Páginas

martes, 17 de octubre de 2023

La señora Rutheford.


 

La señora Rutheford.


...La casa de estilo victoriano, que los señores Rutheford, han mandado construir, está terminada. La señora Rutheford, muy unida de manera emocional a sus costumbres inglesas, expuso, cómo principal requisito para trasladarse a vivir a España, la construcción de una casa que recordara un pequeño trozo de su país. El señor Rutheford, cómo nuevo director de la compañía minera, satisfizo a su mujer, con una esplendida casa, en unos terrenos situados a los pies de la sierra, Tersae. Desde su privilegiado enclave, se puede observar el pequeño poblado de Minas de Tharsis, la corta Sierra Bullones, con su prominente malacate de color negro, los huertos de rocas negras y chozas blancas, de prado las papas. La casa, construida sobre una pequeña colina, está rodeada de pinos piñoneros, eucaliptos, madroñeras, brezos y jaras.

Una sinfonía de cantos de bellos pajarillos, daba la bienvenida al matrimonio cuando por fin decidieron trasladarse desde su país una calurosa mañana de abril.


La señora Rutheford, había ansiado desde joven, tener hijos, aunque por diversas causas, no había podido engendrar un ser sobre su vientre que la satisficiera cómo madre. Según los ginecólogos consultados por la señora, el clima frío y húmedo del país, había provocado que todos los intentos por quedar encinta, hubieran resultado negativo. La nueva casa, rodeada de vegetación exuberante, de excelente clima y paisaje excepcional relajante, puede servir cómo vehículo para la tan ansiada noticia que tanto anhela la señora Rutheford.


Tras el verano, y después de una corta instancia en su país, la señora Rutheford, regresa de nuevo a su hogar en Tharsis, convencida que en poco tiempo será madre. Para ello comienza con una serie de ejercicios que comprende paseos por la zona, respirar el aire impregnado de fragancia sutiles de flores de eucaliptos, brezos y aromos, contemplar la puesta de sol desde el cabezo de la Divisa. Todos estos ejercicios contribuyen a una relajación de su cuerpo y mente, para afrontar con decisión sus deseos de ser madre y amamantar su bebé con gran ilusión. Pasados varios meses, la señora Rutheford, comienza a sentirse mal, cómo si estuviera cansada de una larga caminata, también comienza a experimentar náuseas y sus senos resultan más sensibles, su periodo menstrual sufre retrasos, señal inequívoca de que está embarazada. Con gran alegría recibe el matrimonio la noticia del embarazo, después de consultar con un ginecólogo en la ciudad de Huelva.


Por fin será madre, tras casi veinte años de intentos fallidos. La feliz noticia del alumbramiento, se produce tras nueve meses de continuos sobresaltos, por la delicada salud de la señora, que había empeorado a partir del cuarto mes, con el aumento de volumen de vientre y cadera. Incluso se plantearon la opción de abortar, pues corría peligro tanto la señora cómo el bebé. Gracias a los cuidados de la señora Josefa, experta matrona, el feliz alumbramiento se produjo una noche del sofocante mes de septiembre. Tras el parto, la señora Rutheford, sufre un fuerte desgarro perineal, por el volumen del bebé. Transcurridas unas semanas del parto, la señora Rutheford, se encuentra feliz, por fin puede acariciar y amamantar la pequeña criatura que tanto había ansiado.


La buhardilla, situada en el piso superior de la casa, será el lugar elegido cómo habitación. Orientada hacia el sur, está resguardada del frío del norte, que con tanto rigor azota el pequeño poblado minero. Pasadas varias semanas, nadie en el circulo de amigos y allegados de los Rutheford han visto al bebé. La señora Josefa, cómo matrona del parto junto a su marido, fueron los únicos testigos, de que el bebé había nacido sano y sin complicaciones, pero desde ese día jamás Josefa, volvió a tener noticias. Tampoco la señora Rutheford, se ausenta de casa, ni para asistir a misa, la mañana de los domingos, en la pequeña ermita de Pueblo Nuevo. Tampoco la ama de casa de los señores, han visto al bebé, tan sólo escuchan su continuos sollozos. El señor Rutheford, tampoco habla, tan sólo se limita a
decir.


...-El bebé se encuentra en perfecto estado.


Preguntado, qué nombre han elegido, el señor Rutheford, señala.


...-Aún no lo hemos decidido.


Pasado varios meses del alumbramiento, la señora Rutheford, aún continúa en la buhardilla sin salir. La ama de casa, para servir la comida golpea sobre la puerta, y deja la comida bajo la entrada, se extraña del olor a colonia que emana de la habitación y de las risotadas de la señora. El señor Rutheford, desayuna, almuerza y cena en la mesa del salón, rara vez sube hasta la buhardilla, luego se retira hasta el estudio para leer obras de Shakespeare y otros autores Británicos.


La gente del pueblo, pregunta a Lola, la encargada del hogar.


...-¿Cómo es el bebé?.


...-¡Pues no lo sé!...desde qué nació permanece encerrado en la buhardilla y aún no lo he visto.

Exclama, Lola.


...-¡Que gente más rara, son estos ingleses!.

Exclaman con gesto contrariado, las personas que
preguntan con curiosidad.



Capítulo II.



Desde pequeño, acompaño a mi padre, la mañana de los domingos en paseos por el pueblo. El mes de octubre, es ideal para la recogida de piñas, de los pinos piñoneros, que proliferan por la zona de Pueblo Nuevo. Hasta allí llegamos una soleada mañana de domingo. Mi padre, experto conocedor del terreno, me informa de todos los edificios que pertenecen a la compañía minera...”las cuadras, el malacate, la casa de máquinas”....pero esa mañana, llegamos hasta un lugar, dónde en otros tiempos se alzaba una preciosa casa de estilo victoriano, ahora reducida a escombros. Sentados sobre unas rocas, mi enorme curiosidad, hizo que preguntara a mi padre, sobre aquella misteriosa casa, de la cual sólo queda su fabulosa entrada de estilo gótico, junto con unas paredes, que presagian que la casa había pertenecido a una familia distinguida. De pronto noté que mi padre, sentía escalofríos, aquel lugar no le agradaba.


...-¡Vamos hijo!.

Exclama, con temor, cómo si alguna presencia maligna del más allá, nos observara desde la casa.


Cuando regresamos a casa, una única idea rondaba mi cabeza, volver al lugar, pues nadie en el pueblo, quería hablar de la mansión y los sucesos que acontecieron sobre la misma. Desde pequeño, siempre me atrajo el mundo del ocultismo y lo paranormal, suelo leer a Poe y Wilde, también las novelas de la insigne, Agata Christie y su héroe Hercules Poirot, por eso me interesaba este suceso y poder saber que ocurrió, pero tal vez por mi corta edad y por los estudios, olvidé el caso.

Transcurridos unos años, me encuentro estudiando en el colegio San Pablo de la ciudad Onubense. Los fines de semana, regreso al pueblo, para estar con mis padres. Fue entonces en una fría mañana del mes de noviembre, cuando de nuevo, tuve contacto con el lugar. Me encontraba en la zona acompañado por unos amigos, hasta que llegamos justo enfrente de la casa. Mis amigos preguntaron con curiosidad.


...-¿Que es esto, parecen las ruinas de una iglesia de estilo gótico?.


...-No, estas ruinas no corresponden a ninguna iglesia, esto fue una casa de estilo victoriano, y aquí habitaba el director de la compañía minera de Tharsis.

Respondí, con decisión, pues era lo único que conocía de aquellas ruinas.


...-¿Y que pasó, porqué la destruyeron?.


...-No se sabe, una vez de pequeño visité el lugar con mi padre, con curiosidad le pregunté que había sido de la casa, mi padre muy nervioso, quiso zanjar la conversación, y abandonamos el lugar, las únicas noticias que he tenido de la casa son estas que os he contado.


...-Vaya vista que posee, desde aquí se divisa parte del pueblo, con el cabezo de los chinos al fondo, también el enorme cinturón de eucaliptos centenarios que rodea el pueblo, el cabezo de Madroñal, con los pinos carrascos y piñoneros, recién plantados, qué precioso lugar.


...-¡Sabes que dicen por el pueblo, que por esta zona irá ubicado el nuevo chalets del director, un tal Karl Strauss, que es de origen alemán!.


...-Eso dicen, pues lo mas seguro es que vaya ubicado sobre estas ruinas.


...-¡Vamos a entrar, quiero ver el interior!.

Exclaman, los amigos.


Penetramos entonces, en lo que fue una gran mansión de estilo victoriano. Las paredes que aún continúan en pié, muestran señales de que un gran incendio devoró la casa con avidez. Sobre el gran salón, que una vez presidió la mansión, multitud de escombros se amontonan, con ladrillos ennegrecidos, por las temperaturas alcanzadas. En un lateral, del salón, queda aún en pié, parte de la extraordinaria escalera de caracol, para acceder al piso superior. Un escalofrío, recorre mi cuerpo, mientras paseo por la gran mansión, junto a mis amigos. Entretanto, un inusitado interés por lo que sucedió, crece de modo ostensible, manifiesto y evidente sobre mi persona.


Llegamos sin duda, hasta el lugar dónde estuvo enclavado el estudio del señor Rutheford. La caída del piso superior, ha salvaguardado parte del mobiliario, protegiendo de este modo la sala dónde el señor Rutheford, pasaba muchas horas del día leyendo a los grandes genios de la literatura Inglesa. Tras abrirnos paso, retirando parte de escombros y madera, accedimos hasta la biblioteca, dónde la mayoría de libros habían sido saqueados, seguramente durante el incendio, para protegerlos, y luego desaparecer arrojados por algún vaciadero. Al abrir un cajón de la mesa, dónde el señor Rhuteford, solía escribir, mi corazón comenzó a palpitar, sobre el mismo, aparecía sin duda, lo que me ayudaría a esclarecer el misterio de la casa.


