miércoles, 2 de noviembre de 2022

Recuerdos de Tharsis....Transporte de muebles.

Recuerdos de Tharsis...Transporte de muebles.


...En las décadas de los años sesenta, setenta e incluso los primeros años ochenta, los pocos comercios que existían en Tharsis, en la venta de muebles, no disponían de grandes superficies, que albergara los muebles y mucho menos, medios mecánicos para su distribución, si exceptuamos los propios autos de los vendedores, que repartían muebles de menos volumen.


Uno de estos pequeños comercios de muebles estaba regentado por Juan José Vallellano, que disponía de varios cuarteles y su propio garaje, para alojar los muebles, listos para su venta. Estos pequeños comercios, ofrecían sus productos a plazos, en una época difícil para las familias debido a los miserables sueldos y la enorme tasa de natalidad registradas.


Para repartir los muebles de volumen, en aquellos años, Juan José, avisaba a un joven, al cual entregaba una pesada carretilla, construida de madera maciza. Este joven, a la vez, avisaba a algún amigo, si el mueble era pesado y voluminoso, sobre todo en los trayectos largos. Al final la “pasta” entregada por el servicio, era repartida entre las personas que habían participado en dicha operación. Quizás repartir muebles, fuera mi primer trabajo, pues gracias a Juan Rodríguez Domínguez (d.e.p) que era la persona que había quedado para el reparto, tras reemplazar a otro joven, Juan, nos avisaba para repartos de largos trayectos y pesada carga, para al final, repartir el dinero ganado por el trabajo, en un tiempo, donde disponer de algo en efectivo, resultaba toda una proeza, para invertirlo en mi caso, en comprar la colección de comics del capitán Trueno y Jabato.


Una vez el cliente había adquirido el mueble, comenzaba para los repartidores, la entrega. Para ello, acudíamos hasta el garaje de Juan José, en calle Zorrilla. Desde allí, cargábamos el mueble en la carretilla, si el mueble estaba disponible, si no estaba, debíamos acudir a un cuartel lejano, en la zona de la casa de D, Rafael, allí disponía Juan José, de un cuartel, donde también albergaba muebles. Comenzaba el duro trayecto, para la entrega, a veces, con trayectos tan largos como Pueblo Nuevo o Huerta Grande, debíamos acudir tres compañeros, que nos turnábamos cada cierto trayecto. Una manta de color oscuro, cubría y envolvía el producto, para evitar golpes, roces y miradas ajenas de vecinos. Una vez llegado al destino, el mueble era introducido en el hogar y el servicio terminado.


Para finalizar, quiero contar una anécdota que nos sucedió a mis compañeros y a mí en uno de tantos repartos que hicimos en aquella época.


Transportábamos un pesado tresillo de skay, color burdeos y al llegar al lugar de destino, no había forma de introducirlo por la puerta, de pronto una idea surgió en mi cabeza...


...-¿Lo introducimos , por la ventana?


...-Vamos a intentarlo.


Respondió el compañero.


La idea resultó extraordinaria y el pesado tresillo pudo lucir en el salón de la casa. Finalizado el trabajo recaudamos algunas pesetas, que para nosotros significaban, doblones de oro, rescatados del cofre de algún pirata.


Recuerdos de Tharsis...Transporte de muebles.


Marcos Tenorio Márquez.


 

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