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domingo, 15 de julio de 2012

Manolillo Poleo.

Manolillo Poleo

......Sentado trás la puerta de su casa,fumando un pitillo
observa el pueblo,cuando la brisa,refresca,aplaca,calma
las altas temperaturas alcanzadas,el humo del pitillo fluye
lentamente,se desvanece,languidece,cúando trás las
ultimas caladas,solo queda una colilla despojada,de tabaco
nicotina y alquitrán.


Nacido en el año veintinueve,más de ochenta años,contempla
su figura,forjada por los duros años de mina,de profesión
electricista,ejercida con entusiasmo,lealtad y honestidad.
Perteneciente a una estirpe de hombres valientes,sufrió y
padeció la guerra civil y la posterior hambruna de los años
cuarenta,siendo aún niño,tuvo que asistir a tristes episodios
 fuerzas falangistas, asesinaban,torturaban,sacrificaban
personas de buena voluntad opuestas al regimen,personas
sinceras,honradas,de ideas progresistas,vilmente exterminadas
sólo por ser de ideologias opuestas,a una dictadura militar.


Su memoria permanece intacta,y recuerda con cierta nostalgia
la quinta,de aquellos años mozos,cuando casi cincuenta
compañeros,formaron parte un año después del ejercito
español,en diferentes lugares,y recuerda con prontitud su
servicio militar en la autónoma ciudad de Ceuta,en tierras
Africanas,trás encender un nuevo pitillo,recuerda los compañeros
que han fallecido a través de estos años y los pocos que aún viven
de aquella gloriosa,destacada quinta.


Casado con Josefa Salamanca,hace más de cincuenta años ya
ha celebrado sus bodas de oro,cinco hijos tiene el matrimonio
dos hembras y tres varones,estos a su vez le han proporcionado
nueve nietos,y ya algunos nietos le han dado bisnietos.
Sus ojillos se llenan de lágrimas,cuando recuerda a su bisnieta
Zaira,es una espinita clavada en mi corazón,tan pequeña y ya
ha sufrido las negligencias,desidia,dejadez de algunos médicos
en una operación sin riesgo.


Por las mañanas al despuntar el alba,con paso firme y sosegado
emprende el camino hasta el huerto,allí se distrae con su afición
de toda la vida,colgar jaulas,y escuchar los mélodicos cantos de
sus jilgueros,pardillos y verderones,mientras calienta el agua en
la vieja cafetera,parece cómo si el mundo se hubiera detenido
a sus pies, conservando esta tendencia,afecto y devoción a pesar de
los años,años de sufrimiento,padecimientos y penas pero tambien
de alegrias y entusiasmos.
Apoya la taza de café,hirviendo,recien retirada del fuego,sobre
su dedo meñique,encallado,insensible y saborea el delicioso
aroma,de suave fragancia,exquisito paladar del café recien echo.


Así es Manolillo el patriarca de la familia Poleo,un hombre sencillo
humilde,campechano,afable,memorable,que desde su octogenarios
años,sigue conservando esa sonrisa,predicando con su modestia,
paciencia y moderación,el paso de los años.
Mientras el humo de una nueva colilla,se desvanece,languidece y
desaparece,en el incipiente crepusculo,que pronto dará paso a la
noche y un nuevo día llegará.........Y con paso firme y sosegado
Manolillo se dirigirá al huerto,a los pies del cabezo las culebras
y seguirá escuchando sus jilgueros,fumando sus pitillos,
sin perder una constumbre,heredada desde la más tierna infancia.

Marcos Tenorio Marquez 2012.

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