Escrito con una caligrafía excepcional, se podía leer sobre la cubierta del mismo..."Diary of new year 1952"(Diario del nuevo año de 1952). Recogí el diario y volvimos para el pueblo, mi intención era traducirlo en el colegio después de clase. Toda la semana, estuve traduciendo, me interesaba sobre todo que ocurrió, y este diario, sería mi fuente, de investigación, ya que el señor Rutheford, solía anotar todo cuanto ocurría. Meses después de un largo periodo de traducción, pude leer parte del diario, sobre todo lo concerniente al nacimiento de su único hijo ocurrido un sofocante día del mes de septiembre.


También explica el señor Rutheford, cómo su mujer pasa todo el día en la habitación del bebé, sin querer que nadie entre en la misma, y las risas y el fuerte olor a perfume que emana de la misma, todo un misterio que no puede resolver por la negación de su mujer a que traspase la puerta.


Día 29 de diciembre de 1952.


...Regreso de la oficina, arriba en la habitación puedo escuchar sollozos de mi hijo y mi mujer tratando de aplacar su llanto, pero me parece todo tan raro, que siento que el llanto de mi hijo y las palabras de mi mujer son iguales, cómo si mi mujer tratara de imitar el llanto de mi hijo, cómo cualquier ventrílocuo, haría con su muñeco. Intento llegar hasta la habitación que permanece cerrada desde dentro, golpeo la puerta y siempre la misma respuesta.


...-¡Aléjate de la puerta, vas a despertar al bebé!.


...-Creo que me estoy volviendo loco, no sé que pensar, siento que mi mujer ha perdido la razón.

El diario termina aquí, en este día, pero creo que debe haber otro, el del año 1953, ahí debe explicar todo este misterio. Debo regresar a Tharsis, para ir de nuevo a la casa y buscar el diario de 1953. Me debo dar prisa, porque las obras para el nuevo chalets comenzarán en breve. Regreso para Tharsis, en jueves, mis padres, extrañan mi presencia, pues me esperan para la tarde del viernes.


Miento, a decirles, que los profesores celebran mañana su día. Espero con impaciencia el nuevo día,para acudir hasta la mansión y buscar el diario de 1953. Todavía es temprano, la helada de la noche anterior se deja sentir sobre la hierba, con un manto blanco. Desayuno de forma apresurada, mi padre se encuentra trabajando en las minas en el turno de mañana, mi madre, aún permanece dormida. Cierro la puerta de madera con cuidado y cruzo el campo de fútbol, aún sin vallar. Rodeo la corta Sierra Bullones y paso enfrente de las cuadras. Hace frío, la helada de la noche anterior ha bajado de forma considerable la temperatura. Asciendo por el cabezo entre eucaliptos y brezos, por fin vislumbro la mansión, que tiene un aspecto siniestro, lúgubre, entre las sombras de los arboles que rodean las ruinas.


Tengo suerte, las obras aún no han comenzado,y las ruinas de la casa,se mantienen con todo su misterio. Cruzo la puerta y llego hasta el estudio del señor Rutheford. Comienzo la búsqueda sin resultados, remuevo todo el mobiliario desde arriba hasta abajo,sin encontrar nada, irritado golpeo la mesa del señor Rutheford, con fuerza, y oh sorpresa, sobre un doble fondo encuentro el....."Diary of new year 1953.P. Rutheford"

Ojeo las primeras páginas con avidez, en el silencio de la mañana, cuando mi corazón comienza a palpitar con fuertes revoluciones, mi rostro se vuelve blanco como el mármol, un escalofrío recorre mi cuerpo, mientras mi temperatura desciende aún más en la fría mañana. Mi fino oído acaba de escuchar lo que sin duda corresponde al llanto de un niño de pocas semanas de vida, trato de buscar por los alrededores mientras mi nivel de adrenalina comienza a ascender. No encuentro nada, la casa más próxima se encuentra a unos doscientos  metros.

Vuelvo para el pueblo, los primeros rayos de sol ascienden las temperaturas mientras recuerdo el llanto del niño escuchado de forma tan nítida que pensaba que estuviera llorando frente a mí.


Capítulo III


Espero en calle Calderón,la llegada del autobús de la empresa Damas, que me lleve de regreso a Huelva. En mi maleta, guardado, el ejemplar del diario de 1953 del señor Rutheford, encontrado de modo casual en el doble fondo de su mesa de despacho. Tras despedirme de mis padres, siento náuseas al subirme al autobús, el tabaco y el fuerte olor a gasoil de los viejos motores, hacen estragos en mi delicado estómago.


Por fin, tras dos horas de duro trayecto, me encuentro en Huelva. El aire fresco de la mañana, aplaca mi dolor de cabeza, aún siento el fuerte tufo de los rebosantes ceniceros de los asientos del autobús, y las constantes paradas en la capital. Descansando en mi habitación, aún siento escalofríos recordando de forma tan nítida el llanto del bebé de pocas semanas de vida en las ruinas. Ojeo, aún sin traducir, que el diario llega hasta el mes de Junio. Intuyo que sobre esa fecha se produjo el violento y destructor incendio que destruyó la casa.


Terminada la clase del día, me dispongo a traducir el diario, en sala de biblioteca. El diario comienza, el 10 de enero de 1953.


..”Visito el pueblo de Minas de Tharsis, tan cercano a mi casa, pero distante de la gente y sus problemas, siento vergüenza ajena al visitar un pequeño cuartel, de apenas doce metros cuadrados. Hacinados en tan poco espacio, viven once personas...prometo que pronto la compañía que dirijo, comenzará la construcción de casas con más espacios, para las familias numerosas”.


Casi las 11 de la noche, la traducción del diario, ocupa todo mi tiempo, apenas tengo tiempo para cenar. Un nuevo día irrumpe con fuerza sobre la capital, siento obsesión por traducir, y aprovecho las horas que no tengo clase para traducir parte del diario...día 26 de Enero de 1953.


..”Llamo a mi despacho a la empleada de hogar la señorita Lola, tras realizar unas preguntas sobre la señora, ella me dice que la señora no deja que entre en la habitación, que da dinero para que compre leche, y sobre todo colonia....-¿Pero para qué, necesitará tanta colonia?..me pregunto.


Cada vez que traduzco parte del diario, más interés crece en mí persona, para llegar hasta el misterio. Por fin llega el fin de semana y regreso como todas las semanas a visitar mis padres en Tharsis. La mañana de sábado, aprovecho para visitar, nuevamente las ruinas, siento curiosidad por oír de forma reciente el extraño y misterioso llanto surgido de sus entrañas. Al llegar a la base del cabezo, percibo los motores de maquinaria pesada, subo a toda prisa, y contemplo cómo las ruinas de la casa están siendo desalojadas por enormes camiones, sin duda acaba de comenzar las obras para el chalets del nuevo director de la compañía un tal...Karl Strauss.



De nuevo en Huelva, comienzo a traducir el diario tras un fin de semana alejado del  mismo. Día 12 de febrero.


..”Recibo en mihogar, la visita de miss Davenport, amiga de mi mujer, tras charlar un rato con ella, subimos hasta la habitación, me sorprende la reacción de miss Davenport, al hacer un gesto expresivo con la nariz, parece cómo si hubiera sentido un olor nauseabundo. Por mis fosas nasales sólo percibo la fragancia de colonia que usa mi mujer de forma diaria. Tras golpear la puerta, miss Davenport, de forma educada se presenta ante su amiga.

...-¡Hola querida amiga, podemos pasar a ver el bebé!.

Exclama Davenport.

...-No, en estos momentos se encuentra dormido, quizás en otro momento...siento ganas de derribar, la puerta, no puedo aguantar más esta situación”

Sigo traduciendo y estudiando al mismo tiempo. Nos encontramos en el año de 1962, quiero estudiar magisterio, dar clases a niños y jóvenes, ese ha sido siempre mi objetivo, va a ser duro aprobar las oposiciones, pero me arriesgaré, ese es mi propósito. Los meses de Marzo, Abril y Mayo, no ocurre nada curioso, es extraño, parece cómo si el señor Rutheford, ignorara a su mujer, se aleja de ella y el misterio que encierra, encerrada en la habitación junto al bebé...intuyo que tenga una nueva compañera sentimental,que lo haya alejado de los problemas por los que está pasando, aunque en el mes de Junio, vuelve a retomar en el diario el asunto de su mujer. Día 22 de Junio de 1953.


..”Siento que mi mujer ha abandonado por un momento la habitación, he escuchado la suavidad del golpeo al cerrar, debe haber ido al cuarto de baño, es el momento de descubrir que pasa en la habitación y porqué no quiere que podamos ver al bebé.


Esto se pone interesante, por fin Rutheford, puede traspasar la misteriosa puerta. Comienzo a traducir con ansiedad, impaciencia y nerviosismo.


...”Por fin he traspasado la habitación y el horror se ha apoderado de mí, no puedo explicar con palabras lo que he sentido, sí puedo explicar el misterio de la colonia...el bebé no se encuentra en la habitación, mi mujer no se despega de el ni un momento, más bien diría del cadáver del bebé, púes cuando he podido acceder hasta la cuna, he comprobado, unas sábanas con carne en avanzado estado de putrefacción y descomposición, sin duda las altas temperaturas de este mes de Junio, ha acelerado el proceso. Abandono la habitación antes que vuelva..mi objetivo ahora es que se desprenda de nuestro hijo, tanto tiempo esperando un bebé, que no entra en razones que nuestro hijo falleció, seguramente a los pocos días del nacimiento.


Intuía de forma precisa, que esto pudiera ocurrir, ahora debo seguir traduciendo, quiero saber porqué el devastador incendio destruyó la casa.

Día 23 de Junio de 1953.


