde con una amplia sonrisa

Tras casi una hora de charla, es el momento adecuado de preguntar por el nombre que puede arrojar luz a todo el caso.



..-¿Amigo Bartolo, le dice algo el nombre de Lucía?

Pregunto fingiendo, sin llamar la atención.



..-Porqué preguntas por Lucía, te ha pasado algo con ella

Responde, con rostro sorpresivo

..-No, nada, tan solo he oído su nombre y quisiera saber quien es

Respondo

..-Lucía es la dueña de la casa, que tienes alquilada. Al fallecer, mi mujer, ella adquirió la propiedad, pues siempre anheló querer la casa, pero mi mujer, nunca quiso venderla y eso que nos daba buen dinero por ella, ya fallecida mi mujer, decidí venderla, pues no soportaba vivir allí solo, cargado de recuerdos...¡Pero que te pasa, nuevamente, pareces que has sufrido otra bajada de azúcar!

Exclama, finalmente, al comprobar mi estado, pues jamás creí, que la dueña se llamara Lucía, pues al hacer el contrato de alquiler, no nos preguntamos el nombre, pues el que aparece en el contrato, es el marido de la misma, un tal Ricardo Limón.

..-Perdone, pero sí, he vuelto a tener una bajada de azucar, últimamente, me da ciertas bajadas, por el régimen de comidas, para adelgazar

..-Pués cuídese, para llegar a mi edad, es usted aún joven


Responde, con una sonrisa


..-¡Bartolo, me permite que haga una pregunta!


..-Claro, pregunte lo que quiera, a mi edad ya no me sorprende nada.


..-Bartolo, cree usted en fantasmas, espíritus, entes de otra dimensión, que reclaman venganza.


..-Trato de no pensar en esas cosas, aunque creo, que hay algo inexplicable, aunque la ciencia aún no ha encontrado una explicación razonable.


Responde de manera sorpresiva, lúcida, a pesar de sus años. Abrumado por preguntas que no comprende, quiero llegar al final de esta investigación, sólo necesito la presencia de Bartolo, en la que un día fue su casa. Haremos un simulacro, del día del fallecimiento, quiero saber la posición exacta en la que se encontraba la escalera, creo que, y ya lo supuse el primer día, que la escalera está muy bien reforzada para que resbalara.


..-Una última pregunta, Bartolo... ¿Cree usted que el fallecimiento de su esposa, se produjo de manera fortuíta, o quizás fue empujada por una persona oculta en la habitación de invitados?


..-Que insinúa, que mi esposa fue asesinada


Responde, con el ceño fruncido, algo confundido.


..-Dije antes, que si creía, en fantasmas, entes o espíritus de personas fallecidas...debo decirle, que desde que alquilé la casa, se manifiesta de forma irregular, alguien fallecido, que reclama venganza, siempre en la misma habitación...la de invitados, primero, apareció una señal, como una mano que resbalaba por el vidrio, para mas tarde aparecer primero la silaba lu seguida más tarde de cia, las uní, formando el nombre de Lucia.


..-No puede ser, por favor, usted debe de estar loco, Lucía fue la primera vecina que acudió a mi llamada de socorro.


Exclama de manera colérica, Bartolo.


..-Tranquilice Bartolo, le he contado la verdad, no he inventado nada, la manifestación que se produce en la que fue su casa, es de su mujer y creo sinceramente que Lucía tuvo que ver en su fallecimiento.


..-No tiene pruebas, la guardia civil y los agentes desplazados declararon que el fallecimiento se produjo por resbalar y ceder la escalera, ella se encontraba en los últimos peldaños, por eso perdió el equilibrio.


..-Usted pudo observar, la forma en que había quedado la escalera y el cuerpo de su esposa.


..-Perfectamente, aunque haya transcurrido estos años


..-Bien amigo Bartolo..¿Quiere usted acompañarme a la que fue su casa?


..-Me trae muchos recuerdos, aunque, sí, lo acompañaré, me ha dejado usted con dudas, pues mi mujer se había enemistado con Lucía,debido a la casa, aunque eso, nada prueba.



Capítulo VI


Es lunes, ayer se celebró en el pueblo, el popular sandalio, fiesta ancestral, que contó con un magnifico día. Como aún es día festivo, me dirijo a la casa, acompañado de Bartolo, al cual acabo de recoger en la residencia.


