Homenaje a José López.
...Nacido bajo el signo del carnero,un mes de marzo de 1950
cuando la estabilidad de la mina comenzaba a generar riqueza
y olvidar los convulsos años cuarenta. En calle Canaleja se
produjo el feliz alumbramiento,sería el segundo hijo del
matrimonio
formado por José María López y María,más tarde con el
nacimiento
de una hermana se completaría la feliz familia y todos se
trasladarían
a la calle Doctor Fleming. En los primeros años de infancia
acudía a la
escuela vieja y cómo cualquier niño de su edad,jugaba,divertía
y
entretenía,con los típicos juegos transmitidos por generaciones
de
mineros que vivieron al amparo de la mina. Mientras el pueblo
crecía
en número de habitantes,José,comenzaba su etapa de adolescencia
a mediados de los años sesenta,sintiendo cada vez más,un
profundo
amor,devoción y fervor por su santa,a la cual venera,adora,honra
y
admira,cómo Tharsileño de pura cepa. Profundas
raíces,arraigadas,
establecidas,enraizadas por amor al pueblo que lo vio nacer,fueron
forjando un carácter noble,generoso,sincero y honrado,dónde lo
más importante es su familia.
El amor de su vida siempre ha sido su mujer,Paqui Poleo,la cual
conoció
a muy temprana edad. Tras un triste paréntesis en el cual,el
servicio militar
los separó,cartas enviadas desde Ceuta,milenaria ciudad,donde
José
servía a la madre patria,proponían casarse una vez licenciado.
La boda
por fin se produjo durante el caluroso mes de agosto de 1973,al no
contar
con casa propia quedaron a vivir con sus suegros. Un año más
tarde nacía
su primer hijo varón,de nombre José María,cómo su abuelo,de
esta forma José,
homenajeaba,admiraba y honraba la figura de su padre,por el cual
siempre
ha sentido admiración,cortesía y respeto.
Pasados los duros años setenta,por fin encuentra la casa que con
tanto
ímpetu,anhelo y deseo buscaba. A los pies del cabezo Madroñal,en
un barrio
formado por cuadras y chozas,de nombre Umbría Madroñal,inauguran
una casita
humilde,modesta y sencilla,más allá de todo lujo, poseen el
intenso aroma que
desprenden pinos piñoneros y carrascos, el agradable canto de
jilgueros,
verderones y pardillos,y sobre todo paz ,tranquilidad y
sosiego,para acometer
una década cargada de ilusión,con el nacimiento de su segunda
hija,para la
cual eligen el bonito,bello y hermoso nombre de Yolanda.
Es en esta misma década cuando con unos amigos de Tharsis,funda
el grupo
Voces de Tharsis,grupo de enorme calidad,dónde José con
maestría,demuestra
que posee un torrente de voz,modulando de forma precisa,los
distintos cantes
de nuestra tierra. Actúan con gran éxito en las fiestas por
excelencia del pueblo,
consiguiendo un gran triunfo,que se ve refrendado con actuaciones
por toda la
provincia y en la romería del Rocío,dónde consiguen un éxito
clamoroso,actuando
varios años seguidos,ante personas expertas y avezadas.
Por motivos laborales,el grupo desaparece y José entra a formar
parte del coro
romero de Tharsis,que entrena su fabulosa ermita en los llanos del
barrito. José
aporta al grupo toda su experiencia,maestría y destreza,cuando
irrumpe con
su extraordinaria voz,erizando la piel y poniendo los vellos de
punta a los que
hemos nacido en esta tierra minera. Las lágrimas se deslizan por
los ojos de
los verdaderos devotos,cada segunda semana del mes de mayo,cuando
Santa
Barbara visita,en noche estrellada,cada una de las casetas.
Acompañado a la
guitarra por su hijo José María,entona con valentía su cante,
dedicado a la patrona
que portada por costaleros,permanece unos
minutos,bendiciendo,consagrando y
santificando su humilde caseta,para que otro año más,otorgue la
suficiente fuerza,
vigor y energía para el año siguiente,poder cantar y dedicar a
todo el pueblo,esos
fandangos que hace que la gente irrumpa en sonoros
aplausos,mientras personas
sensibles,impresionables y emotivas,irrumpen en
llanto,porque llevan grabado
en lo más profundo de su corazón,esta bendita tierra.
Hoy día rebasado ya los sesenta años,José,muestra preocupación
por sus hijos ante
la falta de trabajo,mientras observa a su nieta Zaira,cómo crece
cada día,irradiando,
emanando, optimismo tras unos años,convulsos, que poco a poco se
va superando,
aunque el verdadero responsable de esa negligencia,no tenga jamás
la conciencia
tranquila,hasta que no reconozca su tremendo error, mostrando
sinceridad,franqueza
y honradez. Sentado en la plazoleta del minero junto a su
mujer,suegra,sobrinos,nietas,hijos
y cuñada,recordamos en todos los lugares que ha
trabajado,mientras la noche comienza
a cubrir y vestir de estrellas este pequeño trozo de tierra,de la
cual se muestra orgulloso
satisfecho,complacido,porque en sus venas fluye
sangre,fundida,labrada,moldeada con
el tintineo del martinete,la pólvora de los barrenos,el agua que
brota del interior de la mina
con su carácteristico color rojo,ese mismo color que mantiene un
corazón,noble,ilustre y generoso
para brindar al pueblo de forma desinteresada,esos fandangos que
transmiten,mensajes,verídicos
legítimos,porque están realizados desde lo más profundo de su
alma y dedicados a su santa,esa
misma que le da fuerzas para vivir y seguir luchando,contra
adversidades,infortunios y desgracias.
"Cada segunda semana de mayo,yo tengo una cita con mi
santa,que cosa más bonita,cantar de
madrugada,y dedicar unos fandangos a mi nieta Zaira,que mira de
reojo sonriendo,mientras los
costaleros,en suaves balanceos inclinan a Santa Barbara,que parece
querer bajar para abrazarnos,
en esta noche mágica,dónde la luna y las estrellas iluminan,con
delicados y frágiles halos de luz,mi
humilde caseta"
Marcos Tenorio Márquez.........2013.
Muy emotivo...me encanta
ResponderEliminarGracias Conchi,la verdad es que sí,te llega hasta lo más profundo.
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