..”Por fin, pude desvelar el tremendo misterio, que encerraba la habitación, pero debo actuar con sigilo, quiero que mi mujer se desprenda del cadáver de nuestro hijo, pero sin forzarla, ya habrá tiempo de que recupere la razón...aprovecho que mi mujer de nuevo se ha acercado al baño, penetro en la habitación con un frasco de cloroformo, y me escondo tras el armario, espero el momento que duerma junto al cadáver, para adormecerla. La luna llena penetra por la ventana, en el claroscuro veo el rostro de mi mujer. Salgo del armario y camino con sigilo, llevo un algodón empapado en cloroformo, con suavidad lo coloco sobre sus fosas nasales, y presiono...mi mujer no reacciona, mientra queda sumida en un profundo sueño...horrorizado contemplo el cadáver de mi hijo, al cual retiro con suavidad. El hedor, que emana del cadáver, es espantoso, tapono mis fosas nasales con un pañuelo, mientras envuelvo el cadáver, entre sábanas y mantas, ahora comprendo la cantidad de frascos de colonia, que abunda por la habitación, debo darme prisa, mi mujer puede despertar de un momento a otro. En el garaje tengo una caja de madera, dónde irá colocado el cadáver de nuestro hijo. Debo sacarlo de la casa y sepultarlo en una zona de forma provisional, hasta que mi mujer entre en razón”


Rutheford, no explica dónde entierra el cadáver de su hijo, supongo que sobre terreno blando, dónde está ubicada la casa es terreno bastante duro de roca, sigo leyendo el diario.


Día 24 de Junio.


..”Aún mi mujer permanece dormida, en el pueblo de Tharsis, los mineros se reúnen en torno a un pino,celebran la festividad de San Juan, el pino cómo ello les llaman consiste en un tronco de pino o eucalipto, embellecido y engalanado con helechos, alrededor del pino cantan y bailan hasta la madrugada, debe ser una tradición ancestral. Mi mujer aún continua dormida, creo que me pasé en la dosis con el cloroformo, temo por su vida...ya escucho ruido en las habitaciones superiores, debo estar preparado, se pondrá cómo una loca, ¿Pero que pasa, hasta mis fosas nasales llega olor a humo?. Guardo el diario en el doble fondo de la mesa, voy a ver que pasa


Hasta aquí escribió, Rutheford, presiento e intuyo, que el incendio tuvo que ser devastador, los frascos de colonia aceleraron el proceso, la madera de los suelos de parket, junto con las altas temperaturas reinantes, y sobre todo que el incendio se produjo a altas horas de la noche y la coincidencia de la noche de San Juan, hizo que todos los esfuerzos por apagar el incendio resultaran en vano.


...-¿Pero que fueron de los cadáveres del matrimonio, si aparecieron sus rostros y cuerpos deberían estar irreconocibles?.


Debo entrevistarme con Miss Davenport, ella tiene que saber que ocurrió la fatídica noche del 24 de Junio. Debo darme prisa, Miss Davenport, está jubilada, y de un momento a otro puede volver a su país, después de una larga estancia trabajando en la compañía minera. Me entrevisto con la señorita Davenport, cómo es conocida en el pueblo, mujer de estatura alta , exquisita educación, su rostro de piel suave y firme, no posee arrugas, sus ojos de color azul cómo el mar, me recuerdan a los de mi difunta abuela. Contemplo admirado, su afición por la jardinería, con unas plantas que jamás he visto en mi vida. Tras tomar el clásico té, expongo el motivo de mi visita.


..-¡
Miss Davenport, hace años cuando visité las ruinas de la casa de los Rutheford, acompañado por mi padre, quedé fascinado!...aunque sentí que mi padre, sentía escalofríos en el lugar y rehuía cualquier tipo de comentarios con respecto a la zona.


Miss Davenport, me observa con gesto serio, nadie hasta ahora se había interesado por lo que ocurrió.


...-¡Le interesa conocer la historia!.

Exclama, con gesto serio.


...-En parte la conozco..tras visitar las ruinas en varias ocasiones , encontré entre las ruinas de la misma, varios diarios escritos por el señor Rutheford.


...No me diga, encontró los diarios del señor Rutheford!.

Exclama, con gesto sorprendido Davenport.


...-Sí, los he traducido y conozco la historia, estoy escribiendo un libro sobre el mismo, pero necesito saber que ocurrió tras el incendio que asoló la casa.


Capitulo IV


...Miss Davenport, queda unos minutos en silencio, mientras su cerebro comienza a procesar para recordar los trágicos sucesos de la noche de San Juan de 1953.


...-¡De verdad joven, le interesa lo que ocurrió aquella trágica noche!.

Exclama, Miss Davenport.


...-¡Sí, señorita Davenport, quiero llegar hasta el final de la historia, que tanto interés ha suscitado sobre mí persona, estos últimos meses!.

Exclamo, con interés, esperando su relato, con ansiedad


Tras un momento de reflexión...miss Davenport, comienza el relato.


...-”Esa noche me encontraba en el jardín, sería sobre las dos de la madrugada, las altas temperaturas no me dejaban conciliar el sueño, de pronto observé por encima de la pared del jardín, un resplandor, ocasionado por una gran hoguera, salí a la puerta y contemplé horrorizada,cómo la casa de los Rutheford, ardía sin remisión...subí a toda prisa por la carretera de escoria que conduce hasta la casa, algunos vecinos se afanaban en salvar a los dueños de la misma, e intentaban sofocar el fuego con agua, pero todo resultó inútil, el piso superior cedió sepultando todo...sólo puedo recordar los gritos desgarradores del señor Rutheford, por salvar su vida. Aún por la mañana, continuaba el fuego, que fue sofocado por el camión cisterna de la compañía minera. Una intensa búsqueda comenzaba por parte de las autoridades competentes, entre los escombros de la casa...primero aparecía, el cadáver de la señora Rutheford, totalmente carbonizado e irreconocible. Poco después, a pocos metros aparecía el del señor Rutheford, igualmente irreconocible. Los cuerpos fueron alojados en sendas cajas y depositados en la ermita, dónde el párroco ofició una misa.

Los familiares de ambos, una vez fueron informados, decretaron que fuesen enterrados en el pequeño cementerio al pié del Vulcano. Pero del hijo de ambos, no pudo encontrarse los restos, generando todo un misterio que la gente del pueblo, bastante desinformada, difundieron de manera inadecuada, generando una confusión general con todo tipo de hipótesis.


...-Muy interesante todo, Miss Davenport...gracias al diario, sabemos que ocurrió. El señor Rutheford, antes del incendio logró arrancar de su mujer, el cadáver de su hijo y sepultarlo sobre una zona provisional, para después una vez que la señora Rutheford, entrara en razón, desenterrarlo y dar cristiana sepultura. No pudo llevarse a cabo por el incendio ocasionado, tal vez por la señora Rutheford. Enfurecida por no encontrar a su hijo, golpearía alguna vela, con la que iluminaba la buhardilla, para esta prender fuego con la ropa empapada en colonia, que usaba para mantener fragancia agradable, debido al fuerte hedor que
desprendía el cadáver de su hijo
.


...-Le doy las gracias, joven, pero cual es su nombre.


...-¡Ramón, ese es mi nombre de pila!.

Exclamo, con rotundidad


...-¡Pues nos queda solamente, encontrar el cadáver del hijo de los Rutheford, y enterrarlo en
la sepultura de ambos
!.

Exclama, Miss Davenport.


...-Creo que va a ser una tarea difícil, pues Rutheford, no indicó el lugar exacto, el terreno ha sido removido por grandes máquinas, sobre el solar que queda irá instalada la nueva casa del director general.


...-Pues nada Ramón, muy agradecida por escribir el libro, contando todo lo que sucedió, pronto abandonaré el pueblo, mi familia me reclama en Londres.


Abandono el caso de la señora Rutheford, sólo falta encontrar el hijo de ambos, para enterrarlo junto a ellos, y de esta forma poner punto y final a la historia. Guardo con celo, multitud de folios escritos sobre la casa. Ahora mi trabajo consiste, en prepararme para presentarme a las oposiciones.

Nos encontramos en el año 1973, ejerzo de profesor de E.G.B, en un pueblo de la sierra, llamadoCortegana.Unavezalmes,visitoamispadresenTharsis.Una amiga de la familia llamada María Dolores, es la nueva empleada de hogar del director Karl Strauss. Visita con regularidad la casa de mis padres, ella conoce mi profundo interés por los fenómenos paranormales,aunque ella no crea. No sabe nada que sobre la casa en que ella trabaja sucedieron extraños acontecimientos hace 20 años. Después de tomar café, con delicioso quesiño, María Dolores con rostro serio se dirige a mí, susurrando en voz baja.


...-Don Ramón, cree usted en fenómenos paranormales.


...-Depende, los fenómenos paranormales, muchas veces, se producen por la energía de un ser ,que ha fallecido de forma violenta, y esa energía permanece en el lugar, hasta que alguien la libere, con múltiples métodos, cada uno requiere el trabajo de especialistas, parapsicólogos o incluso la iglesia.

Respondo de modo instructivo.


...-Verás Don Ramón, trabajo para los señores Strauss, hace meses , que cuando paso por una habitación del ala este, escucho de forma nítida, el llanto de un niño de pocas semanas de vida.


Al escuchar estas palabras de María Dolores, siento un escalofrío y mi rostro se vuelve expresivo con gesto de horror...(María Dolores, no conoce la historia, era bastante pequeña,yo tampoco he difundido la noticia de mis investigaciones).


...-¡De veras, escucha el llanto de un niño!.

Exclamo, con gesto sorprendido.


...-¡Sí, no siempre, pero aquella zona de la casa me produce temor, deseo evitarla cada vez que puedo!.

Exclama, bastante horrorizada.


...-¡Has hablado con el señor Strauss, de esto!.

Exclamo.


...-¡No he hablado, me puede tomar por loca y despedirme!.

Exclama, con rostro preocupado.