No quiero levantar sospechas, por eso hemos salido temprano, cuando la gente del pueblo aún duerme. Bajamos del coche y Bartolo, con lágrimas sobre sus ojos comienza a recordar su feliz pasado junto a su mujer



Entramos en la casa, que permanece semioscura. Bartolo, seca sus lágrimas con un pañuelo, aún tengo escalofríos de la última sesión de María, hace ya casi una semana. Tras abrir todas las ventanas, una oleada de tenue luz impregnada de azahar inunda el gran salón, cocina y cuarto de baño. Tomamos café, acompañado del típico bollo de manteca, Bartolo, observa el poco mobiliario que ha quedado, tras la venta. Después de saborear una buena taza de café, nos dirigimos al patio, y penetro en la habitación destinada a guardar objetos de limpieza y cojo la escalera. Bartolo, me indica la posición exacta en la que se encontraba el día del fallecimiento.



Observo desde varios ángulos, la posición en que quedó la escalera y todos me indican, que es imposible que resbalara o cediera. Alguien tuvo que empujar la escalera, estoy seguro, alguien oculto en la habitación de invitados, pues Bartolo, estaba en la cocina, y tenía un buen radio de visión del patio, restando la posibilidad de que alguien hubiera actuado desde el patio. Vuelvo a poner la escalera, en la misma posición en la que se encontraba el día del fallecimiento, según Bartolo, frente a la ventana de invitados. Subo hasta la misma habitación, que tanto sobresaltos ha producido, giro el pomo y penetro, aún con escalofríos. Enciendo el interruptor de la luz y me acerco hasta la ventana, abriendo sus hojas de par en par, y empujando la escalera, que cede, de forma obvia, adoptando la misma posición en el que se encontraba el cuerpo de la fallecida.



De pronto, al escuchar el estruendo, ocasionado por la escalera, alguien golpea en la puerta de entrada. Ordeno a Bartolo, que se retire hasta la cocina y permanezca callado. Retiro el pestillo y me encuentro ante la dueña de la casa..Lucía. Con claros síntomas de nerviosismo e inquietud, el ajetreo en el patio, despertó su curiosidad y estuvo observándonos a través de una de las ventanas de su casa.

..-Acabo de observar, desde esa ventana, todo el teatro que habéis montado el viejo y tú...¡Que insinúa, que yo empuje a la anciana!.



Exclama de manera colérica, con el rostro desencajado.



En esos momentos, Bartolo, enfurecido y encolerizado por un ataque de nervios se abalanza sobre Lucía, portando un gran cuchillo, profiriendo gritos que retumban en la casa.

..-¡Asesinaaaaa, criminal, encontrarás tu merecido!

Exclama, mientras asesta varias puñaladas.



Trato de sostenerlo, pero el cuchillo se ha incrustado en el vientre y Lucía cae al suelo ante un reguero de sangre. Sujeto a Bartolo, que delira, desvaría y alucina. Totalmente encolerizado y con el rostro desencajado comienza un llanto, recordando a su pobre esposa. Entretanto, todo el revuelo en la calle, ha producido que pronto una patrulla, de la guardia civil, acuda al lugar. Seguidamente una ambulancia acude hasta Lucia, para llevarla hasta urgencias. De modo milagroso, el cuchillo no ha penetrado lo suficiente, para que la herida sea mortal.

Bartolo, es conducido hasta los calabozos de la prisión provincial a la espera de juicio, donde yo estaré de testigo. Meses más tarde en el juicio, tras declarar, se reabre el caso del fallecimiento de la esposa de Bartolo. Lucía es declarada inocente, mientras, Bartolo, ingresa en la prisión provincial por intento de asesinato. Mis palabras en el juicio, poco pudieron hacer en defensa de Bartolo. Lucía ya recuperada de modo satisfactorio, sonríe, observando la obra comenzada. Sola en la casa, que comienza a perder la forma conocida, advierte un ruido en el piso superior, donde aún permanece intacta la habitación de invitados.


..-¡Hay alguien ahí, quién anda ahí!


Exclama, con un ligero escalofrío.


La ventana, de la habitación de invitados, golpea sin que haya corriente de aire.


..-Que raro, no hay corriente de aire, sin embargo golpea, voy a cerrarla.


De repente, al abrir la ventana para encajarla bien , tropieza con algo, emitiendo un alarido, cayendo al patio, produciendo la muerte instantánea al dislocarse el cuello.


En esos momentos, debido a sus años, Bartolo es puesto en libertad. Días mas tarde, recibe noticias del fatal desenlace de Lucía. Tras visitarme en casa de Tharsis, me abraza y con un leve susurro en el oído me dice.


..-Hijo, llevabas toda la razón y el karma ha actuado, vengando la muerte de mi querida esposa.



Señales en la ventana.........Un relato original de Marcos Tenorio Márquez.

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