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domingo, 12 de julio de 2020

Recuerdos de Tharsis....El estanco de "Domingo"

Recuerdos de Tharsis....El estanco de “Domingo”


Ubicado en una esquina de la calle Luciano Escobar, se encontraba el estanco de Domingo. Lugar de reunión de los mineros de la compañía de azufre y cobre, ya que exceptuando unos pocos ciudadanos, la gran mayoría de personas que acudían al local, eran trabajadores pertenecientes a la compañía minera. El estanco de Domingo, era más que un local, donde se vendía tabaco, pues en sus inmediaciones, sobre todo en época estival, gran número de individuos aprovechando la llegada de la noche, y la brisa fresca, ocupaban el bordillo que delimitaba la calle, para sentarse cómodamente a degustar, la clásica “mitailla” cervezas, vino tinto, con casera o vino blanco según los gustos de cada cual.


Estos mineros, a veces acompañados por sus hijos/as, los cuales eran obsequiados con una rica coca cola o fanta de naranja o limón, moderaban el entorno, suavizando de esta forma el ambiente de personas adultas, de género masculino.

Los temas de conversación, giraba en torno a la temporada de caza, con el descaste de conejos y la veda de tórtolas, amén de la temporada de trampas, donde el ave estrella era la popular “catolovia”,también se hablaba del club atlético Tharsis, con sus nuevos fichajes, la jornada en la mina, de los pequeños huertos. En fin, todos los temas, menos de política, pues bajo la dictadura del general, estaba estrictamente prohibido.

El pequeño estanco estaba formado por un mostrador de madera, con una estantería también de madera en su parte trasera, donde estaban muy bien dispuestos, las cajetillas de cigarrillos, rubio o negro.
En la parte trasera de la estantería, Domingo tenía su pequeño almacén, donde guardaba las cajas de cervezas, garrafas de vino, cajas de refrescos y las cajas de tabaco que llegaban selladas con el logotipo de “Tabacalera”.
A la entrada del local, en su parte derecha, la pared estaba revestida de comics y tebeos, muy bien dispuestos, pues cuerdas de esparto,surcaban la pared horizontalmente, y en las mismas se sujetaban con pinzas, los comics y tebeos, para ser observados cómodamente y elegir de forma rápida el que te gustaba. Gracias a estos cómics y tebeos, me inicié en la lectura, escritura y el dibujo y añoro aquellos personajes como “El capitán Trueno”...”El Jabato”...”El Guerrero del Antifaz”..”Mortadelo y Filemón”..y un largo etcetera. También recuerdo como mi padre me decía.
 
..-No leas esos tebeos, que eso todo es mentira, lee libros, que un futuro te harán bien.
 
 
Creo sinceramente que mi querido padre llevaba toda la razón.

Sobre las seis de la tarde, con puntualidad inglesa, Domingo, abría el pequeño negocio, pues Domingo, trabajaba como empleado en la oficina general de “Pueblo Nuevo”. Mientras, yo aguardaba pacientemente, la apertura del local, para comprar el último número del “Capitán Trueno” o “El Jabato”, con los ahorros obtenidos durante la semana. Ya con el ejemplar en mis manos, leía con extraordinaria avidez, las aventuras del capitán, Goliath, Crispín, la reina Sigrid....o El Jabato, Taurus, Fideo de Mileto.

Más tarde transcurridas unas horas, volvía de nuevo a visitar el local, esta vez para comprar a mi padre la “mitailla” de aguardiente, sobre un envase de botella vacía de cerveza u otra bebida, para que cuando volviera de la mina, sobre las once de la noche, tuviera su ración diaria, del rico producto de las destilerías Alosneras, que mitigara y olvidara por un breve momento, la dura jornada, como afilador de brocas que usaban las perforadoras, para perforar las duras rocas.

Domingo, junto con personas asiduas al local, fundaron la peña de los “31”, como hermandad, para celebrar y visitar todos juntos, el famoso Cerro del águila en la festividad de..”La virgen de la peña”.Los festejos comenzaban el viernes, con el sacrificio de dos borregos. Para guisar la rica caldereta, varias esposas de miembros de la peña, se desplazaban hasta un local situado en un extremo de la “Posá”. Con esta comida de hermandad, proseguían el sábado para culminar el domingo, con el ascenso hasta la ermita, en un autobús de la empresa “Damas”. Llegados al peñón, un enorme “toldo”era izado en un extremo de la gran roca, para cobijar a todos los miembros de la peña, acompañados, por esposas e hijos/as.


Entre vivas y vítores a la Santísima virgen, mi padre compuso esta sencilla poesía.
 
...”Cerro del águila te llaman, bien supieron ponerte nombre, ahí anidan las rapaces, por ahí subes mujeres, niños y hombres.
Detrás del peñón, se encuentra la ermita de la virgen de la Peña, donde todo el mundo la venera, bonita como las flores, las flores de primavera..”
 
Con la llegada de la tarde, regresaban para el pueblo, un año más la romería de la virgen de la Peña para este grupo de personas, llegaba a su fin. El lunes comenzaba de nuevo la monotonía, tiempo de recordar los momentos vividos en esos tres días, y surgían casi espontáneamente, las anécdotas. Entre copas de aguardiente, vino y algunas cervezas, personas tan entrañables y queridas como, ”El comisario”,José María ”Penquilla” Bartolomé “El Portugués” y otros tantos muchos, comentaban entre risas, ante la presencia de Domingo, como testigo detrás del mostrador, las intoxicaciones etílicas, surgidas en la celebración de la romería.
 
..-Recordáis, como tuvimos que coger a Paco, para subirlo al autobús
 
..-Jajaja, sí, como un saco de patatas, todo el trayecto de vuelta lo hizo en el pasillo,”jondeado” a lo largo del mismo....


Algunas décadas, más tarde, el popular estanco se trasladó hasta un extremo de la plazoleta del minero. Aunque ya no poseía el mismo encanto, de antaño, aunque la edificación moderna y amplia, poseía bastante espacio y comodidad, las personas que solían acudir al mismo, fueron falleciendo, y ya tan solo nos queda el recuerdo y la nostalgia de un tiempo que todos recordamos.

Recuerdos de Tharsis....El estanco de “Domingo”

Marcos Tenorio Márquez

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