Surgen mis dudas, no sé si contar la historia de lo ocurrido, trato de tranquilizarla, pero de nuevo crece en mi persona el interés por retomar el caso y descubrir que la caja con los restos del bebé permanece sobre esa zona, manifestándose y pidiendo que sea desenterrado para permanecer junto al cadáver de su madre. Tras un momento de reflexión, comienzo a relatar la historia. María Dolores, escucha mi relato con interés, observo la expresión de su rostro, impresionada me pregunta, exclamando.


...-¡Es increíble, cómo pudo perder el juicio, aunque también es verdad que la muerte de su único hijo, tras largos años de espera, la indujo a que no creyera que su hijo había fallecido!.


...-¡Así es, yo también escuchaba hace muchos años el llanto del bebé, cuando buscaba el diario del señor Rutheford!.

Exclamo.


...-Debemos trazar un plan, sabemos dónde se manifiesta el llanto del bebé, estoy seguro que sobre el subsuelo de la habitación se encuentra la caja con los restos del bebé...-¿Pero cómo podemos acceder hasta la habitación?...Strauss, nos tomará por locos.


...-¡El señor Strauss partirá dentro de un mes acompañado de su esposa para Frankfurt, esta puede ser la oportunidad!.

Exclama, María Dolores.


...-¡El suelo de la habitación de que material es!.

Exclamo.


...-Es de madera, creo que parket.

Responde, María Dolores.


...-Muy bien, mejor así, podemos retirar las maderas y luego una vez, comprobado el subsuelo, volverlas a poner.


Mes de Julio, 1973. El señor Strauss y esposa acaban de abandonar el chalets, es el momento que esperamos. Me acompaña mi fiel amigo Juan, es una persona que entiende todo, un alfayate, cómo decimos por el pueblo. Maria Dolores, nos espera a la puerta de la enorme mansión, a la cual se le llama chalets numero 1º. Nuestra coartada, por si alguien pregunta, es una obra en el interior delchalets.Es mediodía, las temperaturas bastante elevadas, hace que el consumo de agua sea excesivo. Cruzamos el gran patio de la casa y nos dirigimos hasta la habitación, desde dónde se manifiesta el bebé con llantos. La habitación esta destinada a guardar objetos usados y material de oficina, hay poco mobiliario, esto nos facilitará la retirada del parket. Comenzamos nuestro trabajo, Juan, experto en todo tipo de tareas, retira con extrema facilidad el parket . Por fin divisamos el subsuelo, que lleva una capa de escombros y tierra blanda, comenzamos a cavar, mi corazón palpita con cada golpe de azada, impaciente por encontrar la caja con los restos.

Trabajamos toda la tarde, ya es casi de noche, cuando la azada golpea un objeto que parece de madera. Me introduzco en el gran socavón y comienzo a retirar tierra con las manos. Detecto una caja a pocos centímetros, mi corazón late con fuerza, mi sudor cae sobre la tierra removida en grandes gotas. Destapo la caja, que está bien conservada, en perfecto estado. Mi nivel de adrenalina crece por momentos. La caja se encuentra tapada, clavada con clavos de manera desigual....momentos de tensión. Jamás desempeñaría la labor de enterrador, no sabes con las sorpresas que puedas encontrar al abrir una caja fúnebre. Comienzo a destapar la caja con un martillo de orejas, gotas de sudor brotan de mi frente y caen sobre la caja. Por fin retiro el ultimo clavo y ante mí bien conservado aparece el cadáver del bebé de los Rutheford, envuelto entre sábanas y mantas. La humedad del suelo ha favorecido que el cadáver se encuentre en las mismas condiciones que fue enterrado hace veinte años, algo deteriorado por los meses que pasaron entre los brazos de la madre y la cuna. Vuelvo a tapar la caja, ahora nos queda la tarea de volver a poner el parket, pero esa tarea será para mañana. En estos momentos, una única idea pasa por mi cerebro, enterrar el cadáver del bebé junto a sus padres.


Tras descansar unos momentos, agotados por el intenso trabajo, nos dirigimos hasta el pequeño cementerio. La noche con luna llena, del mes de julio, favorece la misión. Pasamos junto a la corta del oro, y descendemos por la carretera de escoria que nos lleva hasta el pequeño cementerio, flanqueado por dos imponentes pinos piñoneros. Traspasamos la puerta y buscamos la tumba de los señores Rutheford . Iluminamos las tumbas de personas fallecidas, de origen inglés, escocés y galés. Por fin sobre un extremo del cementerio, encontramos las tumbas de ambos. Nos queda la misión de retirar la pesada loza de la tumba de la señora Rutheford. Acompañado por el ulular del viejo búho real, que habita sobre los páramos del cabezo, comenzamos la dura misión. Al cabo de un rato de esfuerzo, retiramos la loza e introducimos la caja con los restos del bebé.


Por fin, ponemos punto y final a esta historia de veinte años. Regresamos a casa cansados, extenuados, todavía nos queda colocar el parket en la casa de Karl Strauss, para concluir con la historia.

A finales de la década de los años ochenta, con la crisis en la minería, el chalets nº 1 de Karl Strauss, queda deshabitado. Muchos jóvenes se adentran y recorren sus grandes habitaciones, dónde el lujo y el confort son la nota predominante, en contraste con los míseros cuarteles de los mineros. Muchos de ellos, jóvenes ignorantes, ponen en practica, ahora sobre sus habitaciones abandonadas y lúgubres, el peligroso juego de la ouija.


Testimonio de dos jóvenes del pueblo.


Nos reunimos una serie de amigos, vimos que el impresionante chalets, reunía las condiciones necesarias. Sobre una de las habitaciones comenzamos a practicar la ouija, invocando a personas fallecidas, tuvimos que salir corriendo, horrorizados, todos escuchamos en el silencio de la noche...el llanto de un niño, seguido de fuertes risotadas de una persona adulta”.

CHALETS Nº 1.


...Paseo con mi cámara compacta, por los alrededores de la corta Sierra Bullones, recreando e inmortalizando en bellas instantáneas, los esplendidos parajes, que nos brinda esta tierra de contrastes. Varias sirenas de vehículos reclaman mi atención, se trata de la guardia civil, que sube a toda prisa por la vieja carretera, que conduce hasta el antiguo chalets de Karl Strauss. Mi curiosidad por ver que ha pasado, me lleva de nuevo hasta el lugar, dónde hace ya varias décadas descubrí el misterio que rodeaba la mansión de Rutheford, y la horrible historia que había encerrado aquellos muros con el posterior incendio que devoró la casa casi por completo.


El gran chalets que hizo construir Karl Strauss, reposa sobre los cimientos de la gran mansión de estilo victoriano de los señores Rutheford. Ajeno al misterio que había encerrado aquellos muros, Karl, según la personas allegadas a su persona, nunca había comentado si se había producido algún tipo de actividad paranormal, en los años que ocupó tan fantástico y esplendido chalets. Recuerdo esta historia mientras camino por la carretera que rodea el cerro dónde se encuentra el chalets, conocida en Tharsis, cómo sierra Tersae. Varios vecinos del barrio de Pueblo Nuevo bajan asustados, sus rostros pálidos, blancos y demacrados, manifiestan que se ha producido algo terrible, con curiosidad pregunto a Rosario,vieja conocida.


...-¿Rosario, que ha pasado, para que haya tanto revuelo?.


...-¡Ay Don Ramón, no sabe usted que ha pasado!.

Exclama, mientras seca el sudor de su frente.


.-¡No, pero tengo bastante curiosidad!.

Exclamo.


...-¿Conoce usted al indigente que pedía limosna en el pueblo?.

Pregunta.


...-Pues sí, un tal Braulio, natural de Encinasola...¿Qué le ha pasado?.

Pregunto.


...-Ha aparecido muerto, a la entrada del chalets, varios jóvenes del pueblo lo han descubierto, me encontraba cerca y he aprovechado para ver el cadáver, sabe usted que siento curiosidad por estas cosas, pero después de ver lo que he visto nooo.


...-Cálmese Rosario, muestra signos de ansiedad, angustia e inquietud.

Trato de tranquilizar a esta mujer, que siente curiosidad por este tipo de fallecimientos, una extraña adicción que la cautivó siendo aún niña, cuando su abuelo era izado a la superficie tras arrojarse al pozo de mina, cercano a las cuadras.



...-He visto el rostro de muchos fallecidos, por causas que no son naturales, pero le aseguro Don Ramón, que cómo el rostro del mendigo ninguno.
Tras un breve paréntesis, más calmada, comienza la terrible visión del cadáver.


-Llegué casi al momento, me encontraba recogiendo flores de aromo para la casa, cuando escuché unos gritos, unos mozos del pueblo bajaban con bastante nerviosismo, profiriendo gritos que hay un fallecido a las puertas del chalets...pensé que era alguna broma, me encontraba cerca y me acerqué...efectivamente, sobre los escalones de la casa se encuentra el cadáver.


...-¿En qué posición Rosario?.

Pregunto, bastante intrigado.


...-De costado, la expresión de su rostro es horrible, aterradora, horrenda, parece cómo si hubiera visto un ser demoníaco, con la cara ensangrentada, desgarrada, cómo si hubiera tratado de huir por una alambrada de espinos, no tengo palabras, Don Ramón, para describir lo que he visto y quién ha podido cometer tan vil y cobarde asesinato con una persona, noble y buena.


Continuo la marcha hasta el chalets, después de despedirme de Rosario. Quizás la guardia civil la reclame para realizar preguntas, así cómo los jóvenes que descubrieron el cadáver. La zona del chalets se encuentra acordonada por la guardia civil y policía local. El cadáver se encuentra tapado, con una sábana oscura, sobre los alrededores, multitud de curiosos, comentan lo sucedido, surgen las hipótesis y cada persona ofrece su versión.


...-Han sido esos cuatro peludos que se reúnen todas las noches en el chalets a fumar porros y escuchar esa música diabólica, cómo se llama Juan, esa música, que a ti también te gusta.


...-Death Metal.

