Páginas

lunes, 20 de enero de 2014

La hora del café.....(Homenaje a mi padrino...Maximiliano Tenorio Diaz)


La hora del café...(Homenaje a mi padrino... Maximiliano Tenorio Díaz)






........De pequeño,preguntaba a mi padre de forma bastante  curiosa,por los distintos puestos de trabajo de mis  tíos. Mi
padre de forma  paciente me enumeraba  los distintos puestos,comenzando  primero por su  hermano Maximiliano.
Padrino Maxi,trabaja en una máquina de cargar  camiones muy rara,pues no se desplaza  por orugas como la gran excavadora  110
de Diego García o por ruedas cómo  la Terex de José Pino. Es una  máquina,que posee ruedas de acero con  pinchos,en su parte
delantera y de caucho recubierta con red de acero en su parte trasera. Para mover de lugar se engancha a un camión por la
parte trasera,con  la pala  de cargar  y de  esta forma  se desplaza..-¡Pues si  que es  rara papá!..-exclamaba,con
rostro,sorprendido,fascinado he impresionado.


Mi enorme curiosidad, me llevó mucho tiempo acercarme hasta la
misma boca de la mina,para  descubrir tan  fantástica,maravillosa y  espléndida máquina. Sin  éxito, de  poder ver  la máquina
regresaba muchas  tardes,pues la  Broyt,cómo así  se llamaba,  trabajaba en  lo más  profundo de  la mina,dónde  se encontraba  el
mineral,que cargados en los camiones de 20 toneladas marca Euclid,emprendía viaje hasta la tolva,dónde se trituraba para
posteriormente cargar en  los vagones de  tren. Mi curiosidad se  convirtió en obsesión  por descubrir la  máquina y esta
obsesión me condujo a comprar unos binoculares marca zenith,que  me acercara hasta el interior, para ver in situ   los
movimientos  de la  máquina cargando  los camiones. De  esta forma  descubrí una  de las  tardes y  desde el  emblemático
mirador,tan misteriosa  máquina,que cargaba  los camiones  de forma  sutil,delicada,suave, quedando  para siempre en mis
retinas esta escena vivida...Este  relato que escribo a  continuación va dedicado para  mi padrino...Maximiliano Tenorio
Diaz,  que  en  paz  descanse. Un  hombre  bueno,honrado,honesto  y  todo  cuantos  adjetivos  quisiéramos  dar  de forma bondadosa.


"La hora del café"






...Quiso el destino que  los dos hermanos trabajaran  juntos,en el interior de  la mina,aunque en distintos  trabajos,mi
padre afilador de brocas de perforadoras y mi padrino operario de pala cargadora. Filón Norte,ocupó bastantes años de  la
vida laboral de ambos. Fríos inviernos,calurosos veranos,fueron  soportados entre minerales,bajo el ruido incesante  de
máquinas  perforadoras, claxon  de   camiones,partículas de mineral esparcidas por el aire,  rocas  desprendidas que sorprendían cayendo desde los bancos...toda  una vida  que
simboliza,personaliza y personifica la figura  del minero, donde el riesgo es permanente.. El  duro trabajo
tenía su recompensa en la hora del café,durante cierto tiempo se interrumpía toda actividad y los mineros esbozaban  una
sonrisa, ante una  taza de café,recién  hecho. Mi padrino al  igual que mi  padre,se consideraban cafeteros,en  casa nunca
faltaba  la  clásica bolsa  del  barco,excelente café  portugués. Tras  bajar de  la  máquina,con unos  cuantos  palos de
madera,para prender fuego y colocar la cafetera,comenzaba la ceremonia,rito y culto diario al  rico,placentero,agradable
y grata bebida,que aumentaba la autoestima, olvidando  por momentos,la peligrosidad del trabajo. Durante este momento  se
entablaba alguna charla,que giraba en torno a la temporada del club atlético Tharsis,el huerto,la caza y en menor medida
a  temas de  política,pues en  época Franquista,hablar  de estos  temas estaba  casi prohibido. La  vida de  mi padrino
Maximiliano,era sencilla,su familia,el trabajo y el huerto ocuparon toda su vida. A los pies de Umbría Madroñal,poseía un
pequeño huerto,al cual convirtió en tierra fértil,tras retirar  en duro trabajo toneladas de tierra estéril. La choza  de
hojalata y madera,resistía  las lluvias invernales  y ofrecía sombra  en los calurosos  veranos. En unos gallineros,  una
veintena de gallinas,le aportaba huevos frescos para  casa. El rincón favorito de mi padrino,era una  pequeña encina,bajo
sus  sombras,una  pequeña mesa  de  madera y  unos  bancos para  sentarse  y saborear  nuevamente  el rico  café. Algunos
domingos,cuando visitaba con mi padre a mi padrino,para  escuchar el carrusel deportivo,bajo la sombra de la  encina,los
dos hermanos devotos del café,anteponían  cualquier opinión para saborear una  rica taza de café. Afiliados en  tiempo de
democracia al  partido socialista,al  cual sirvieron  con verdadera  fe y  devoción,además mi  padrino formaba parte del
comité de empresa y también vocal de la unión general de trabajadores. En el terreno deportivo,estuvo bastantes años cómo
directivo en el club atlético Tharsis,hasta que una terrible enfermedad le fue detectada sobre finales del año 1984.Esta
terrible enfermedad la encaró con valentía, coraje y entereza,pero pudo más la enfermedad y mi querido padrino nos  dejó
un 16 de Enero de 1986,poco tiempo después su hija daba a luz a su nieta un 24 de Enero, de nombre....Ana María. Multitud
de  personas se  congregaron en  el entierro,todos  hablaban maravillas,destacando  sobre todo  su humanidad,humildad  y
honestidad. Este  relato  es  un homenaje,para  recordar  aquel  hombre bueno,sencillo,  que  nos  dejó quizás  demasiado
pronto,pero en su vida quedó la impronta de su personalidad,cómo espejo dónde debemos mirarnos las personas que queremos
un pueblo unido, solidario,fraternal y unánime.


