martes, 14 de septiembre de 2021

Ilusiones Quebradas.



 

Ilusiones Quebradas.


...España, año de 1940. Recién terminada, la guerra civil, la población pasa hambre y miseria. En los hogares, la falta de materia prima para elaborar los alimentos, hacen que muchas familias se arrojen a los campos, desesperanzadas, desilusionadas a buscar cualquier cosa para llevarse a la boca, para vencer a este terrible mal, que es el hambre, el cual crea un estado en las personas que la padece, violento, vacío, doloroso y punzante.


En Villanueva de los Castillejos, al igual que el de toda España, el panorama es desalentador, más para José, el cual debido a la indigencia, que padece, al quedar huérfano con temprana edad, impide que la búsqueda de alimentos, resulte aún mas problemática, incierta y complicada.

Escondido tras la pared de un huerto, escucha una conversación, la cual pueda salvar por momentos su desdichada vida.

Dos vecinos reunidos, charlan, de manera amigable.


...-Mi cuñado, Simón, visitó Minas de Tharsis, la semana pasada, se fue campo a través, y me trajo un saco de algarrobas, dice que allí, abunda mucho, por eso el pueblo no pasa hambre.


...-Vaya, Minas de Tharsis, queda lejos, cruzaría la ribera de la “Riberilla” y de ahí hasta la cimbre de los “Molineros”...en la cual abunda las manadas de lobos.


...-Ya, pero cuando el hambre aprieta, ya sabes, se hace cualquier cosa, para conseguir un poco de alimento.


Escuchada la conversación, tras la seguridad que ofrece la pared de rocas, del huerto, una sola idea, martillea constantemente, el cerebro de José...”Minas de Tharsis” y desde ese momento toda la ilusión de su desdichada y desgraciada vida, pasará por visitar el enclave minero.


...-Debo ir a Tharsis, cuanto antes, me arriesgaré, aunque tenga que atravesar esas cumbres, plagada de cánidos salvajes, necesito llevarme a la boca cualquier cosa, pues mi estomago ruge, como el bramido de un león, y mis tripas suenan, como si atronara en ellas la cabalgata de las walkirias de Wagner.


...-No tengo idea, desde la posición que me encuentro, donde está el pueblo y cual sería el camino más rápido, para llegar...preguntaré a alguna persona.


Pasados un largo rato, José, encuentra a un anciano, al que realiza la siguiente pregunta.


...-Perdone, sabe usted por donde debo coger, para ir a Minas de Tharsis.


El anciano tras unos segundos vacilantes y tras guiarse por el astro rey, señala la posición correcta, señalando el lugar con su dedo indice.


...-Por ahí queda, continúe recto y llegará al pueblo.


José, pone rumbo a minas de Tharsis, tras saludar al anciano, sin nada en el estomago, desde hace varios días.

Cruzando barrancos, bajando y subiendo cabezos, la ilusión de llegar hasta los grandes algarrobos, hace que sus pensamientos, desalojen la cruda realidad, por la que atraviesa, amagando y esquivando en cada paso que da, al hambre, acuciante, inminente.

La llegada de la tarde, con la brisa fresca, hace que recobre aliento, para el tramo final, pues desde su posición ya divisa las cumbres de los “Molineros”.


Es noche cerrada, cuando llega hasta el pueblo y efectivamente, como escuchó en la conversación, enormes algarrobos, de varios metros de altura, desfilan ante sus ojos, en una sensación muy parecida al aventurero que atraviesa el desierto hasta encontrar el oasis. Extendiendo sus largos y huesudos dedos, llega hasta el exquisito fruto, que recoge con ansiedad, para llevar hasta la boca, saboreando cada bocado. Debido al cansancio acumulado, del largo viaje, y tras saciar el hambre, queda profundamente dormido, bajo los pies de un inmenso algarrobo. A punto de amanecer, unos dolores en el estómago, provocado por el atracón de algarrobas, hace que despierte de manera apresurada, observando y contemplando, que los grandes algarrobos, se habían convertido en enormes eucaliptos y la algarrobas, que había consumido en cantidad, no era otra cosa, que las curvadas hojas de eucaliptos.


Ilusiones Quebradas.


Este cuento, pertenece al enorme talento, de mi querido padre, el cual yo he retocado, manteniendo su idea original.


Marcos Tenorio Márquez.


 

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