Responde Juan. Seguidamente, Juan, ofrece otra  versión.


...-No juzguéis a los chavales antes de que se emita el juicio, esos jóvenes escuchan música agresiva y extrema, pero decir que han cometido el asesinato, me parece muy fuerte.

Responde Juan, bastante enfadado, por la aptitud de algunos vecinos.


Me encuentro sumergido de lleno en otro nuevo caso, ocurrido precisamente en el mismo lugar dónde hace casi 40 años, ocurrieron los sucesos que desembocaron en el incendio de la casa de los Rutheford. Posee este caso muchos condicionantes, en primer lugar, los mozos que acuden a fumar sustancias prohibidas y escuchar música, también algunas personas que pertenecen a sectas y se trasladan a este tipo de casas a ofrecer rituales satánicos y abrir las puertas de otra dimensión a través de la ouija. Veremos a ver que conclusiones. sacan los investigadores que investigaran este siniestro crimen, o tal vez haya sido otro asunto de actividad paranormal.


Han transcurrido unos pocos días del fallecimiento del indigente, en el pueblo se comenta de todo, hay muchas versiones, hay quien dice que el indigente portaba sobre su frente el número del diablo 666, otros por el contrario afirman que el indigente había fallecido por una sobredosis. Muchas conjeturas, suposiciones e hipótesis que llevaran a los cuatro jóvenes ante el juzgado y encarcelados. Desde mi modesto punto de vista, no creo que los jóvenes tengan que ver con el fallecimiento del indigente, la autopsia realizada está bajo secreto de sumario. El efecto de la marihuana produce en los jóvenes un resultado relajante, somnífero y tranquilizante, la música violenta y extrema, por el contrario produce rabia, fiereza y violencia. Muchas preguntas e interrogantes, que los jóvenes tendrán que responder para poder zanjar este caso y descubrir la verdad sobre el fallecimiento. Pasadas unas semanas me reúno con Rosario, juntos, damos una vuelta por el lugar, aún sobre la zona una cinta nos prohíbe el paso, sobre la pared se pueden leer unos graffitys, supongo quede bandas de rock, también el culto al diablo tiene varios graffitys, con la estrella de 5 puntas y la frase, Welcome To Hell...(Bienvenidos al infierno). El lugar me parece bastante lúgubre, tétrico y sombrío. Los setos recortados que rodeaban el chalets han crecido de forma desmedida, pequeñas higueras han crecido por los alrededores, así cómo vegetación de todo tipo.


Las reparaciones efectuadas por el ayuntamiento, no han tenido efecto ninguno y la casa se encuentra sumida en el más absoluto abandono. Sentados bajo la sombra de un eucalipto, Rosario vuelve a narrar lo que más le impactó al ver el cadáver...el rostro.


...-Nunca había observado un rostro cómo el del pobre indigente, estaba ensangrentado, los ojos casi salían de sus órbitas, sobre su chaquetón había parece ser hojas de zarzamoras.


...-¿Cómo, hojas de zarzamoras?.

Pregunto de manera improvisada, interrumpiendo la narración de Rosario.


...-Sí, hojas de zarzamoras, seguramente en el patio que hay en el chalets, debe haber crecido de forma desmedida...hace algún tiempo, recién abandonado el chalets, penetré en su interior y ya había zarzamoras, por eso le digo que tiene que estar repleto de este arbusto pues es muy invasivo.


...-Vayamos a ver algunas zarzamoras, en la zona dónde habitaba, Miss Davenport, hay una buena colonia.

Respondo.


...-Mira, Rosario, sus ramas son espinosas, si la paso por el brazo me produce pequeñas heridas que comienzan a sangrar.

Respondo.


...-No sé que me quiere usted decir, pero le aseguro que las cicatrices ensangrentadas que tenía sobre su rostro, no fueron producidas por la zarzamora.

Responde,Rosario con bastante seguridad.


...-Vamos a ver Rosario, no insinúo nada, sólo me he pasado suavemente una pequeña rama por el brazo y ya ves el daño que ha producido. Usted imagina, una persona invadida por algo terrorífico, que tenga que atravesar una enmarañada red de arbustos, cargado de pequeños dientes aserrados.


...-Pues no, pero bastante magullado, maltratado y herido.

Responde.


Esa casa debe guardar algún misterio, conoce usted lo que había pasado en este lugar Rosario.


...-He escuchado algo, yo en esos años me encontraba en Sevilla, en casa de mis tíos, parece ser que la señora que habitaba en la anterior casa se volvió loca.

Responde Rosario.


...-Así es Rosario, algún día le contaré lo sucedido y el bebé que rescatamos del chalets, todo está escrito en un relato titulado..."La señora Rutheford". Poco tiempo después que el chalets fuera abandonado, varios jóvenes, ineptos e irresponsables, jugaron con la peligrosa ouija, la puerta a una dimensión desconocida que puede resultar fatal si no sabes a lo que te enfrentas. Algunos de estos jóvenes, juraron, testimoniaron y aseguraron oír el llanto de un bebé, seguido de fuertes risotadas...por eso le digo Rosario, que este chalets puede guardar algún tipo de misterio, que debemos esclarecer, pues cuatro jóvenes inocentes están pagando con el encarcelamiento de un crimen que no han cometido.

Capitulo II


Pasados algunos meses del horrible crimen, por fin se puede penetrar en el chalets. Acudo sobre media tarde, cuando el sol de poniente invade las grandes ventanas orientadas hacia el gran peñón de la virgen de la Peña. El gran chalets, que en otros tiempos de esplendor de la mina, constituía todo un símbolo de opulencia, riqueza y lujo, se encuentra en un estado lamentable. Algunas obras realizadas por el ayuntamiento, cambiaron de forma leve algunas habitaciones del edificio. Penetro por la zona de la gran terraza, dónde se divisa el pueblo, Filón Norte y Prado de las Papas. El lujoso salón, dónde Karl Strauss, pasaba gran parte del día, está irreconocible, pues sólo queda la estructura desnuda de los ladrillos que delimitaba el salón de otras habitaciones de la casa. Sobre sus paredes diversas pintadas, rinden culto al diablo y sectas de tipo satánico, en la zona del suelo, esparcida, observo ceniza, de innumerables fogatas realizadas. Salgo al gran patio de la casa y efectivamente todo el claustro se encuentra invadido por zarzamoras. Rodeo el patio, observando las habitaciones. La gran cocina, también ha sufrido un leve cambio, sobre el subsuelo observo una escalera que nos conduce a un pequeño sótano, el cual comunicaba con la despensa en aquellos años donde la cocina ofrecía un gran servicio a la casa con personas contratadas. Abandono la cocina, observando las distintas habitaciones. Aún no diviso donde el indigente, pasaba parte del día. Presiento cómo la temperatura desciende, al acercarme a la habitación, dónde hace años hallamos el cadáver del bebé, y un escalofrío recorre mi cuerpo, erizando los vellos de mis brazos, cuando en esa habitación observo un viejo colchón, con innumerables envases de vino barato, algunas latas de comida vacías y algo de leña.


Sin duda alguna, esta era la habitación del desdichado indigente. El sol penetra con fuerza iluminando la habitación, antiguo estudio, dónde Karl, guardaba material de oficina. Abandono la habitación, fijándome en la zarzamora que avanza inexorablemente hasta la habitación, observo una
zona que parece ha sido penetrada, aunque la zarzamora partida por el inexorable paso de un cuerpo a través de ella, se rehace de forma rápida y prácticamente oculta cualquier tipo de señal. Agudizando la vista observo que efectivamente alguien trató de huir, destrozando una zona que se repone. La huida a través de la zarzamora tuvo que ser violenta, enérgica, impetuosa, atenazado por algún tipo de horror, trazó el camino más corto para abandonar la casa, sin darse cuenta que este arbusto posee espinas que pueden infringir heridas considerables. El miedo adquirido tuvo que ser de tal magnitud, que una vez abandonada la casa, no reparó en las escaleras y cayó golpeándose la cabeza.


...-¿Mi pregunta es...quien pudo infringir ese estado de pavor, espanto y pánico?.

Es lo que debo resolver cuanto antes, pues el tiempo apremia y personas inocentes se encuentran encarceladas.


Nos encontramos en el incipiente otoño, las temperaturas han bajado sobremanera. Por la tarde, acudo a casa de mis padres, en la calle Madroñal, presiento que este puede ser el ultimo año de mi padre. De nuevo la bronquitis con la llegada de los fríos, se adhiere a sus pulmones, deteriorado, dañado, por resfriados mal curados, pero sobre todo los años pasados en contramina, pasan factura. Unos golpes en la puerta, reclama  mi presencia.


...-¡Don Ramón, Don Ramón!.

Exclama, Rosario, con rostro pálido, enfermizo.


...-¿Que sucede Rosario, parece que hayas visto un fantasma?.

Pregunto.


...-Pues sí Don Ramón, eso he visto, pero antes quiero preguntar cómo se encuentra su padre.


...-Mal Rosario,la bronquitis se ha vuelto crónica, veremos a ver si no tenemos que ingresarlo en Huelva.


...-¡Pero pase, cuénteme, que ha visto que la tiene tan preocupada!.

Exclamo.


Pasamos al pequeño salón de la casa, dónde mi madre se encuentra preocupada por la salud de su
marido, beso su mejilla dando ánimos.


...-No te preocupes mamá, papá es duro cómo un buey, verás como en un par de días cuando la medicina recetada haga efecto, cómo restablece.


Tras saludar a mi madre, Rosario, sentada en un cómodo tresillo, comienza su relato.