Es casi noche cerrada,y el Madroñal
se viste con su traje negro,para saludar
a la luna, que sobresale entre nubes
iluminando el rostro cansado de
un hombre, que regresa a casa, tras
sachar lechugas,cebollas y patatas.


Pronto llegará la madrugada y
estaré de nuevo cargando camiones
y con las primeras luces del alba
encenderemos una fogata
para calentar el agua,que
disolverá el café, que nos
motivará,estimulará y animará
a continuar con nuestra faena diaria.


Esta tarde,me reúno con el comité de
empresa,la mina no pasa por
su mejor momento,la pirita ha
bajado de precio,no sé lo que el
futuro deparará,pero siempre apoyaré
a mis compañeros,esa clase humilde
que pregona y predica con la bandera
de la solidaridad,resistiendo, para que
el corazón de esta vieja mina, siga
latiendo y que nuestros hijos
puedan heredar el trabajo que
nosotros dejaremos, cuando ya nos jubilemos.


Hoy es domingo y tras regresar del huerto
almuerzo con la familia, para incorporarme
poco después,al campo de fútbol,donde
esta tarde disputamos un encuentro.


Mi vida sencilla,discurre entre minerales
familia y huerto,los fines de semana me entrego
a mi otra pasión,el club de mis amores,nuestro
club atlético Tharsis.


Que bonita y bella es la vida,cuando
disfrutas del encanto que te rodea,mientras
sueño despierto.
Habrá un huerto allá en el firmamento
reflejado de colores dorados,con
una mesita cerca de una encina que
da sombra a una tacita de café
que me envuelva y embriague con
su esencia y aroma.


Habrá un pueblecito teñido de
blanco nacarado,salpicado de
cicatrices aterciopeladas,envuelto
de brumas violáceas,cobrizas,ambarinas
y malvas al cantar la calandria
anunciando el nuevo día.


Habrá eucaliptos,pinos y brezos
aromos,tojo y aulagas,también
un cabezo, envuelto en fragancias
que me recuerde a mi querido entorno
donde nací y quiero morir.



La hora del café...(Homenaje a mi padrino... Maximiliano Tenorio Díaz)


Marcos Tenorio Márquez.

2 comentarios:

  1. Que bonito!! gracias por acercarnos a esta maravillosa persona y hacer a la misma vez un recorrido por nuestras raices. Un beso querido amigo y sigues deleitándonos con estas historias que tan bien escribes.

    ResponderEliminar
  2. Gracias de todo corazón,Marian,no sé cómo he podido terminar este bonito relato,pués las lágrimas no me dejaban escribir,recordando tan maravillosa persona.

    ResponderEliminar