...-Recogía brezos para encender el brasero, en las cercanías del chalets, sabe usted que de toda la vida estamos acostumbradas al calor que despide el picón de jara, el cual no cambiamos por ninguna otra fuente de calor. De repente al volver la vista, para el chalets, observo lo que sin duda era la luz de una vela encendida, que brillaba con fuerza en las postrimerías del crepúsculo...con sigilo me acerqué hasta la ventana y pude ver aunque de forma difuminada, la silueta de una mujer vestida de negro, poco después se iniciaba el llanto de un bebé, seguido de fuertes risotadas y carcajadas, en ese preciso momento la sangre que corre por mis venas quedó helada, quise emitir un alarido de terror, pero me encontraba atenazada de horror, tan sólo pude emprender veloz huida por el chalets de Don Pablo Ellis, abandonando los brezos que tenía recolectado.


...-Vaya relato Rosario, ahora me explico su estado de excitación, nerviosismo e intranquilidad, cálmese. Beba esta infusión de tila, pues la comprendo perfectamente, además la versión de los hechos acaecidos esta tarde/noche, refuerza más la versión de que el indigente no fue asesinado por el grupo de jóvenes. Sin duda alguna su visión corresponde con la llamada señora Rutheford, y el llanto del bebé refuerza esta hipótesis. Los jóvenes que hace años abrieron las puertas de otra dimensión a través de la ouija, son los responsables indirectos de la muerte del indigente, aunque había que indagar más sobre el caso, en estos momentos con la enfermedad de mi padre no me encuentro capacitado para investigar, le estoy muy agradecido Rosario, que se haya dirigido a mí y no a la guardia civil, la podrían tomar por loca.


...-Bueno Don Ramón, señora María, que vuestro marido y padre mejore, vuelvo para Pueblo Nuevo, mi madre debe estar preocupada.


...-Espere Rosario, la acercaré en el coche, es bastante de noche.


...-¡Muchas gracias, Don Ramón!.

Exclama Rosario, muy agradecida.


Tristes noticias, que debo contar, pues todo forma
parte de este relato. Mi querido padre hace unos días que ha fallecido, se negó en rotundo viajar hastaHuelva,ademáselmédico que lo ha visitado en estos días me dice que ya no había nada que hacer, pues sus pulmones bastantes deteriorados sólo habrían resistido unos días enchufados a un pulmón artificial, que lo habría mantenido en una agoníaconstante. Mi madre, bastante deprimida por la perdida de un gran hombre necesitará bastante tiempo para reponerse. El caso del Chalets nº 1, ha quedado varias semanas aparcado, no me he encontrado capacitado para indagar, investigar y averiguar que sucedió aquella trágica noche y la posterior visión que sufrió Rosario. Tengo trazado mi propio plan, que debo cuidar con mimo, actuando con precisión. El juicio pronto se celebrará y la versión de Rosario, jamás la creerán los jueces, pues no aporta ninguna prueba.



Capitulo III.



...El plan que tengo trazado para descubrir que se oculta tras los muros del chalets, es sencillo, todo depende que aparezca cualquier señal que arroje luz sobre el caso, aunque si se trata de un fenómeno paranormal no va a ser fácil para los jueces dictaminar que la muerte del indigente se produjo por esta causa. Me traslado al chalets sobre media tarde, aún los rayos de sol penetran por sus grandes ventanales, haciendo el lugar menos lóbrego, siniestro y sombrío. Sobre la habitación, dónde hace ya décadas descubrimos el bebé de la señora Rutherford y dónde se hospedaba el indigente, también es la zona en la que Rosario, visionó de forma fusionada una señora vestida de negro que portaba una vela. Preparo mi plan, que consiste en barrer bien toda la superficie de la habitación. Una vez bien barrida y limpia añadiré talco sobre el suelo, esto me indicará si alguien ha entrado en la habitación. Esta pequeña grabadora, la pondré escondida sobre algún rincón por si se produce alguna psicofonía. De pronto, se escucha el motor de un vehículo acercarse a la casa, cuando el crepúsculo comienza a cubrir de sombras el chalets. Sin tiempo de colocar la grabadora, la guardo sobre un bolsillo del pantalón y con sigilo me muevo entre las sombras de las habitaciones. Aún no visualizo el vehículo que se encuentra a la entrada....percibo algunas voces, que no logro reconocer, creo que no hablan en castellano, puede tratarse de alguna secta satánica. Con miedo a ser descubierto, me coloco sobre la ventana, donde los individuos dialogan. Una brillante idea surge de mi cerebro, colocar la grabadora en la ventana para ver de que hablan.


Coloco la pequeña grabadora sobre la ventana y me desplazo fuera del lugar, más tarde la recogeré para ver de que tratan en la conversación. No ha pasado más de unos minutos cuando escucho la voz de Rosario.


...-¡Don Ramón, Don Ramón!.

Exclama.


En esos precisos momentos el coche abandona el lugar.


...-¡Rosario, estoy aquí, de forma indirecta me ha chafado el plan!.

Exclamo, un poco malhumorado.


...-¡No le entiendo Don Ramón, he visto su coche en Pueblo Nuevo y he pensado que se encuentra en el chalets!.

Exclama Rosario.


...-No pasa nada Rosario, perdone por haber contestado de esta forma, este caso me tiene estresado, por los mozos que siguen encarcelados.


Recojo la grabadora de la ventana y charlo un poco con Rosario, antes de abandonar el lugar. Estoy deseando escuchar la grabación, aunque sólo haya sido de unos minutos, alojará algo. Ya en casa tranquilo, ceno con mi madre, aún muy angustiada por la muerte de mi padre. Sobre las doce de la noche, con mi madre en cama, decido escuchar la grabación, en mi viejo reproductor panasonic.


....." Vamos continuar com o plano, até que o rendimento prefeito e podemos vender este magnífico chalés pechincha .. até agora ...eh ecucha vozes, vamos eu não quero-nos a descobrir"


Me llevo una gran sorpresa.

...-¡Esto es idioma portugués...pero que dice!.

Exclamo, sorprendido.


Traduciré con este viejo diccionario que poseo hace años. Tras más de media hora, logro reconocer algunas palabras de la conversación y traduzco más o menos esto.


..."Debemos continuar con el plan, hasta que el alcalde ceda y nos pueda vender este magnifico chalets a precio de ganga...hasta el momento...eh se escucha voces, vamos, no quiero que nos descubran".


Vaya, vaya, que plan, intuyo que estos individuos tienen algo que ver con los fenómenos que se producen en la casa. Aunque también en la grabación, dan a conocer que conocen al alcalde y han hablado del tema con él.


Por la mañana temprano, me traslado al ayuntamiento, me recibe Pepe, que me saluda de modo cordial.


...-¡Buenos días, Don Ramón, que grata sorpresa, que le trae por aquí!.

Exclama, con la simpatía que le caracteriza.


...-Pues deseaba entrevistarme con el señor alcalde..
Respondo.


...-En estos momentos no se encuentra aquí, pero arriba está su secretaria en el despacho.


...-¡Puedo subir!.

Exclamo.


...-Eso ni se pregunta, Don Ramón, suba..-Responde Pepe, con una sonrisa.


Subo las escaleras que me conducen al piso superior, admiro mientras, las pinturas del pintor local, Bartolomé Rodríguez, sobre antiguos edificios y casas de Tharsis. En el despacho del señor alcalde, se encuentra su secretaria, María.


.-¡Hola buenos días!.

Exclamo.


...-Buenos días.

Responde, María.


...-Vamos a ver María, cómo le explico lo que sucede...¿Quisiera saber si algún portugués se ha interesado en adquirir el chalets de don Karl Strauss?..-uff, el chalets de Karl Strauss, dónde se produjo la muerte del indigente...hace muchos meses, antes de que se produjera la muerte del pobre hombre, vinieron unos portugueses, efectivamente...¡Pero cómo sabe usted eso!.

Exclama, bastante sorprendida.


...-Nada, nada, son gajes del oficio.


...-Hace bastantes meses, antes que se produjera la muerte, llegaron unos portugueses, interesados en comprar el chalets, se entrevistaron con el alcalde, estando yo presente, el alcalde puso precio, pues el chalets es bastante amplio y grande. No llegaron a un acuerdo en los primeros compases de la negociación y dijeron que ya vendrían más adelante, por si cambiaba de parecer.


...-Muy bien María, no dejaron una tarjeta de visita, un número de teléfono.


...-No, nada, pero le aseguro Don Ramón, que después de los últimos acontecimientos el chalets ha bajado de precio...si vinieran a comprarlo, seguro que el señor alcalde lo vendería.


...-Muchas gracias María, por toda la información, estoy muy agradecido.


...-¡Don Ramón, no estará usted interesado en comprarlo!.

Exclama.


...-No, es mucho chalets para una persona solitaria cómo yo, tengo suficiente con mi pequeño cuartel y el de mi madre, jejejejeje...
Respondo, con una sonrisa final.


Ya sabemos que los portugueses están interesados en adquirir el local. Lástima que Rosario de forma indirecta, estropeara la conversación, pues esta arrojaría bastante luz en el caso. Tras meditar observo que ayer fue jueves y que Rosario, tuvo su visión también en jueves, simple coincidencia o casualidad. Lo cierto que esta coincidencia la podemos utilizar para trazar un plan. Hablaré con mi amigo Sebastián, eficiente guardia civil, me aconsejará que es lo mejor que podemos hacer.


Me reúno con Sebastián, en su casa del barrio Umbría Madroñal, me acoge como siempre entre bromas.


...-¡Hombre Don Ramón, que le trae por aquí, sea bienvenido, pase a mi humilde hogar!.

Exclama, sorprendido, el bueno de Sebastián.


Tras saborear un rico café portugués, con una torta de manteca de la mujer de Mario, comenzamos una charla, que desemboca en un final, dónde Sebastián, muestra total colaboración.



...-Muy bien Don Ramón, el plan debe salir perfecto, debemos aguardar agazapados en el chalets y alrededores, antes que los individuos hagan acto de presencia. Nos iremos a media tarde y permaneceremos ocultos. Varios coches patrulla, estarán atentos para taponar la salida.

Concluye, Sebastián.


La semana transcurre lenta, posiblemente dentro de un mes se celebrará el juicio que culpen a los mozos de la muerte del indigente. Por fin jueves, el día más esperado de la semana, amanece soleado, las temperaturas aunque frías, irán ascendiendo a medida que el día avanza. Me reúno con Sebastián y los guardias civiles que formaran parte de la operación. Mi estado de nerviosismo y ansiedad ascienden, con el paso inexorable de las horas. Nos la jugamos a una sola carta, al azar.


...-¡Y si los individuos no aparecen, todo un dispositivo montado, para nada!.

Exclamo en silencio, mientras asciende mi nivel de adrenalina.


Por fin y tras reunirnos en un lugar secreto, para no llamar la atención, emprendemos el corto trayecto hasta el chalets, por el camino del viejo cementerio de los ingleses.

Varios coches patrullas, taponan la salidas. Uno, camuflado entre los aromos de la vieja oficina general, otro se desplaza hasta las calle llamada Acerillas, y un tercero se desplaza hasta la divisa, de esta forma todo los accesos hasta el chalets quedan controlados.


La tarde transcurre lenta, las horas se hacen interminables, cuando todas las personas que forman parte de esta operación, se encuentran en sus respectivos puestos. Yo junto con Sebastián y otros guardias civiles, aguardamos en las habitaciones cercanas al estudio de Karl Strauss. Desde sus ventanas divisamos parte de la carretera que asciende bordeando el cerro. La tarde da paso al crepúsculo, cuando en la lejanía se escucha el ulular del búho real que habita en la corta del oro. Con todo preparado, los minutos avanzan con lentitud, mientras la oscuridad cubre de tinieblas el chalets. De pronto el ruido de un motor, nos mantiene en alerta, cierro el puño y miro a Sebastián, que me asiente con la cabeza. Permanecemos en silencio, algún ruido nos puede delatar. Parece ser que varios individuos bajan del coche, dialogan entre sí.


Oculto entre las sombras que nos ofrece la habitación, observamos cómo uno de ellos, baja al pequeño sótano que se encuentra, dónde estaba la cocina. El coche con los otros individuos se aleja, sin duda será interceptado por los miembros de la guardia civil.


Sebastián desenfunda su pistola, quiere sorprender al que se encuentra en el sótano. De forma sigilosa se acerca al sótano, baja y de forma rápida sorprende al individuo.


...-¡Manos arriba, no intente nada!.

Exclama, con ira y rabia.


Asustado, el individuo alza las manos hablando en portugués.


...-¡Por favor, ñao atire!.

Exclama completamente asustado.


...-¡Pero esto que es, que hace usted vestido de viuda, con esa muñeca que me recuerda un bebé y esa vela encendida!.

Exclama Sebastián, totalmente sorprendido.


...-Vamos camine para arriba, nos tendrá que dar explicaciones de este montaje o farsa.


Al lado del chalets, varios efectivos de guardia civil, nos espera, con otros individuos capturados, declarando que son inocentes. Dicen que es la primera vez que acceden al local, pero su coartada claramente es derrumbada con la grabación de la cinta de cassette. Los tres individuos son llevados a la prisión provincial de Huelva, allí declararan sobre el supuesto asesinato, aunque de forma indirecta del indigente. Días después los mozos son puestos en libertad. En el juicio que se celebra, se declaran culpables, aunque de forma indirecta.


.."Verdade não queria ferir os necessitados, montou esta farsa para o prefeito cedeu suas reivindicações e baixar o preço das casas ... precisamos montar o clube local".... (La verdad, no queríamos hacer daño al indigente, montamos esta farsa para que el alcalde cediera en sus pretensiones y bajara el precio del chalets. Necesitábamos el local para montar un club)


Por fin el caso está cerrado, días después recibo en mi humilde cuartel (casa pequeña, destinada a los mineros) a los cuatro mozos, se abrazan a mí, me dan todo tipo de agasajos y reverencias. Entablamos una charla y les pregunto.


...-¿Os gusta el Heavy Metal, no?.


...-¡Hombre, por supuesto, es la mejor música que el ser humano puede escuchar!.

Exclaman.


Les guiño un ojo y los llevo ante mi colección de discos, dónde les enseño los primeros discos de Black Sabbath, Deep Purple, Led Zeppelin, etc. Alucinados por estos discos nuevamente me abrazan y se despiden con el signo de los dedos en forma de cuerno.


Días después, de que los portugueses fueran capturados, recuerdo que dejé talco, sobre la habitación en dónde se hospedaba el indigente. Me acerco hasta el lugar, para comprobar que no existe nada paranormal en el chalets. Es media tarde y el chalets no presenta un estado sombrío. Mi sorpresa se convierte, en horror, un escalofrío recorre mi cuerpo, al comprobar que sobre la superficie de la habitación embadurnada de talco, hay numerosas pisadas de un calzado que corresponde al de una mujer adulta.


Pisadas sobre el talco.


Los nuevos contratos del Pfea...(Plan de fomento empleo agrario) llegan de nuevo a la pedanía de Tharsis, para fomentar el empleo entre las personas suscritas al régimen agrario. Reunidos en la nave, propiedad del ayuntamiento, el encargado designa a cada hombre, su destino, con contratos de quince días para peones y un mes para oficiales.


...-¡Miguel Angel, Manuel, Jose María y Juan Alonso, vais destinados al antiguo chalets de Karl Strauss!.

Exclama, el encargado.


...-¡Que haremos allí!.

Exclama Manuel, entre bostezos.


...-Vosotros os dirigís allí, llevaos, azadas, picos y desbrozadoras, en un momento me acercaré allí y os indicaré que es lo que hay que hacer. 

Murmura, el encargado.


¡De acuerdo, para allá vamos!.

Exclaman todos.


...-Nos vamos en mi coche hoy, como los cuatro tenemos coche, pues cada día nos iremos turnando.

Susurra, Miguel Angel, en voz baja, debido a la ronquera adquirida, en días pasados.


...-El chalets numero 1, de don Carlos Strauss, me parece un lugar misterioso, os acordáis cuando el indigente apareció muerto, sobre la entrada, y le echaron la culpa a aquellos “peluos” que iban allí a escuchar música satánica.

Murmura José María.


...-No es música satánica, es agresiva, directa y brutal, con letras que describen la realidad social de este podrido mundo de corrupción.

Precisa y concreta, Juan Alonso.


...-Al final, pudo descubrirse, quien había cometido el asesinato, yo me llevé una sorpresa, pues no pensaba que habían sido aquellos portugueses.

Susurra, Miguel Angel.


...-Bueno, asesinato en sí, no fue, mas bien el susto que se llevó el pobre hombre al ver al portugués vestido de mujer con el bebé en brazos.

Especifica Manuel, entrando de esta forma en la conversación, iniciada al subirse en el coche y poner rumbo al chalets en un corto trayecto.


Estamos en el mes de octubre, y las temperaturas, comienzan a descender, aunque muy lentamente. El chalets permanece igual, que cuando apareció el cadáver, en el año 1992, aunque los graffitis, pintadas y demás, que rendían culto al diablo y bandas de Death Metal, han sido borrados, por orden del actual alcalde.


...-Bueno, ya estamos aquí, vamos a bajar las herramientas y desbrozadoras, hasta la espera del encargado.

Susurra, Miguel Angel, erigiéndose como portavoz del pequeño grupo de hombres.


Transcurridos unos minutos, el pickup, del encargado, aparece por la carretera de gravilla que flanquea el chalets.


..-Bueno, pues aquí lo que hay que hacer, es limpiar, toda la vegetación que ha crecido de manera anárquica, por todo el exterior e interior, usad la desbrozadora para la zarzamora, los arbustos y demás lo quitáis con las azadas y estas hachas que os he traído.

Formula y propone, el encargado, mientras accede al interior del chalets.


Tras mas de veinte años del suceso, que desembocó, con la muerte del indigente, el chalets continúa igual, aún se puede ver en la habitación que se hospedaba el desdichado, el colchón, junto con latas de comida y envases de vino barato.

Los trabajos de limpieza continúan a buen ritmo, en el momento que un todoterreno, se acerca hasta el lugar.


...-¡Hola, buenos días, es este el chalets numero 1!

Exclama una persona, de mediana edad, en perfecto castellano.


...-Sí, este es el chalets.

Responde Miguel Angel, mientras apaga el motor de la desbrozadora.


Del todoterreno, bajan varias personas, que se muestran interesadas por el lugar, una de ellas se dirige, hasta el grupo de trabajadores y comienza a dialogar.


...-¡Hola, buenos días, somos reporteros del programa Cuarto Milenio, que se emite la noche de los domingos, en el canal cuatro...lo conocéis!.

Exclama, la persona que se ha dirigido al grupo.


...-Claro que lo conocemos, yo soy un fan del programa, no me pierdo una semana, Iker Jiménez y Carmen Potter, dos grandes profesionales.


...-¡Exacto!...estamos realizando un reportaje, en el lago asesino, que se encuentra en Minas de Herrerias, y nos han informado de este lugar, donde según algunas personas, dicen que aparece una mujer con un bebé.

Concluye el reportero, con gesto serio.


...-Eso es una leyenda, escrita por un profesor de la antigua Educación General Básica, que investigó hace muchos años, el incendio que se produjo en la anterior mansión, propiedad de unos ingleses, donde aparecieron carbonizados el matrimonio.

Razona Miguel Angel, ante la atenta mirada de los presentes.


...-Y esa historia les sirvió, a unos espabilados portugueses, para urdir un plan, para rebajar el precio del chalets.

Apostilla, José Maria.


...-Pero el plan les salió mal, e indirectamente, un indigente perdió la vida, debido al tremendo susto que se llevó, cuando apareció el portugués disfrazado de mujer, portando una muñeca como bebé.

Concluye, Juan Alonso.


...-¡Bien, me podéis indicar, donde vive el tal profesor, que investigó los sucesos que acontecieron, en tiempos pasados, en esta zona!.

Exclama, uno de los reporteros.


...-Si, vive en el pueblo, seguidme con el coche, que os llevo hasta la casa.

Contesta, Miguel Angel.


Transcurridos unos minutos, el grupo de reporteros, llega hasta la calle Madroñal, donde habita el profesor jubilado..Don Ramón.

Tras golpear en la puerta, los recibe una persona entrada en años, profesor e investigador, de algunos casos acaecidos en la pedanía y pueblos cercanos...(Señales en la ventana, La señora Rutheford, Chalets nº1, Extrañas desapariciones, Las cuatro muñecas...etc.)


...-¡Hola, buenos días, somos reporteros del programa, Cuarto Milenio, que nos encontramos en la zona haciendo un reportaje, sobre el lago asesino, que se encuentra en el vecino pueblo de Herrerias!.

Exclama, uno de los reporteros.


...-¡Muy bien, pasad a mi modesta vivienda y acomodaos...queréis tomar café, té u otra bebida!.

Exclama, Don Ramón.


..-No, muchas gracias.


Responde, el grupo.


..-Nuestra visita se debe sobre todo, para que nos informe,que ocurrió en el chalets, pues personas que conocen un poco la historia nos han informado que aparece una mujer portando un bebé, seguidas de llanto y lamentos.


Al escuchar, esta pequeña introducción, llevada a cabo por el reportero, Don Ramón, se dirige hacia la pequeña biblioteca, donde pasa gran parte del día, y vuelve con un libro bajo el brazo.


...-En este libro tengo anotado todo lo acontecido, en la zona, desde que descubrí el lugar con mi difunto padre en el año de 1962, hasta la muerte del indigente y la posterior investigación que realicé para descubrir, las personas que querían lucrarse, de una historia real, para sus planes, que no era otro que aprovechar la historia para que el alcalde rebajara el precio de dicho lugar.


Don Ramón, comienza con la historia, ante la atenta e interesada, disposición de los presentes, los cuales, sorprendidos por la narración, gesticulan, mostrando rostros, asombrados y fascinados.

...”Tras descubrir la trama de los portugueses, recordé que había depositado sobre la habitación, donde se hospedaba el indigente, polvos de talco...acudí una de las tardes, y mi sorpresa, se transformó, en horror, cambiando totalmente mi rostro y semblante, al comprobar que sobre el suelo, había pisadas de una mujer adulta”.


De esta forma concluye, Don Ramón, con el resumen de los hechos mas destacados, ocurridos aquel mes de noviembre de 1992.

Asombrados por la narración, el grupo de reporteros, sienten que el lugar pueda tratarse, de una zona, donde concluyen energías relacionadas con actividad paranormal, que deben ser investigadas con sofisticados equipos y una medium que demuestre que allí ocurrieron hechos, que han quedado marcado en el lugar para siempre.


...-¿Don Ramón, le gustaría, que hiciéramos un amplio reportaje, de la zona y que investiguemos el lugar con sofisticados aparatos , con nuestra compañera...Paloma Navarrete?.

Pregunta el reportero, mas veterano del grupo.


...-Encantado, de esta forma podemos saber, que tipo de ente se refugia entre esas paredes..-Responde, Don Ramón, satisfecho, esbozando una sonrisa.



Semanas mas tarde, Don Ramón, recibe una carta, precisando el momento adecuado para realizar la investigación, averiguaciones y pesquisas, con la medium...Paloma Navarrete.


Con los trabajos realizados por el grupo de hombres contratados, el chalets nº 1, presenta una imagen menos lóbrega, siniestra y tenebrosa, aunque en el ambiente y entorno que rodea dicha edificación, existe una atmósfera asfixiante, enrarecida y angustiosa, sobre todo, cuando cae la noche, y el lugar se transforma al desaparecer la luz natural.


La fecha elegida para realizar las investigaciones, pesquisas y averiguaciones será el día 7 de diciembre, cuando todo el pueblo se encuentra inmerso en una semana de celebraciones, religiosas, gastronómicas, culturales y tradicionales, iniciadas con la festividad de la patrona de los mineros Santa Barbara, seguida del popular potaje romero, teatro y culminada con las populares “hachas” poniendo fin de esta forma a una ajetreada semana de acontecimientos.


Cuando todo el pueblo se prepara para asistir y contemplar un año más, una obra de teatro, dirigida de forma magistral por Pedro María Delgado y su genial grupo de actores aficionados, un grupo de personas se reúnen de forma discreta, prudente y reservada, en un apartado lugar de la pedanía, para dirigirse hasta las inmediaciones del chalets, donde realizarán una exhaustiva investigación.


Lentamente el crepúsculo comienza a teñir de sombras el lugar, cuando un todoterreno con cinco personas, incluida Paloma Navarrete y Don Ramón, se acercan hasta la zona, donde realizaran pruebas que dictaminen que en el lugar de los hechos, quedan aún residuos y restos de actividad paranormal, atrapados en el interior de las derruidas paredes de la que fue sin duda, residencia del director general de la compañía minera. Una magnifica edificación construida con todo lujo de detalles, para demostrar el poderío, preponderancia y supremacía que gozaba la compañía minera, en contraste con los miserables cuarteles y pequeñas casas de los trabajadores.


Cerca del lugar, Paloma Navarrete, comienza a sentir escalofríos, el vello de sus brazos comienza a erizarse y el aire se hace cada vez mas pesado, estos síntomas solo son advertidos por la medium, sin que el grupo de personas que viajan con ella, incluido Don Ramón, sientan y adviertan, ningún tipo de presentimientos y presagios.


Ya en el lugar, Paloma, advierte, que efectivamente la zona, posee todas las condiciones y circunstancias que suelen manifestarse cuando en el lugar han sucedido hechos, de fuerte impacto, donde el sufrimiento, dolor y angustia quedaron atrapados, en una capsula sellada, una capsula que atrapó el lado más oscuro del ser humano brutal, cruel y atroz. Unas almas que vagan, manifestándose, para que sean liberadas y puedan descansar en paz.



Sofisticados aparatos, que captan, cualquier tipo de manifestación, son colocados en lugares estratégicos, mientras Paloma recorre el amplio chalets, guiada por Don Ramón. Concentrada, comienza su delicado, sensible y suspicaz, sondeo, que la ponga en contacto, con cualquier ente...


A medida que avanza por los oscuros pasillos, alumbrados con el sutil halo de luz de una linterna, la temperatura comienza a descender bruscamente, cuando están cerca de la habitación, donde se hospedaba el desdichado indigente.


...-¡Aquí siento, la presencia de algo....una persona corpulenta, que trata de ponerse en contacto!.

Exclama Paloma, ante la atenta compañía de Don Ramón, que puntualiza.


...-Una figura corpulenta, sin duda puede tratarse del señor Rutheford, pues quienes lo conocieron, hablan de el, como un señor alto de amplia cadera y espalda...¿Pero porqué se manifiesta Rutheford, el no es culpable, del posterior incendio que devoró la casa...en todo caso debería manifestarse la señora, que si provocó el incendio y los posteriores fallecimientos?.

Con esta pregunta que realiza ante la presencia de Paloma, termina Don Ramón, la pequeña alocución...quedando una duda, flotando, que habrá que resolver.


...-¡Una persona de complexión fuerte, trata de manifestarse, arrepentida, apenada y suplicante, no quiere hacer daño, solo trata de pedir clemencia.

Puntualiza, Paloma.


...-No entiendo, porque Rutheford, trata de manifestarse, en el diario hallado en el doble fondo del escritorio, sus últimas palabras fueron.


...-¿Pero que pasa, hasta mis fosas nasales llega olor a humo?.


...-Aquí está la gran duda....llega olor a humo, y el sube por las escaleras, pero ya no podemos saber que pudo ocurrir, posteriormente....de forma errónea pensé, que las llamas habían alcanzado a ambos, falleciendo, ante grandes muestras de dolor y sufrimiento, pero también puede barajarse la hipótesis de que en un arrebato de cólera, ira y furor, este, asesinara a su mujer, al observar que la mansión, que tanto anhelaba por representar parte de su país de origen, y que tanto esfuerzo y trabajo costó para construir, ardía sin remisión. Cegado, obcecado, no ayudó a su mujer a abandonar la casa y pedir ayuda, todo lo contrario, hubo una disputa entre ambos y este golpeó a su mujer con algún objeto hasta conseguir la muerte, mientras las llamas devoraban con avidez la habitación.


...-¡Pero dices que las pisadas sobre el talco, que había en la habitación, correspondía al calzado de una mujer adulta!.

Exclama, Paloma.


...-Si, efectivamente, las pisadas correspondía a un pié de tamaño pequeño, pero puede ser que el señor Rutheford, aunque de complexión fuerte, tuviera un número de calzado pequeño, induciéndome y convenciendo de que las pisadas correspondía con la señora.

Puntualiza Don Ramón, con rostro circunspecto y serio.


Con esta investigación y la ayuda de Paloma, se ha desentrañado el misterio, aunque lo que ocurrió aquel fatídico 24 de junio de 1953, quedará para siempre en una incógnita, enigma y misterio. Cualquiera de las hipótesis, barajadas hasta el momento, puede ser correcta, aunque la investigación llevada a cabo por Paloma, refuerza sobremanera, que Rutheford, asesinó a su mujer, por toda la ira, rabia y cólera contenida.


Paseo una soleada tarde por los alrededores del chalets, sin saber que deparará el futuro, todo indica que la construcción seguirá en pié, hasta que nuevos aires de progreso y bienestar, vuelva a instalarse en esta comarca, con la apertura de las minas, y esta zona vuelva a recuperar el esplendor, que gozaba antaño.


Un relato de... Marcos Tenorio Márquez


Quiero dar las gracias a todas las personas que siguen mis relatos con interés, me motivan para seguir escribiendo historias, relatos y cuentos, que trato de ubicar en las inmediaciones de nuestro querido pueblo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario